Debo reconocer que el señor Cassano tiene razón, porque con los gemelos nunca hay un momento de tranquilidad como corresponde.Pero quizás sea eso lo que haga que mi sentimiento por ellos se mantenga, ya que, el peligro que emana de sus cuerpos parece atraerme como un imán que me pega a ellos y su belleza hace que desee mantenerme ahí.‘Por haber aceptado a un hombre que era más influyente que tú y atractivo es que estás en esta situación.’ Me recuerda mi mente.— Esta vez sí van a estar a salvo. — dice Nick.— Ojalá sea verdad lo que dices.— Vamos a utilizar un señuelo Marcela, así que, lo más probable es que la persona que está detrás de todo esto aparezca. — dice Noah.Me limito a asentir deseando que ellos realmente tengan razón, mientras arreglan todo con el helicóptero ellos se con
El recorrido me resulta demasiado agotador y extenso. Pero por fortuna, no hay alguna otra novedad y por ello, podemos movernos hasta el avión, dónde tenemos que subir para poder marcharnos lejos.— ¿A dónde vamos? — pregunto al señor Cassano.— Nos marcharemos lejos de la civilización catastrófica.— ¿Eso me mantendrá a salvo? — pregunto preocupada al haber estado varias veces lejos de la civilización y eso no darme los resultados que esperaba.— Bueno…— Estaba lejos de la civilización antes de tener a la bebé y recuerde cómo terminó todo.El señor Cassano me observa preocupado y yo lamento mucho siempre estar en ese tipo de problemas.‘¿Acaso no habrá un momento en el que ellos se cansen de siempre estar persiguiéndome para matarme?’ Me preguntó mentalmen
Apenas abro la puerta, lo primero que me encuentro es la sonrisa cargado de malicia de Nick, quien sin duda, es capaz de decirme lo más vergonzoso que él y yo sabemos que hemos hecho juntos.— No debiste abrir la puerta, quiero saber que se atrevería a decir mi hermano que solo ustedes conocerían. — dice Noah.— Seguramente no sería algo vergonzoso por el bien de la bebé.— No la perturbaría si escucha como su madre y yo hicimos…— Es suficiente, por favor. — digo interrumpiendo a Nick quien me da un casto beso en los labios, para posteriormente abrazarme.‘¿Qué locura le está sucediendo? ¿Acaso él ha perdido la poca cordura que posee?’ me pregunto mentalmente.— ¿Estás loco?— Sabes la respuesta. Ahora, déjame cargar a la pequeña. — dice Nick.— No lo vas
Estoy por responderle cuando los gemelos vuelven a mostrarse con una cara de pocos amigos, porque seguramente acaban de escuchar lo que la enfermera ha mencionado.— Aquí no se te está pagando por deleitarte con nosotros. En lo único que debes concentrarte es en Arianna y mi mujer. — dice Nick.— Si no puedes hacer eso, entonces márchate, porque no voy a permitir que le faltes al respeto a mi mujer por estar mencionando que soy muy atractivo para ti. — dice Noah.— No soy la mujer de alguno de ustedes, así que, dejen de hacer tanto drama.— Eso es lo que tú dices, pero los hechos muestran otra cosa. — dice Nick.— Lo siento mucho, me he pasado de mis límites. No volverá a suceder. — dice la enfermera con evidente nerviosismo.— Sal ahora mismo. — ordenan los dos con frialdad y la enfermera de inmediato se marcha temiendo por su vida.
Entramos a la casa y los chicos se marchan con el señor Cassano para seguramente discutir lo que está sucediendo en estos momentos. Por lo que yo decido concentrarme en mi pequeña y poder descansar como corresponde.En el lugar también tengo doctores que se encargan de mi cuidado y también el de mi bebé, por lo que, no necesito preocuparme de que algo malo pueda sucederle o a mí cuando tengo tantas personas a mi lado pendiente de nosotras.Por fortuna, a diferencia de los otros lugares en los que me he encontrado, puedo escuchar la risa en niños e incluso observó por la ventana cuántas personas se marchan bien sea a trabajar o hacer otras actividades.— ¿Podemos pasar? — preguntó alguien tocando la puerta.— Puedes hacerlo. — digo y de inmediato los tres hombres que se habían marchado aparecen en la puerta.— Las únicas personas que
Dos semanas despuésA diferencia de lo que esperaba al vivir con los gemelos, todo lo que he experimentado es algo muy sorprendente, pero, de forma divertida. Porque esta vez no me están mostrando a los príncipes de la mafia que mataban en cualquier lugar o me amenazaban.Como ellos lo dijeron, están intentando ser buenos padres para la bebé, por lo que han estado asistiendo a clases para saber cómo colocarle el pañal, darle alimento e incluso bañarla.Aunque ellos no me han dejado asistir a las clases, ni mucho menos observar como lo hacen con muñecos bebés, sí me han mostrado un gran avance en darle el alimento a mi pequeña Arianna.Pero, hoy es el día definitivo para saber si realmente aprendieron todo lo que necesitaba para poder atender a su hija. Ya que, la pequeña Arianna necesita un cambio de pañal y está llorando porque tiene hambre.Es po
Aunque no quiero llorar, es imposible para mí no hacerlo cuando duele mucho con cada succión que realiza Arianna para alimentarse. Pero, el doctor me ha dicho que es su propia saliva la que cura mis heridas y la verdad, aunque no sea así, no dejaría de alimentar a mi bebé ahora que puedo.Afortunadamente, hemos sido revisadas y tanto la bebé como yo nos encontramos bien a pesar de haber experimentado tantas cosas. Así que, aunque me duela darle su alimento, lo haré.— Lo siento mucho, pero, soporta un poco más. — dice Nick masajeando mi cuello y espalda.— Tú eres muy fuerte. — dice Noah masajeando mis pies.Es eso lo que hacen cada vez que alimento a Arianna, para según ellos recompensarme por el buen trabajo que estoy haciendo al soportar tanto por el bien de la bebé. Porque así de extraños actúan por la bebé.El tiempo se
Tres meses despuésTodo en la casa ha cambiado drásticamente. La pequeña que pasaban más tiempo durmiendo, ahora escasamente duerme quince minutos y solamente lo hace en el pecho de alguno de los gemelos.‘Esas son las consecuencias de haber hecho que se acostumbrara a eso.’ Me quejo mentalmente observando cómo Arianna solamente duerme sobre el pecho de ellos incluso en las noches.— ¿Por qué no intentas acostarla en la cuna? — le preguntó a Noah cruzándome de brazos.— Ni siquiera tolera que la coloque sobre mi pecho cuando tengo la ropa puesta y ahora pretendes tú que ella vaya a dormir en la cuna. Creo que estás pidiéndole demasiado a la pequeña. — dice Noah y yo me quedo observándola fijamente.— Noah, eres un hombre capaz de dirigir más de mil hombres, ¿cómo permites que una pequeña de cu