Realmente ser el objetivo de los gemelos es una molestia. Pero, aunque no quiero tenerlo cerca, no voy a arruinar mi salida lejos de todas estas perversiones, aunque vaya con dos pervertidos.

Por lo que, ignoro que uno está conduciendo y el otro está de copiloto y me concentro en ignorar mi realidad y disfrutar mi día con los chicos que están en la escuela. Por fortuna, la escuela está relativamente cerca y por eso llegamos rápido.

Apenas bajó del auto, me sorprende lo majestuosa que es. Ya que, su fachada no parece una escuela, sino un gran mural lleno de pura vegetación. Las ventanas son grandes y a diferencia de otras escuelas, no hay puertas.

— Esto no parece una escuela. — digo aturdida.

— Estamos en una isla donde todos nos conocemos y sabemos perfectamente que si alguien se atreve a causarle daño a alguno de los chicos o robar algo, será duramente castigado por los que