Por la tarde, cuando era hora de salir del trabajo, comenzó a lloviznar en Gabbs. Gloria caminaba lentamente bajo la lluvia.

Gloria llegó a una tienda de conveniencia cerca del Club Fittro.

"Señorita, un total de seis dólares y cuarenta centavos", dijo el empleado mientras miraba el paraguas que Gloria había colocado en el mostrador.

Gloria echó un vistazo al paraguas. Era el más barato de la tienda. Luego revisó su bolso. Podía permitírselo, pero dudó.

"Gracias. La lluvia no es fuerte. Supongo que no necesito este paraguas".

Al salir de la tienda de conveniencia, Gloria se envolvió firmemente en su ropa. Bajó la cabeza y continuó caminando.

La lluvia no era fuerte. Sin embargo, cada vez que llovía, la herida en su cintura le causaba más dolor.

Sin embargo, cuando ella llegó al dormitorio, la lluvia se hizo más intensa.

Gloria estaba empapada. Tropezó y finalmente llegó a la puerta de su dormitorio.

Ella puso la llave en la cerradura pero la puerta no se abrió.

Gloria estaba atónita.