Por otro lado, perdiéndose de aquello, Gael corría a toda velocidad por las escaleras del hotel siendo seguido muy de cerca por Neilan y Ragnar.Al llegar a su meta, Gael abrió la puerta de una patada para ser recibido por Gerard y Desa, quien descansaba pacíficamente entre los brazos de su hermano.―Sólo está agotada, al parecer fue un enfrentamiento muy intenso ―dijo Gerard al ver el rostro preocupado de los lobos―Eso veo… ―masculló Gael, quien observaba con horror la destrucción que el enfrentamiento entre Emmet y Samael había dejado atrás―Es increíble que lugar haya resistido… ―susurró Neilan, quien observaba a su alrededor―Mira, ahí está Samael ―le indicó Ragnar ― ¿Podemos llevárnoslo? ―le preguntó a Gerard―Sí, está inconsciente, pero lo he atado con magia solo por si acaso ―dijo Gerard, quien le acomodó un mechón de cabello a su hermana cuando este, resbaló por su frente ―Lo hiciste increíble, me alegra que seas tú la maestra de nuestro aquelarre, estoy muy orgulloso de ti―
Aquella misma madrugada, Máximus envió a los soldados de Arioch a diferentes prisiones, levantó el estado de alarma en la isla y se encargó personalmente de ayudar a trasladar a los heridos, tanto enemigos como aliados, al hospital de Arcanis.Aquello, incluía a su propio hermano, pues, pese a que la maldición que aquejaba al consejero se había roto, había algo que preocupó a todos, y eso era que nadie podía sentir a Chaos por ningún lado.En cuanto a Anna, la joven princesa también fue llevada al hospital por petición de Alastor, quien, a regañadientes, optó por dejarles la tarea a Dante y a Gino para que Anna aún no fuese relacionada con la realeza y pudiese descansar tranquila bajo la identidad de Anya.Idylla, por su parte, se encargó de conseguir hospedaje para los aliados de Alastor, quienes tuvieron que repartirse en los diferentes hoteles que existían tanto en Altalune como en Arcanis, pues gracias al incendio provocado por Paimon, el palacio no se encontraba en condiciones de
Alrededor de las nueve de la noche, tras dormir la mejor siesta de toda su vida, Alastor, Neilan, Cole y Ragnar, se reunieron en el puerto privado de Arzeth, pues Basil le había informado que llegaría exactamente a las nueve y treinta y que no lo haría solo.Al llegar, Alastor no se sorprendió en absoluto de ver que Elián y Lysander ya se encontraban esperando, por lo que, sin dudar, el caminó directamente hacia ellos, sin embargo, una risa familiar llamó su atención.Sentados en un pequeño bote de pesca, Gael y su padre parecían estarlo pasando bomba.―Parece que nuestro mágico cachorro está contento ―le dijo Neilan a Alastor―Lo está, y me alegro por él, bueno, por ambos en realidad ―susurró Alastor con una sonrisa―Por los tres, querrás decir ―le dijo Ragnar ―Marcia me dijo que la señorita Chloe viene para reunirse con su hermano ――Ah, ese será un reencuentro que no me pienso perder ―dijo Alastor con una sonrisa antes de retomar su camino hacia Elián, quien lo recibió con un cálid
―Así es mi pulguita, yo ya soy demasiado viejo para unirme a una manada ――Si, bueno, nadie le negaría la entrada a un antiguo soldado real que encima es pescador ―masculló Gael antes de estornudar ―Serías un gran rastreador papá ―masculló ―Honestamente, pese a que llevo más tiempo que el resto en la isla, no me he podido acostumbrar al aroma del agua salada ――Lo harás a su debido tiempo, sobre todo, si planeas proteger a nuestra futura reina ――Ah, sin duda tienes razón en eso, pero, espero que puedas ayudarme con eso, papá ―dijo Gael sonriendo al decir las últimas palabras―Por supuesto que si pulguita, por supuesto que sí ―Ante el apodo que su padre había utilizado, la sonrisa de Gael se ensanchóSu padre, Rayan Bennet, solía llamarlo pulga porque, según él, siempre fue muy inquieto y brincaba sin parar de un lado a otro, algo con lo que Alastor también tuvo que lidiar cuando él comenzó a abrirse nuevamente tras la muerte de su madre.― ¿Estás seguro de que no prefieren quedarse
