Asintiendo, Philip sacó un pequeño encuadernado de la bolsa que la loba de Atenea había estado llevando.―Lo siento mucho excelencia, pero ¿a quién se refería? ―preguntó Gael ― ¿Quién es Isaías? ――Isaías Mendel, fue el maestro de Eclipse por el tiempo en el que yo fui rey ―explicó Philip tendiéndole un encuadernado a Gael, quien frunció el ceño, pues aquello, ni si quiera se acercaba a los gruesos libros que él y Laisha tenían ―Y también, el creador de la teoría del ritual Lykantopus Axenderé ―― ¿Qué? ――Si bien era una simple teoría, opté por no arriesgarme, maté a Isaías y dicté la ley de que los reyes retirados debían permanecer ocultos ―explicó Philip ―Sólo por si acaso ――Si no es indiscreción, ¿cómo es que llegó esto a sus manos? ――Hace algunos años, me encontré con Theodor Amato, un antiguo alfa de la manada Niebla profunda, él me entregó ese encuadernado alegando que no había podido entregárselo a Máximus ―dijo Atenea cuando Gael comenzó a pasar página por páginaAl igual q
Temprano por la mañana del jueves, las cosas en Arcadia comenzaban a calmarse, los isleños volvían poco a poco a sus rutinas, aquellas que se habían pausado tras la desaparición de Máximus, incluyendo, la propia Anna, quien despertó sobresaltada gracias a que alguien la sacudía con violencia antes de arrebatarle sus cálidas cobijas.― ¡Basta Elizabeth! ―rugió la joven aferrándose con fuerza a la almohada que tenía el aroma de su compañero― ¿Lo ves? Te dije que no te culparía ―le dijo Elizabeth a Sandrine, quien parecía aterrada por el actuar tan violento de la joven―De verdad, eres insoportable ―masculló Anna ―En el palacio, Sandy me despertaba temprano sin la necesidad de semejante violencia ――Sí, sí ―― ¡Para! ―exigió Anna cuando Elizabeth intentó arrebatarle su almohada―Lo haré una vez que salgas de la cama ―suspiró Elizabeth ―Sandy ¿te importaría traerme un vaso con agua fría? ―― ¿Justo ahora? ―preguntó Sandrine visiblemente confundida― ¡Ya me levanté! ―gritó Anna, quien no
― ¿Es cierto lo que dice Adel? ¿Suspendieron el curso? ――Sí y no ―suspiró Elizabeth ―Terminamos el curso, oh, bueno, Con y Adel lo hicieron, por mi parte, debido a mi ausencia en el instituto, no pude hacer los últimos exámenes, sin embargo, debido la presencia de tu abuela en el territorio, bueno, yo he estado en un curso intensivo al que tú te unirás nada más volver ――Oh, no, clases con la abuela Alda no… ―tragó Anna nerviosa―Admito que te tengo un nuevo y renovado respeto ―asintió Elizabeth―Mira, Eli, ¿qué te parece este? ―le preguntó Keren entrando a la habitación siendo seguida por Sandrine ―Oh, hola mi princesa, buenos días ――Hola tía, buen día ―la saludó Anna alegremente― ¡Me encanta! ―exclamó Elizabeth, cuyos ojos brillaban ante el hermoso kimonoEste, era largo hasta los talones y de color negro traslúcido, combinando perfectamente con los colores elegidos.―Toma, ponte esto mientras tanto ―dijo Elizabeth entregándole a Anna una blusa suelta y un pantalón deportivo ―Ten
Emocionada, Anna saltó de su lugar y corrió hacia Máximus para poder abrazarlo por el cuello.― ¡Gracias abuelo! ¡Iré a contarle! ――Un segundo princesa mía ―la detuvo Máximus cuando Anna echó a correr hacia la salida ―Lleva contigo a Ragnar ――Pero… ――Sin peros, me sentiré más tranquilo si van escoltadas por un soldado experimentado, y no es porque dude de Ella y Byron ―añadió ante el ceño fruncido de Anna y Alastor ―Pero Ragnar conoce a los isleños y, sobre todo, conoce la ciudad ――Vale, está bien abuelo ―sonrió Anna al dirigirse hacia la salida del comedor, sin embargo, su sonrisa se desvaneció lentamente ante la imponente figura de Arioch, quien observaba atentamente la escena desde el umbral ―Bu-Buenos días, su ex… Ah, no, perdón, señor Arioch ――Buenos días cachorra ―la saludó Arioch con una pequeña sonrisa antes de dirigirse a Máximus ―Max, Dasha me dijo que querías hablar conmigo ――No, en realidad, yo le dije que por favor te pidiese que bajases a desayunar con nosotros ―di
