Madison se había dejado llevar por un impulso generado por su instinto de madre, ya tenía un hijo difunto y estaba cansada del derramamiento de sangre, prefería que estuviera en prisión y permaneciera allí el resto de su de su vida a tener que visitarla en el cementerio.

Cuando llegó el lugar aquella situación se había vuelto un circo, todo estaba siendo televisado y hasta ese momento la policía no tenía el control, caminó decidida hacia un grupo de agentes que cerraban el paso.

— Señora no puede pasar.

— Necesito hablar con el que esté a cargo, soy la madre de una de las personajes encuentran dentro y quizá puedo lograr que se entreguen o al menos que escuchen las peticiones de la policía.

— Señora es muy peligroso no puede estar aquí.

— Insisto, no me moveré hasta que no me permitan hablar con mi hija.

Rápidamente uno de los agentes avisó por la radio al que dirigía la operación, — Soy el detective Rodríguez, debe acordarse de mí que nos vimos una vez en el hospital cuando estaba in