PARTE 2

Capitulo 2

Asim

La última vez que vino la prima de Arlette fue en la boda quise insinuarme pero pare cuando le vi con un hijo, nunca pensé que el niño estaba enfermo ni nada.

Sacudo mi cabeza al escuchar el llanto de Eros y Deo también al que rompen algo de vidrio, dejo todo lo que tengo, me voy junto a ellos, escaneo a ambos y al notar que tiene unos cortes en la mano y con la desesperación agarro a ambos, les subo rápido al auto y nos vamos al hospital.

Minutos más tarde...

Llegamos a nuestro destino, bajo a los dos y nos encaminos hasta la sección de pediatría. No me olvido de que los padres de ellos pueden llamarme en cualquier momento. Estamos en la parte de la recepción, los dejo en la sala de espera.

— Vengo enseguida — explico, ellos dos asienten sobándose sus mocos. Me levanto y me voy hasta la recepción.

— Buenos dias, ¿en que puedo ayudarle? — pregunta la enfermera con educación.

— Necesito un médico para mis sobrinos —  respondo con nervios.

—¿Tiene autorización de los padres? —  pregunta la enfermera mientras revisa su computadora.

Empiezo a maldecir, tengo que llamar a Killian pero me matará

— No tengo pero se cortaron la mano sin querer, sus padres no estan y no sabia que tenia que tener una jodida autorización para que le vean la mano — explico, ella me mira sin ningún sentimiento.

— ¿Eres pariente de los niños? — cuestiona y asiento

— Soy su tio — menciono con ansiedad. Ella teclea algo en su computadora y levanta su mirada hacia mi.

— Puede pasar para que le atiendan — avisa, me quedo aliviado. Me encamino al lado de los niños, trato de calmarlos pero es imposible.

Siento que mi celular vibra, miro la pantalla y es Killian, jodida m****a me matará, atiendo.

— Hermano la situación es mucho peor de lo que pensamos — comenta

— ¿Que paso? — pregunto preocupado, me levanto de mi asiento comienzo a caminar sin alejarme tanto de Eros y Deo.

— La prima trato de suicidarse — confiesa.

— Jodida m****a, tan grave es la situación — hablo.

— ¿cómo estan los niños? — pregunta interesado.

— Nosotros estamos en el...— me interrumpe.

— Estás en el hospital ¿No es así? — pregunta y me quedo estático sin decir ninguna palabra, el cuelga la llamada y siento que alguien toca mi hombro, trago saliva con miedo y me doy la vuelta.

— Jodida m****a — susurro para mí al encontrarme con mi hermano furioso y con los brazos cruzados.

— ¿Por qué m****a no me llamaste para decirme que los niños están aquí? — pregunta enojado, observa a sus hijos y ven el corte en la mano.

— Asim ¿que mierdas le paso en la mano a mis hijos? — cuestiona desesperado.

— Tiraron algo de vidrio en el taller y se cortaron la mano y les traje rápido aquí — aclaro.

— Esperemos al doctor que nos llame, espero también que Arlette no sepa de esto porque te mata — dice suspirando, me pongo pálido porque los recuerdos se hacen presentes y el castigo de ella fue de terror.

Minutos más tarde...

Hace cinco minutos estamos esperando el llamado del doctor, me iba a levantar para quejarme con la recepcionista hasta que sale del consultorio un pediatra.

— ¿Eros y Deo Pregonas? — pregunta el doctor entramos con los niños en el consultorio, segundo más tarde salimos cuando ellos están todo curados, nos quedamos estáticos cuando vemos a la mujer de Arlette.

— Killian y Asim Pregonas  ¿Qué significa esto? — dice, trago saliva al igual que el. Arlette furiosa, los chicos se esconden atrás de su padre.

— Vamos a la casa, me explican todo después — habla con un tono frío. Salimos del hospital cada uno se va a su auto.

Minutos más tarde...

Estamos todos en la sala de estar, al llegar Arlette, nos pide una explicación. Miro a Killian para que se quede callado, suspiro.

— Fue mi culpa Arlette no los vi y se les cayó algo que les corto la mano, lo siento — hablo. Ella se queda pensativa.

— Mi prima tendrá que vivir contigo por tres meses — habla con un tono serio, se acerca a mí y me observa.

— Ella está pasando por un mal momento, no quiero que ella sufra, necesita de apoyo, Asim — súplica. Suspiro frustrado.

— ¿Cómo se llama? — cuestiono.

— Aleska Abanto — contesta.

— Haré lo posible para ayudarla, pero si ella no me ayuda, no podré hacerlo — comento con un tono serio.

