Anderson se había emocionado tanto por aquella respuesta afirmativa, que quería salir corriendo al hospital para abrazarla y besarla, pero ella le insistió que no lo hiciera, que lo esperaría al día siguiente para que pudiesen compartir y celebrar su compromiso de forma tranquila. Él aceptó y a la mañana siguiente, Alicia se estaba preparando para encontrarse con Anderson. Él le había prometido llegar al mediodía, pero aún faltaba una hora para eso, por lo que se estaba tomando su tiempo para prepararse. Su enorme barriga le impedía caminar o hacer cualquier tarea rápido, sin embargo, en medio de aquel proceso, algo captó su atención. Alicia creyó ver que la joven en la cama junto a la de ella se había movido. Aquella mujer llevaba varios meses en estado de coma, por lo que había sido una silenciosa compañera de habitación durante todo ese tiempo. Se quedó observándola durante unos segundos intentando asegurarse si el movimiento que había visto hacer a su mano había sido
Alicia miraba atenta a la mujer frente a ella. No lograba salir de su shock. Lisa la observaba en silencio recostada desde su cama a la espera de una respuesta. Solo le sonreía con los labios cerrados mientras la miraba con curiosidad. – Hola –dijo finalmente Alicia. – Hola –repitió Lisa. – ¡Estás despierta! –exclamó con mucha sorpresa. La mujer no pudo evitar soltar una pequeña risa. – Sí –susurró. – No sé ni por donde comenzar. Alicia se acercó para sentarse sobre la cama junto a la mujer y tras respirar profundo intentando terminar de salir de su conmoción, preguntó lo primero que se le ocurrió. – ¿Cómo llegaste aquí? – No lo sé –confesó. – Pero ¿tuviste un accidente o qué te pasó? – No sé. – ¿Y tu familia? – No recuerdo. La verdad es que no recuerdo casi nada –exclamó con tristeza. – Ok… pues… Supongo que es normal –respondió algo dudosa–, quiero decir… has estado muchos meses en coma, tal vez tome tiempo que recuerdes las cosas. – Sí, eso dijeron los médi
A diferencia de lo que Alicia creía, ella y Anderson no lo hicieron ese mismo día que hablaron. Él le dijo que no quería que su primera vez juntos fuese en aquel hospital, quería que fuese especial. Ella estuvo de acuerdo. Él prometió preparar todo y recogerla al siguiente día, por lo que cuando la hora llegó, Alicia se encontraba sumamente nerviosa. – ¿Estás lista? –preguntó Anderson al verla. – Sí –respondió nerviosa y tomándolo del brazo salieron de la habitación. – Divierte mucho –le gritó alegremente Lisa mientras los veía partir. Alicia no pudo evitar reír y sonrojarse. Le había contado a su compañera lo que sucedería ese día y le daba algo de vergüenza pensar en eso. – ¿A dónde vamos? –quiso saber cuándo Anderson la ayudaba a subir a su auto. – Es una sorpresa –sonrió. Unos minutos después se encontraban en la mansión de Anderson. Alicia detallaba con la mirada cada parte de aquel lugar, era increíblemente grande. Ella siempre pensó que la casa en donde vivía c
La fecha de parto de Yetzy se acercaba y a pesar de todos los problemas que Mark tenía con ella, incluyendo las quejas que mantenía sobre el nombre del bebé, él seguía emocionado e ilusionado con la idea de ser padre. Cada vez faltaba menos para tener a su hijo en brazos, así que se mantenía repasando la lista de cosas pendientes por hacer, necesitaba asegurarse que todo estuviese listo para cuando su hijo llegara. Mark arregló una habitación en la mansión con todo lo que pensó que su bebé necesitaría. La había pintado y decorado él mismo a pesar de las críticas de su esposa, pero habían logrado llegar a un acuerdo con ella, si ella dejaba que él decorara como él quisiera la habitación, entonces ella podría comprar para el bebé, todos los juguetes y ropa que deseara. El último trimestre pasó rápido y aunque su matrimonio no estaba en las mejores condiciones, durante ese periodo de tiempo las cosas habían comenzado a mejorar. Yetzy y él estaban empezando a hace
