―Todo sobre ella, sobre todo, si hay alguna forma de revertirla ―dijo Alastor― ¿Revertir una ceremonia de unión? ¿Por qué? ―preguntó Chloe extrañada―Lo que sucede es que Arioch pretende que Anna y Zeth se unan para… ――Sabía que si necesitaba a Laisha no era para un tema cualquiera ―dijo Dante, quien había entrado utilizando la puerta del jardín― ¿¡Cuánto tiempo hiciste!? ―preguntó Alastor entre sorprendido y confundido ― ¿Sabes qué? No importa ―masculló al verlo fruncir el ceño ― ¿Dónde está Laisha? ――Ella… Llegará en un minuto ―dijo Dante al darse cuenta de que había dejado atrás a sus acompañantes― ¿Al menos entró al territorio? ―preguntó Máximus―Más bien, ¿llegaron a las fronteras? ―preguntó Alastor divertidoPor el tiempo que le había tomado llegar al territorio, Alastor sabía que Dante había corrido a toda velocidad, y como su yerno no era del tipo que dejaba que las hembras subieran a su lomo, Laisha debería venir con Lysander.―Por supuesto, Carlo y Lysander venían justo
Esa mañana, todos trabajaron en conjunto para investigar todo lo relacionado con la ceremonia de unión, y si bien no pudieron encontrar mucho, idearon un plan para intervenir a tiempo para que Anna y Zeth no fueran afectados por la magia de la ceremonia.Una vez tuvieron lo básico, Alastor, Dante y Máximus, se dirigieron a la casa de juntas, donde comenzaron a prepararse para comenzar a movilizar a sus aliados.Alastor, por su parte, se encerró en su oficina y continuó llamando a los aliados que Basil había conseguido para él, mientras que Dante, se encargaba de hablar con los alfas que sabía que podían comenzar a trasladarse.Máximus, por otro lado, se encargaba de planear el arribo de los alfas y de su traslado a Arcadia con Elián Manolis, quien se mostraba entusiasmado con la idea de atacar pronto.Gracias a su perfecta coordinación, los tres pudieron avanzar bastante hasta que por fin dieron las cuatro, y los invitados de Alastor, comenzaron a llegar.―Es un honor el poder hablar
«Ubicación: Arcadia.»Tras dos días enteros de tormenta, el sol por fin volvía a brillar sobre la hermosa isla, sin embargo, se pronosticaba que eso era sólo la calma antes de la verdadera tormenta, por lo que, todos los habitantes de Interlunio se preparaban para la peor tormenta en años, y por supuesto, para la unión de su futuro rey con su reina.Pese al mal clima que habían tenido los días anteriores, todo parecía ir viento en popa en cuanto a la ceremonia se refería. El banquete, el traje, el vestido, el salón, incluso, el sacerdote, que, para sorpresa de Anna y de Zeth, no sería Mendel.―Para ser alguien que va a unirse a su compañero, usted no parece muy contenta, señorita Anya ―se escuchó una familiar voz masculina detrás de Anna, quien se encontraba sentada bajo la sombra de una wisteria en el jardín delantero del palacio―No es que no me entusiasme joven Michel ―dijo Anna sin mirarlo ―Es sólo que, no esperaba que las cosas se dieran así ―suspiró la joven al ver como un par d
Confundida por sus palabras, Sandrine observó a Anna unos instantes antes de responder.―Yo… No lo he visto mi señora, me parece que él y el joven beta han estado muy ocupados desde muy temprano ―dijo Sandrine antes de bajar la voz ―Hasta donde sé, siguen ocupados con la seguridad de la capilla ――Entiendo… ――Mi señora… ¿Está segura de qué no podemos hacer nada por evitarla? ――No Sandy ―susurró Anna ―Me quedé aquí con un solo propósito, si me echo atrás ahora, no habría valido para nada, así que, planeo llegar hasta el final ――Pero… ¿Y su promesa? ―preguntó Sandrine deteniéndose frente a ellaAnte la pregunta, Anna apretó los labios en una delgada línea.Quería cumplir su promesa más que otra cosa, sin embargo, sabía que, si se negaba a realizar la ceremonia, Mendel comenzaría a sospechar aún más de ella, por lo que quedarse, habría sido en vano.Sin decir nada, Anna suspiró y continuó su camino en dirección a la habitación de Idylla.―Mi señora… ―murmuró Sandrine―Las cosas se est