— Muchas gracias, Asim. Te debo una — dice con una sonrisa y miro a mi hermano quien asiente con la cabeza como agradecimiento.

No puede ser tan malo, estar con esa mujer llamada Aleska ¿No?

Capitulo 3

Asim

Una semana más tarde...

Hace una semana que la prima de Arlette vino a vivir conmigo y ya no soporto más, se la pasa encerrada en la habitación. Ella está haciendo lo mismo cuando prometio a su prima que haria lo posible para salir adelante. Abro pateando la puerta de la habitación y miro que esta en la cama llorando, ruedo los ojo.

— Bueno, suficiente llevas mas de dos semanas asi en mi casa y en el club, capaz que ellos te toleren pero yo no — hablo mientras me acerco a ella. No me dirige la palabra, suspiro y le saco las sábanas con que se estaba tapando trata de protestar pero me adelantó para hablar.

— perdon por decirtelo, tu hijo seguramente no quiere verte desanimada como lo estas ahora, quiere verte feliz, con un trabajo digno y con un familia, por algo se fue al cielo, por algo pasan las cosas, ahora te levantaras de la cama, te bañaras, comerás y bajaras al taller entendido te doy 20 minutos para hacer eso — ordeno. Ella no dice nada.

Se levanta y va hacia el baño suspiro, me quedo esperando abra la regadera del baño y escucho, bajo las escaleras para hacer el desayuno unos huevos revueltos, pan tostado y jugo de naranja empiezo a poner la mesa para el desayuno cuando me doy vuelta miro a Aleska bajar las escalera se le nota decaída y sin ganas de hacer nada.

— Me acompañarás al club tengo que traer algo de alli — comento, la escucho suspirar, la observo mientras tomo mi jugo de naranja. 

— Perdón por todo lo que te esta pasando y por como te trate — me disculpo avergonzado.

— No hay problema, entiendo —son las únicas palabras que dice. El sentimiento de dolor es más fuerte para ella. Una vez que terminamos de desayunar empiezo a lavar los trastes.

Me quedo pensando, que cosas podría hacer ella, necesito un plan para que su depresión desaparezca. Le prometí a mi hermano que le cuidaría pero ella no está ayudando en nada, se esfuerza, no es suficiente.

Le podría dar trabajo y hacerla mi secretaria en el taller, para mí suerte, tengo una oficina que es mia. El taller es chico, pero es un lugar cómodo y pulcro, es un lugar donde puedo arreglar  los autos sin ningún problema.

También le podría dar un trabajo en la casa, para que lo limpie pero el objetivo es que no este en su habitación. Tengo que pensar que puedo hacer. Escucho que Aleska baja de la escaleras.

— ¿Nos vamos muñeca? —pregunto, ella rueda los ojos y bufa.

— No me interesa nada asi que no me digas muñeca — dice con una voz ruda, alzo la mano como forma de rendición, nos encaminamos al auto, ella entra y cruza los brazos.

¿Que hice para mereces esto?

Minutos más tarde...

No hablamos en todo el camino, la camión es una ambiente tenso lo cual odio completamente, tengo que admitir estoy con mis nervios elevados ya que hace mucho no estoy involucrado en el club, ha pasado dos años y todavía no supero nada de lo sucedido. Sin darme cuenta llegamos al club, bajo del auto para ser un caballero con la señorita pero es imposible porque ella baja del auto y cierra la puerta con un portazo.

¿Que culpa tiene mi auto de que esté enojada conmigo? Suspiro frustrado y niego mi cabeza varias veces mientras entro a la casa.

Una semana de que vivimos juntos y creo que esta situación será difícil.

Aleska

Siento que estoy siendo una desconsiderada con el hermano de Killian, me siento mal porque el trata de ayudarme y yo comportandome como una niña.

Ha pasado una semana desde que estoy en su casa, el trata de todas las maneras posibles de levantarme de la cama, también me da mi espacio pero hoy me abrió los ojos por algunas palabras que ha dicho.

No estoy molesta con él sino conmigo misma por no seguir adelante como mi pequeño me dijo que lo hiciera, me acuerdo de sus palabras antes de que fallezca.

Mami, tienes que ser feliz, trata de seguir adelante y no quedarte triste cuando no esté.

Le prometí que lo sería pero no estoy cumpliendo con mis palabras, no puedo ser feliz sino estoy con él.

— Se feliz mami — retumba esas palabras en mis pensamientos, mis lágrimas caen al recordar sus palabras enseguida me seco.

Prometo que  seré feliz, mi pequeño Tobías, prometo que seguiré adelante.

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