En medio de una horrible tormenta, sentada en el suelo de un refugio, una joven loba de cabello castaño y ojos color avellana, intentaba protegerse del frío con una delgada manta mientras observaba como, en una pequeña mesa de madera, su hermano jugaba al ajedrez con un atractivo joven de cabello oscuro y ojos dorados como el sol.Desde que lo había conocido, el tipo le había parecido pedante y sumamente molesto, pues este, se dedicaba a acosarla a diario, sin embargo, en ese momento, el joven no tenía ojos para nadie más, solo para el pequeño que se estremecía con cada trueno que resonaba en la distancia.―Tranquilo, ponte estos ―dijo el joven sacándose unos audífonos bluetooth de su bolsillo ―No sé si te guste el tipo de música que escucho, pero, creo que será mejor que los truenos ――Gracias… ―masculló el niño mientras se colocaba los audífonosSintiendo curiosidad porqué tipo de música escucharía aquel joven presumido, la castaña mantuvo sus ojos clavados en su hermano, el cual, s
Eran alrededor de las ocho de la mañana en la hermosa isla de Arcadia, donde sus habitantes, iban y venían por las calles de los diferentes distritos para cumplir con sus deberes diarios.Al igual que los civiles, en el sagrado palacio de Interlunio, todos sus habitantes habían comenzado a realizar sus tareas desde muy temprano, sobre todo, el ejército imperial, el cual, cumplía con su rutina diaria de entrenamientos y vigilancia, pues, tras el secuestro del rey, esta se había endurecido.Pese a que habían capturado al culpable, el paradero del rey era aún desconocido, por lo que, el palacio, se vigilaba incluso tras sus murallas.Los encargados de aquella tarea, eran los nuevos cadetes, los cuales, eran supervisados por los soldados más experimentados.― ¡Oye! ¡Damián! ―le gritó un joven de tez morena a un joven de cabello oscuro que tenía algunas mechas grises ―Deja de distraerte con las criadas, te meterás en problemas si Aidée te descubre ―― ¿Qué sucede? ¿Acaso te gusta la nueva?
Ante la decepción en los ojos de la mujer, Anna soltó un suave suspiro y negó con la cabeza lentamente.―Podría hacerle frente a Mikaela señora Aidée, pero le recuerdo que su excelencia no estaba muy de acuerdo con mi contratación, así que prefiero no causar problemas… ――Anya ―la llamó la mujer con un tono más suave―De verdad, no quiero causarle problemas señora Aidée ―dijo Anna acercándose a la mujer ―Usted ha sido muy amable conmigo, pero, me temo que, si hago frente a esas chicas, su excelencia podría enojarse con usted ――Oh, no, eso no importa Anya, las amantes de su excelencia son unas estúpidas, creen que teniendo su favor pueden terminar echándote del palacio y quedarse con tu puesto ―gruñó Aidée ―Las muy tontas, han trabajado aquí por años y desde que el joven Zeth volvió, jamás les ha dedicado una sola mirada ――Espere, ¿sus amantes? Pensé que su excelencia tenía una compañera ――Y la tiene, pero a su excelencia no le interesa ―dijo Aidée con decepción ―Prefiere tontear co
«Un mes atrás en Wolfsong»Temprano por la mañana en la manada de Loto de Luna, Anna salía de su armario con una sencilla chaqueta de algodón, la cual, su madre le había sugerido llevar, pues en el avión privado de Alastor, siempre solía hacer mucho frío.Al volver a su habitación, se encontró con Elizabeth, quien justo estaba cerrando una pequeña maleta de viaje, la cual, la propia loba le había llevado la tarde anterior.― ¿Llevas todo? ―preguntó Elizabeth sin mirarla―Sí Eli, llevo toda la ropa que me compraste para hacerme pasar por una omega de clima tropical ―Reprimiendo una risita, Elizabeth apoyó sus dos manos sobre la maleta que acababa de cerrar.― ¡No me hagas reír! ―exclamó ― ¡Sigo furiosa contigo! ―― ¿Podrías guardar tu ira hasta mi regreso? ―le preguntó Anna al mismo tiempo que la obligaba a girarse para poder verla ―Eli, tengo que ir, no puedo dejar a mi padre en manos de ese monstruo, además, es cuestión de tiempo para que venga a buscarme, lo mejor es que nos adelan