El resto de la tarde, Tamara y Ruby trabajaron en el cabello de las tres mujeres, quienes decidieron tomar como jurados al pequeño Ares y a sus criadas.Para Anna, la opinión más importante fue la de Ares, quien la conocía perfectamente, además de que, curiosamente, su opinión siempre coincidía con la de Dante.Pensar en su compañero, hizo que el humor de Anna mejorara, pues comenzó a imaginarse a Dante entrando fúrico a la capilla del palacio exclamando cosas del tipo, “yo me opongo”.Si bien aquello era imposible, pues Dante no debía de tener idea de qué era lo que estaba pasando en Interlunio, Anna optó por aferrarse a aquella idea y confiar en su tía, por lo que renunció a su mal genio y decidió unirse al buen humor que se había apoderado de la habitación, pues Tamara y Ruby, eran dos mujeres sumamente ocurrentes y alegres.― ¿Qué tal este? ―le preguntó Anna a Ares cuando Tamara, terminó de colocar la última flor en el moño que acababa de hacerle― ¡Me gusta! ―exclamó Ares con emo
Sin decir nada más, Anna se apresuró a la habitación que compartía con Zeth siendo acompañada por Sandrine, quien lucía ligeramente pálida.― ¿Qué va a llevar mi señora? ―preguntó la joven sacando una mochila de un armario―Sólo lo necesario para mi hermano Sandy, a mí, sólo guárdame un cambio nuevo por favor ―pidió Anna mientras que ella rebuscaba entre sus cosas el teléfono que Elián le había dado ―Oh, y tal vez algo de desmaquillante ――Oh, pero mi señora, luce hermosa ―dijo Sandrine con voz temblorosa― ¿Estás bien? ―le preguntó Anna, quien soltó un suspiro al notar que, aquel teléfono, continuaba sin señal―Estoy algo nerviosa… ―― ¿Nerviosa? ―preguntó Anna apresurándose a tomar una almohada de la cama―Por Dánae y por la tía Helen, me preocupa que Aeris se vea involucrado ――El problema es en contra del palacio, los rebeldes no tendrían por qué tomarla en contra de la ciudad y el resto de los isleños ――Tal vez los rebeldes no, pero, mi señora, ¿qué hay de los soldados? ―Ante s
―Calma, calma ―le susurró Anna con dulzura al cubrirlo en un cálido abrazo ―Todo estará bien ―― ¿De verdad habrá una tormenta? ―preguntó Ares asustadoPara responder al cachorro, el fuerte sonido de un trueno resonó por todo lo alto, provocando que el cachorro se encogiera aún más en los brazos de su hermana.―Que extraño, creí haber escuchado que ese cachorro era el sobrino de la criada de la reina ―susurró Dagna, la Luna de Rayner Volker ―Yo hubiera apostado a que correría a los brazos de su tía ――Tal vez la conoce de Aeris mamá ―dijo Michel, quien también observaba la escena ―La verdad, es muy fácil encariñarse con ella ―dijo sonriendo cuando Anna, le hizo un gesto a Sandrine, quien se apresuró a sacar un tablero de ajedrez de la mochila que llevaba con ella―En eso tienes razón ―dijo Joel, quien, al ver como el niño comenzaba a acomodar las piezas, se apresuró a caminar en su dirección ― ¿Te apetece una partida pequeñajo? ―Sin saber que decir, Ares lo observó brevemente antes d
«Ubicación: Loto de Luna, esa misma noche.»En lo alto de una montaña, Aníketos observaba su territorio con nostalgia, pues a la mañana siguiente, el lobo volvería a Arcadia para enterrar su pasado de una buena vez y recuperar a su familia en el proceso, por lo que, ansioso, aulló al pequeño y apenas visible rasguño de luna que quedaba en el cielo.― ¿Estás nervioso, hijo mío? ―preguntó Máximus, quien se sentó a su lado― “¿Marcia te dijo dónde estaba?” ―preguntó Alastor mientras que Aníketos, continuaba con la mirada fija en su territorio ― “No recuerdo haberte traído aquí” ――No, no fue Marcia ―dijo Máximus con voz queda ―Me lo dijo Ragnar, sin embargo, todos ellos me trajeron hasta aquí ―dijo apuntando hacia atrás para indicarle que Marcia, Neilan, Wyatt y Ragnar, estaban presentes en el lugar― ¿De verdad pensaste que te dejaríamos solo esta noche? ―preguntó Neilan―Por la diosa, nunca vas a aprender ―suspiró Wyatt antes de sentarse a su ladoAnte sus palabras, Aníketos gruñó.La