Después del maravilloso encuentro que Alicia y Anderson tuvieron, ambos permanecieron recostados en la cama durante largo rato. Disfrutaban del momento. Alicia mantenía apoyada su cabeza en el pecho de él mientras Anderson la rodeaba con sus brazos. Estuvieron en silencio entre caricias sutiles que de vez en cuando, causaba cosquillas a alguno de ellos. Tras varios minutos sin decir nada, comenzaron a hablar de cosas triviales como siempre lo hacían. Lo que más amaba Alicia de su relación con Anderson era la manera en que podía contarle lo que sea, desde las cosas más importante hasta las más tontas, él siempre estaba ahí para escucharla. El teléfono de Anderson sonó y él se incorporó para contestarlo. – De acuerdo –escuchó Alicia que su prometido decía de mala gana– Está bien. Tienes razón. Lo olvidé, pero pronto estaremos de regreso –exclamó para luego colgar la llamada y soltar un suspiro. – ¿Lucas? –adivinó ella con una sonrisa. – Sí, al parecer nos olvidamos de un chequeo que t
– ¿Qué ha pasado? –preguntó Isabel al llegar a la sala de espera de la clínica. – Aún no tenemos noticias –respondió Camila acercándose a ella para abrazarla. Isabel había corrido a la clínica en cuanto sus amigas le avisaron lo que estaba pasando. Las 5 amigas de Alicia se encontraban nerviosas y ansiosas, pero la que estaba tomando peor la situación era Patricia, ella ya había vivido ese momento y sentía que era como una pesadilla que se estaba repitiendo. Se encontraba sentada sola en una esquina con sus manos entrelazadas y apretándolas fuertes mientras contenía las lágrimas que amenazaban con salir. Isabel al verla, se acercó. – ¿Te encuentras bien? –preguntó con preocupación. Ella negó con la cabeza y se soltó a llorar. Isabel la abrazó fuerte y la situación hizo que las demás mujeres reaccionaran acercándose a ella para abrazarla también. Todas conocían la historia de Patricia, ella había estado en el mismo lugar en el que Alicia se encontraba en ese
La vida de Alicia cambió por completo, a partir del nacimiento de Jonas, las cosas no hicieron más que mejorar en su vida. Una semana después de dar a luz, la estaban dando de alta de la clínica y se mudaba a su nuevo hogar junto a su futuro esposo. Aquellos días en los que se la pasaba llorando, habían quedado atrás y ahora, sonreía a cada momento. – Tengo una sorpresa para ti –exclamó Anderson al llegar a casa. – ¿Qué es? – Ya verás –sonreía divertido, lo que hacía que Alicia también sonriera. Él la guió escaleras arriba. Ella llevaba a Jonas en sus brazos quien dormía plácidamente. Pronto se encontraron afuera de una habitación y Anderson se apresuró a tomar el pomo de la puerta para hacer una dramática presentación e invitarla a pasar. Alicia abrió los ojos impresionada al ver aquel lugar. – ¿Qué opinas? –preguntó él emocionado. Ella estaba tan sorprendida que no sabía que decir–. Este será el cuarto de Jonas –aseguró y ella le sonrió. Aquella habitaci
Mark había estado pendiente de todas las noticias que aparecían en los diarios, las redes sociales y la televisión sobre la próxima boda de su ex esposa con su rival de negocios. Se había obsesionado con el tema al punto de ser lo único a lo que dedicaba su tiempo durante todo el día, aunque intentó aparentar ante Isabel que no sabía nada del aquella noticia a la vez que intentaba aparentar que todo estaba bien, pues su plan era llegar ese día y detener esa boda, pero para lograrlo, nadie cercano a Alicia o Anderson debía enterarse o aumentarían la seguridad impidiéndole entrar. Luego de averiguar con discreción quienes de sus conocidos asistirían a aquella boda, logró convencer a un diseñador que le dieran la entrada de invitación que él tenía y a cambio, Mark prometió hacer que su casa de moda aprobara una de las colecciones del diseñador y la presentara en un próximo desfile. Teniendo la invitación en mano con la se escurriría en la boda, preparó todo para