El pensamiento de la muerte golpeó a Gloria. Entonces, la chica llamada Mica apareció de nuevo en su mente.

Recobró la conciencia en un instante.

Ella no podía morir así, porque todavía necesitaba cumplir el deseo de Mica.

Gloria abrió los ojos lentamente, y la habitación estaba brillante como de costumbre.

Gloria era como una muñeca de trapo sin vida, vilipendiada cruelmente sin responder jamás.

Pero subestimó a esas chicas.

Rubina dio un paso adelante y empujó a Gloria, diciendo con desprecio: "¿Por qué te haces la víctima? Si trabajas aquí como una chica de compañía, no pongas cara de inocente. ¡Cuando rogabas ayer a esos invitados, no eras tan altiva!".

Después de decir eso, Rubina no se quedó satisfecha y pateó a Gloria.

Las piernas de Gloria ya estaban lastimadas, así que cayó al suelo.

"Rubina, sé amable con ella. ¿Cómo puedes patearla así?", dijo alguien. Por mucho que les gustara burlarse de ella, solo era verbal, no la golpeaban.

Rubina respondió con confianza: "No usé mucha