Oh, Laura le vendió su alma al diablo. ¿Podrá Ángel ser gentil? ¿Cuantos días deberá Roberto estar hospitalizado?
NARRADORÁngel fue a su cuarto y tomó una ducha, era su manía antes de dormir y no podría dormir si no lo hacía. Al salir observó a Laura dormir plácidamente tapada hasta la barbilla, mientras abrazaba la almohada. Se metió a la cama y se pegó a su espalda. No tenía intención de reclamarla esa noche, pero si lo haría la noche siguiente. -No me toques- Lo apartó aún dormida y eso lo hizo reír Él se acomodó en su lado de la cama y la miró hasta que el suelo lo venció. Sabía que al despertar tendría que ir a la clínica para hablar con él médico y también llevar a Laura para que pudiera ver qué él estaba cumpliendo su parte del trato. (....)Laura despertó sobresaltada pensando en su padre. Tenía que ir a verlo. Ángel tenía un sueño muy liviano y la miró en silencio. Ella había quitado la almohada y estaba buscando su teléfono. Luego se había inclinado sin bajarse de la cama y había empezado a buscar en el suelo. -Ven aquí Laura- Él la llamó y fue suficiente para estremecerla de miedo
NARRADOR Después de un desayuno cargado de tensión, los dos se dirigieron a la puerta de entrada y salieron. Abordaron el costoso vehículo en el asiento trasero en completo silencio y partieron rumbo al trabajo de Laura. Su jefe estaba preocupado porque ella jamás había faltado. Angustiada le explicó a su jefe sobre el estado de salud de Roberto. Solamente le dijo que fue herido de arma blanca en múltiples zonas del cuerpo y que se encontraba en cuidados intensivos; evitando decirle que fue en prisión. -El empleo seguirá siendo tuyo cuándo tu padre se recupere- Laura sonrió feliz porque algo le salía bien después de tantas malas noticias y se dirigió al vehículo nuevamente-¿Estás despedida?- Ángel rompió el silencio -No. Puedo tomar el tiempo que necesite hasta que mi padre se recupere- Él asintió sabiendo que ella no iba a querer trabajar para él. Seguía poniendo distancias por su maldito orgullo-¿Cuánto te paga?- Preguntó -Lo suficiente para vivir- Se negó a darle la cifra -P
NARRADOR Laura, al salir de la clínica se sentía un poco más tranquila. Odiaba la situación en la que se encontraba, pero valía la pena en cuanto su padre estuviera bien. Ángel se veía un poco irritado, no le había gustado que Alejo le preguntara sobre Laura, pero era algo normal que sucediera. ¿Cuando él había ayudado a un convicto? Además la muchacha se veía incómoda a su lado. Para él, un hombre lo suficientemente observador, no pasó inadvertida la expresión de ella cuando Ángel había puesto la mano en su cintura. Era claro que algo no estaba bien. -No te metas. Lo que pase entre ella y yo no es asunto tuyo- Advirtió en tono amenazante -Solo espero que no estés aprovechándote del estado de su padre en tu propio beneficio- Alejo sintió que había atinado ante esa mención -¿Vas a aconsejarme en tu posición? No lo creo. Nos conocemos demasiado bien, ¿Estás olvidándolo?-Como quieras- Dió por terminada la conversación. No tenía caso continuar por ese camino, era en vano Al subir a
NARRADOR Laura deambuló por el patio trasero, no tenía idea de que hacer. Entró después al cuarto que compartía con Ángel y buscó la ropa más discreta que pudiera encontrar. Se concentró en lo que usaría para dormir. Escogió un conjunto de ropa interior de color negro, uno de los pocos que no mostraba todo lo que debía ocultar y un pijama que no mostraba todo su cuerpo. Una empleada llegó al cuarto para avisarle que la cena se serviría en breve y eso la aterró, ya no quedaba mucho tiempo.Con sus piernas temblando fue hacia el comedor principal donde vió a Ángel cómodamente sentado en la cabecera de la mesa. Él la había observado disimuladamente y sabía que estaba nerviosa, asustada y también sintiendo una gran expectativa ante lo desconocido. Las empleadas sirvieron la cena para dos y llenaron las copas de ambos con refresco. -Ahora parece que ya no bebes- Comentó con desgano. Jamás había necesitado una copa, pero en ese momento necesitaba sentir la borrachera de su vida -Te lo
