Gloria estaba asustada por Patricio. No entendía cómo él sabía sobre Mica.

Mica era su secreto que no quería compartir con nadie.

Sin embargo, en los ojos de Patricio, la ansiedad de Gloria parecía tener un significado completamente diferente.

Por alguna razón, él se estaba enfadando cada vez más y comenzaba a perder el control.

"Gloria, cuídate y recuerda quién eras".

El color se desvaneció del rostro de Gloria.

Comparadas con todos los insultos que había recibido a lo largo de los años, las palabras de Patricio eran las más sofocantes.

Ella bajó sus ojos en silencio, luego cerró sus ojos y se aisló del mundo exterior.

"Señor Hammond, lo siento", dijo Gloria lentamente. "Nunca olvidaré que no soy más que una rebelde".

No necesitaba su lástima ni su comprensión, aunque tampoco sabía qué había hecho mal. "Señor Hammond, si he cometido un error, castígueme como desee. Mi único deseo es salir viva del Club Fittro algún día".

Poco a poco, apartó su mano que le agarraba la barbilla. Se apo