Jew volvió al trabajo el mismo día que el doctor Ramson le dijo que su vida ya no corría peligro y que se estaba recuperando satisfactoriamente. Si bien no le habían dado de alta, Jew lo entendió como luz verde para volver a sus responsabilidades.
Decidió acercarse para hacer un monitoreo a su equipo del Escuadrón de Resistencia, seguramente, cuando vieron que Jew estaba faltando, decidieron hacer fiesta y dejar sus trabajos a un lado.
Para poder marcharse de la clínica, tuvo que escaparse por una ventana. Para ese momento, tanto el doctor Ramson como Betsy, deberían estar buscándolo. Por lo mismo, debía darse prisa y tomar por sorpresa a su equipo para darles una gran reprimenda. Además, tenía que adelantar todo el trabajo y dejar listo lo que necesitaría para la misión que Dober Momson le encomendó.
El único problema de Jew era su adicci&oacut
Los guardias y agentes así lo hicieron. Volteó a ver hacia atrás y el grupo que había salido de la sala corrió hacia el interior.Cuando pudieron estar totalmente solos, Jew se relajó un poco.A Betsy le impresionaba la seriedad que ponía Jew en su trabajo, era como estar con otra persona. No se parecía en nada al chico dulce e ingenuo que se mostraba en la privacidad. Ahora tenía totalmente claro cómo es que pudo escalar a un rango tan alto como ser la mano derecha de Dober Momson.—¿Jew, es cierto que el Mando Segundo vino a verte? —preguntó Betsy con voz desesperada.—Es cierto.—¿Qué te dijo para que vinieras corriendo al trabajo? —la joven tragó saliva.—Es información clasificada, Betsy.Ella lo tomó de la camisa en un arrebato de rabia y desesperación.—&i
—Con todo respeto, Mando Segundo, no dejaré que Jew vaya solo —protestó Betsy—. Sería un suicidio, tanto como para él, como para mí y una misión fallida.—Señorita Betsy, usted no está preparada para una misión de tan alta peligrosidad —espetó Dober.Hiz hizo señas a un guardia para que se acercara. Todos hicieron silencio y la observaron, cuando el hombre se acercó e inclinó un poco la cabeza.—Dígale a la señorita Dane que venga y traiga consigo al joven Gost —ordenó.—Sí, señorita —aceptó el guardia y salió de la sala de reuniones.—Hiz, ¿por qué hiciste eso? —preguntó Dober con entera molestia.—Nos será bastante útil —explicó—. Dane me ha pedido hablar con ella en priva
Dober se levantó del sillón y se abalanzó a ella para besarla y abrazarla:—¡Amor, eres una genio, una genio! —soltó.Betsy estaba sorprendidísima al ver que Dober se mostraba tan amoroso con su pareja. Era como si hubieran reemplazado al serio y demandante Dober por uno amoroso, cariñoso y alegre.Volteó a ver a Jew. Él la tomó de una mano y le mostró una sonrisa.—Vamos a poder ir juntos a la misión —le susurró el joven.Ella sonrió con cariño e hizo pequeños sí con su cabeza.Entonces, la puerta de la habitación se abrió y a la vista apareció Dane y Gost.Hiz se apartó de Dober y la sala entró en silencio tensionante.Las pisadas de los zapatos de Gost se escuchaban como un ritual de alguien que acababa de entrar al momento exacto donde se establecer&
—Pero, le confieso con toda honestidad, Mando Segundo, —declaraba Gost— yo nunca intentaría traicionar a la raza Pluma. Di esas declaraciones a mi padre porque era la única forma de poder librarme de sus amenazas. Además, cabe resaltar que esos no eran secretos de estado: todas las personas en el territorio Pluma saben que hay una moda de uniones llamadas “Uniones biológicas” y que los Mandos Segundos se unirán oficialmente.Dober tenía un semblante tranquilo y, una vez finalizada la declaración de Gost, soltó un suspiro.—Si has hecho todo correctamente, ¿por qué estás nervioso? —le preguntó.Gost se notó un tanto confundido con aquella pregunta, además, había usado un tono bastante pasivo.—Bueno… —trató de hablar—. Bueno, yo…—Su padre le pidió que f
—Porque lo envenenaron antes de que se escapara —respondió—. Todos lo vieron cuando lo envenenaron, después que lo inyectaron, desapareció. Por eso me sorprende tanto que siga con vida, era un veneno letal que lo mataría en cuestión de minutos, era su última oportunidad para confesar dónde había dejado los planos de la tecnología de teletransportación. En esos días se murmuraba muchísimas especulaciones sobre qué estaban haciéndole a ese hombre y ahora el gran tesoro está escondido en esa casa. Mi padre se ha obsesionado con obtener esos planos. Un paso en falso de ustedes y él atacará enseguida; de hecho, cuando se enteró cuál era la casa, ordenó que la atacaran, pero todo su gabinete se opuso y son los que no han dejado que la ataquen. Yo estoy seguro que eso es lo que estallará la guerra.Ahora todo tení
No supieron bien qué fue lo que Jusnes vio, pero, al volver, pidió que nadie lo molestara y se encerró todo un día en su habitación, acompañado de Mia. Ella solo pudo decir que Jusnes estuvo llorando por largas horas y no dejaba de repetirle que la amaba y que, cuando terminaran su mandato, quería que se mudaran a su casa en el bosque y vivir en paz el resto de años que le quedaba de vida.Se creó un proyecto de modernización y restauración de razas aliadas vulnerables, donde se incluía crear centros de entrenamiento, que, cuando se veían los planos, realmente eran megacentros de entrenamiento militar de alta potencia con puestos de inteligencia y bases aéreas equipados con la última tecnología. Pero nada de eso se registró en los documentos y mucho menos se puso en las noticias donde solo se mostraba a la raza Pluma como progresista.Para las dem&aacu
—¿No te parecería interesante? —Dober ladeó una sonrisa.—Pero hay cámaras y gente que revisa esas cámaras —arguyó.Dober la tomó de las caderas y la subió al escritorio, se acercó hasta hacerla abrir las piernas por debajo de su esponjoso vestido y comenzó a besarle el cuello.—Dober, no, no quiero que nadie…—Ellos apagan la cámara cuando ven que algo como esto va a pasar —le informó—, voltea y mira la luz roja que sale de la cámara.Hiz volteó y vio en la esquina del techo que brotaba una luz muy delicada de la cámara de seguridad.—Eso es porque está apagada y nos informa que nadie está viendo lo que pasará aquí —explicó Dober.Entonces, comenzó a quitarle el vestido. Hiz no protestó, porque ya había comenz
Cuando la pareja salió del gran lago sagrado, los invitados se acercaron para felicitarlos por su unión oficial.Después, Dane se acercó con los ojos rojos, se notaba que había llorado. Traía consigo los tacones de Hiz. Aún le hacía falta el entrar a la gran capilla para ser coronada como Mando Segundo.—Felicidades —le dijo a su amiga—, te ves hermosa y lo has hecho espectacular.Se dieron un fuerte abrazo.—Sé que serás muy feliz al lado de Dober —susurró Dane.Se apartaron un poco y Hiz estaba a punto de llorar.—Ya lo soy, soy muy, muy feliz al lado de Dober —soltó Hiz entre una sonrisita.—Sí, lo puedo notar.Todos los invitados entraron a la capilla y tomaron lugar para ver la entrada de Hiz para la coronación de Mando Segundo. Ella se sentía un poco asustad