NARRADORAún Ángel debía dar algunas órdenes más e intentar que su acompañante se relajara y disfrutara. -Cierra los ojos- Le pidió y ella obedeció. Mirarlo la hacía sentir aún más vulnerable, él la veía con deseo, con una intensidad abrumadora Entre besos, comenzó a dedicarle atención a su cuello por algunos segundos y luego a morder su labio inferior antes de demostrarle el deseo más intenso que había experimentado en mucho tiempo. En un movimiento levantó el camisón dejando sus pechos expuestos. Eso la sobresaltó e hizo que se cubriera. Ángel solo negó y se lo quitó. Con una de sus manos sostuvo las de Laura. Llevó su boca a uno de sus senos, concentrándose en el pezón. Laura intentaba no encontrar placer en ninguna de las acciones de Ángel, pero eso se volvía más difícil a cada minuto. Él notaba como ella comenzaba a disfrutarlo, aunque intentaba no hacerlo. Romper una de las tiritas de su panty no fue difícil, sino todo lo contrario. Repetir el proceso fue satisfactorio para
LAURA TORRES ¿Cómo es que todo cambió tan rápido? ¿Qué fue lo que hice? Estúpidas reglas, maldito Ángel Millar, mil veces maldito. ¿En qué momento fue que mi cuerpo me traicionó? Ángel besa realmente bien y lo que hizo surtió efecto en mi. Yo no tenía que disfrutar sus besos, sus toques indecentes, mucho menos tenerlo dentro de mi. Él no tenía que poner su boca donde nadie lo hizo antes, ¿En qué me convertí por disfrutar algo tan... íntimo?Él me hizo llegar al orgasmo más de una vez, m*****a sea. Esto no está bien. Estúpidas reglas que me volvieron una participante de la relación sexual. Acabé perdiendo el control y dejando mi placer en sus manos. -¿No vas a decir nada más?- Ángel se pega a mi espalda y me habla al oído. Se que se está riendo así no pueda verlo. Él disfruta de esto, le gusta emocionalmente torturarme Quiero fingir que no lo escucho y que no lo siento. Quiero olvidar que estoy desnuda debajo de estas sábanas. Me fue imposible vestirme cuando terminó. -Aún la noche
ÁNGEL MILLARCualquier persona creería que soy un hijo de puta. Tal vez no se equivoquen. Siendo honesto nadie regalará una gran suma de dinero sin esperar nada a cambio y más si se trata de un convicto con todo lo que cuesta trasladarlo y todo lo demás. ¿Por qué lo ayudaría? Hace tiempo deseaba estar con Laura, pero no por eso hice algo en su contra para acelerar las cosas. Solamente tomé lo que ella me ofreció, ella fue quien me buscó a mi. Se que podría haberla reclamado cuando fue a mi oficina o pedirle que se pusiera de rodillas como muestra de garantía, pero no lo hice. En lugar de eso la envié a mi casa y me ocupé personalmente de todo lo referente a su padre, hasta de sobornar al viejo bueno para nada que es el prefecto. También podría hacer que ella fuera como una muñeca inflable para mí. Después de todo, ella es mía para hacer lo que quiera mientras me quite las ganas, pero eso no fue lo que hice. Quería enseñarle lo que es un hombre de verdad en la cama, el placer que su p
LAURA TORRES Despierto sintiéndome culpable. La segunda vez que estuve con Ángel fue extremadamente placentera y acabé disfrutando sin poder evitarlo. ¿Por qué? Es injusto que la mejor noche de mi vida haya sido con él. -Buen día Laura- Me da un beso que me toma por sorpresa -¿Crees que despertar así contigo hace que mi día sea bueno? Te odio tanto- No puedo contener lo que siento, la culpa me rebasa -Descansaste bien, hasta te escuché roncar un poquito. Me abrazaste para dormir, ¿De verdad me odias?- Lucho por soltarme, pero él aún me tiene abrazada -Seguramente tenía frío porque no me pude vestir y esa fue tu culpa- Me cubro mejor con la sábana y veo que su sonrisa no se desvanece ni un poco -Tal vez. Lo único que importa es que pasamos una noche bastante buena. Los dos la disfrutamos y cuando terminamos te quedaste dormida, ¿Soy yo quien no te dejó vestir?- Lo odio por tener razón -Me arrancaste la ropa. Si pudiera dormir vestida soportaría hasta tu estúpido sentido del humor