Los hombros de Gloria temblaron mientras apretaba las manos en puños. La repentina aparición de Hilario la tomó desprevenida, y trató de contener las ganas de gritar.

Estaba furiosa por el comentario que Hilario había hecho sobre ella.

¿Qué sabía Hilario? Era el hijo del Alfa de la Manada Manantial Plateado. Tenía dinero y contaba con los guardias de la manada protegiéndolo.

Cuando Gloria salió de la prisión de hombres lobo, solo tenía unos pocos dólares con ella.

¿A dónde más podría ir ella además del Club Fittro?

Había tantas manadas en Gabbs, pero ninguna aceptaría a una rebelde o una exconvicta.

Gloria no tenía una loba, así que tampoco podía ser una verdadera rebelde. Tal vez no sobreviviría ni un día en el Bosque Sombrío.

Con las manos temblorosas, sacó su teléfono y lo miró de reojo. Aspiró profundamente, levantó la cabeza, se dio la vuelta lentamente y caminó hacia el elevador.

No iba a rendirse. Aunque solo quedaran cuarenta minutos, lucharía hasta el último segundo.

Gloria c