Pasadas algunas horas y algo cansado de la vista, Arioch decidió salir a fumar un cigarrillo junto al joven encargado de vigilarlo, el cual, solo lo seguía al exterior de la finca.Esto, lo había descubierto la tarde anterior, cuando él y su compañera habían optado por comer en la terraza, pues para él, aún era difícil comer junto a toda su familia pese a que Iva y Petra, habían insistido en que se uniera a ellos.― ¿Cuál es tu nombre? ―le preguntó al joven guerrero que estaba de pie no muy lejos de él―Jared Wood ―respondió el joven sin mirarlo― ¿Cuántos años tienes? ――Cumplí veintidós la semana pasada ―― Mier da, Jared, ¡lo olvidé! ―dijo una voz a sus espaldas―Lenguaje ―la regañó Iva, quien justo pasaba por la puerta―Lo siento mamá ―masculló Anna antes de correr hacia Jared, quien la atrapó en un cálido abrazo ―Muchas felicidades mi querido guardián, perdona que lo olvidara, prometo compensártelo ―masculló la joven ―Ah, de hecho, justo ahora voy a la ciudad, prometo traerte alg
―Por cierto, Gabrielle, tú y Marcia optaron por quedarse en la casa de Ragnar ¿cierto? ―le preguntó Keren con curiosidad―Mas que optar, mamá Iva prácticamente le ordenó a mi mamá que nos quedáramos con él ―explicó Gabrielle ―Admito que al principio fue raro, pero ya nos hemos acostumbrado, sin duda, eso ha servido para conocernos mejor, lo cual, es algo bueno, pues papá Ragnar dice que está listo para presentarnos a su familia y amigos en Arzeth ――Pareces emocionada ―dijo Nero con una suave sonrisa en los labios―Lo estoy ―asintió Gabrielle ―Sobre todo, porque mi mamá luce más feliz que nunca, no la había visto sonreír así desde que mi papá falleció ――Si de algo sirve, creo que al mayor Ragnar le pasa igual ―dijo Nero ―Recuerdo que, cuando la señora Mina murió, él se apagó bastante, pero, ahora, con la gama Marcia a su lado, bueno, él luce bastante contento ――Ambos se merecen esta segunda oportunidad ―asintió Gabrielle ―En fin, olvidémonos de mi historia familiar, dime, Nero, ¿a d
―Vamos a acercarnos ―dijo Keren aferrándose a su sombrero de paja al mismo tiempo que se abría paso entre la gente―Por la Diosa, ¿ya viste eso? ―le preguntó un hombre a una mujer al mismo tiempo que señalaban a Anna sin ningún tipo de discreción―Que descaro ―gruñó la mujer ―No será lo que esperábamos, pero la princesa Judith sigue siendo nuestra princesa ――Aunque, esa joven es más bonita ―dijo el hombre―Con que Judith ―dijeron Anna y Keren en voz baja―Ah, esto se va a poner bueno ―dijo Elizabeth divertida― ¿¡Cómo se atreve!? ―gritó una joven que se encontraba en el mostrador ― ¿Qué acaso no sabe quién soy yo? ――Lo-Lo siento señorita, yo…―― ¡Nada de señorita! Soy la princesa Judith Nicolaou, soy la hija del príncipe Alastor ―dijo la joven mirando al vendedor con desprecio― ¿Enserio? ¿Ni siquiera saben mi nombre? ―preguntó Anna en voz baja―No, papá pidió a los criados y a los alfas que estuvieron en el palacio que no revelaran nada de la familia real hasta que él lo hiciera of
Mientras que Elizabeth se encargaba de llamar a Dante, Anna y Keren caminaban cerca de Judith, quien no apartaba la mirada de Anna.― ¿De dónde sacaste esa ropa? ―preguntó Judith finalmente ―Parece muy cara, sobre todo, esos pantalones cortos, ¿acaso son exclusivos? ―“Un exclusivo Elizabeth Manolis, sí” ―bromeó Keren con Anna por medio de su enlace―Se podría decir que sí ―dijo Anna con la voz temblorosa por la risa ―Verá, en realidad, el kimono me lo prestaron y los… ――Ah, no digas más ―dijo Judith con una sonrisita socarrona ―Seguramente fue ella ―dijo señalando a Mirabella ― ¿Verdad? ――No, en realidad, fue ella ―respondió Anna señalando a su tíaEn silencio, Judith observó a Keren de pies a cabeza. Desde el principio, algo en ella la había inquietado.Tal vez, era el hecho de que la loba hacía lo posible por ocultar su rostro con el sombrero.O tal vez, eran las lobas que las acompañaban, las cuales, hacían lo posible por mantenerse cerca.Sintiéndose repentinamente inquieta por