Alexa le dió mil vueltas al asunto pero no había nada más que hacer, no podía dejarlo con la ropa mojada por mucho tiempo o se enfermará.

Patrick observó divertido a su esposa que parecía perdida en sus pensamientos, — Entonces, ¿Qué te preocupa de que Nana no esté si no es caer ante mis encantos?, dilo y ya, que no me voy a espantar.

— Es que… tendré que cambiarte la ropa yo y…

— ¿Vas a verme desnudo?

— Aja.

— Pues no es como si fuera la primera vez que me vieras desnudo, además estoy seguro que ya recuerdas lo que pasó entre nosotros, ¿cómo puedes perderte ese deleite para tus ojos?

— Qué autoestima tienes, pues no es lo mismo, no estaba consciente además no recuerdo todo — , mintió.

— Si te sientes más cómoda puedes hacerlo con los ojos cerrados no tengo problema que te dejes guiar por tu tacto — , en realidad él tampoco estaba ansioso que ella pudiera ver las cicatrices del accidente que tanto aborrecía, solo le resultaba gracioso molestarla.

Alexa torció los ojos, a cada co