— Roland, me acaba de indicar que regresemos — les comenta Ahir a sus compañeros. Él, junto a Sam, Clair y Xander, partieron días atrás hacia la frontera, conscientes de que su presencia no sería necesaria en ese lugar. — El alfa Hiro se está anuente de que muchos de nuestra manada y nosotros no estamos en nuestra máxima capacidad; él se hará cargo de las fronteras por algunas semanas —.Cuando Kogan se perdió, muchos de sus guerreros, incluyendo a sus betas, resultaron heridos. Numerosos lobos sanadores, junto con otros grupos de lobos, tuvieron que abandonar las fronteras, dejando áreas vulnerables. A pesar de recibir esta ayuda del alfa Hiro, los betas de Kogan no se quedaron de brazos cruzados, priorizando la seguridad hacia su luna.— Entonces, volvamos — dijo Sam, recostado sobre un árbol y abriendo sus ojos, mencionó — Es como dices Ahir, no estamos haciendo nada; el beta Leandro tiene todo bajo control —, aseguró.— A pesar de nuestro agotamiento, decimos venir por nuestra lun
Cristal abrió ligeramente sus ojos para comprender que había vuelto de una extraña realidad o sueño. Esa misteriosa voz decía palabras sencillas pero difíciles de comprender para otros, aunque ella podía entender todo su significado. ¿Quién era esa extraña voz femenina? Todavía sentía un poco de confusión en su mente. Recordaba girar en todas las direcciones, donde creía que estaba la silueta de quien le hablaba, pero nunca pudo encontrarla.Cristal cerró los ojos recordando lo que se le había mostrado. Si ella no hubiera detenido a Kogan ese día, muchos hubieran perecido, como Ahir, Kalium y Clair. También recordaba cuando Kogan tenía la forma de esa temible bestia. Nunca tuvo temor, y lo único que prevalecía en su mente era poder detenerlo. En ese momento, un escalofrío recorrió su cuerpo al recordar sus terribles recuerdos, haciendo que ella volviera a sentir mucho miedo.“No temas, recuerda que él ya no volverá a lastimarte. Era necesario para que comience a controlar su gran pode
La conversación con John se prolongó más de lo habitual debido a las numerosas y precisas preguntas que él formulaba. Lynn se esforzaba por explicarle con detalle, reconociendo en él un vasto conocimiento en medicina.Después de finalizar el intenso interrogatorio, John continuó conversando un poco más con Cristal. Había logrado convencerlo de que su falta de comunicación se debía al mucho trabajo y a un pequeño accidente. Antes de terminar la videollamada, acordaron volver a conectarse más tarde para que Jilyan y Torik pudieran hablar con ella.Cristal se recostó entre las almohadas con un suspiro pesado. Si hubiera mostrado alguna señal de duda o si Lynn no hubiera investigado, su hermano podría haber comenzado a dudar de sus palabras. La luna sabía que también tendría que enfrentarse a la difícil tarea de comunicarles a sus hermanos que debía quedarse a vivir en Kanis. Era consciente de que se enfrentarían a su decisión y necesitaba encontrar una forma de explicarles que su lugar e
Cristal se encuentra sola en la habitación, finalmente sus pensamientos se centran en Kogan. Sabe que volver a tratar con él será incómodo, pero desea romper esa barrera. Cierra los ojos para sentir su vínculo, pero los nervios la invaden. La ansiedad se apodera de su cuerpo al no percibir ninguna emoción de su pareja. ¿Qué está pasando? ¿Por qué no puede sentir los sentimientos de Kogan? Ahora es Cristal quien tamborilea sus piernas, preocupada por la ausencia de conexión con su pareja. Mirando hacia la puerta, espera la llegada de Kogan, pero un repentino dolor en su hombro la distrae, haciéndola olvidar momentáneamente a su pareja.Inesperadamente, una ráfaga de aire recorre su cuerpo y una voz exaltada la sacude.— ¡¿CÓMO TE LASTIMASTE?! — grita Kogan con ceño fruncido y ojos centelleantes de preocupación.El estallido emocional de Kogan sobresalta a Cristal, sintiendo su corazón latir con fuerza en su pecho. Abre los ojos con sorpresa y se encuentra con el rostro enfurecido de Ko
Sam, Clair, Xander y Ahir estaban a unos kilómetros de llegar a la madriguera. En las últimas horas, habían avanzado con pasos ligeros. Aunque se encontraban agotados, la ansiedad por ver a su luna recuperada los mantenía sin deseos de tomar un descanso. Una expectativa palpable se reflejaba en sus miradas, pero ninguno estaba preparado para lo que estaba por venir.De repente, Clair detuvo su paso bruscamente, dejando tras de sí un rastro de tierra removida. Abrió sus ojos en asombro al percibir que el vínculo de la manada se estaba inestablilizando. Xander y Ahir también notaron esta extraña anomalía y se detuvieron justo detrás de su compañera. Mientras tanto, Sam, distraído por lo que percibía, se chocó contra un árbol frente a él.— ¿Qué es esto? —, preguntó Xander, con temor, respirando agitadamente, sin prestar atención a Sam, quien yacía en el suelo. — ¿Por qué mi cuerpo se estremece? —, mencionó, viendo cómo temblaban sus manos.— ¿Pícaros? —, soltó Ahir, quien rara vez habla
En la entrada del vestíbulo se encontraba Kalium envuelto en un gran enojo. En los últimos días, había permanecido junto al alfa Hiro ayudando en todo lo que concierne a la manada. Horas antes, había emprendido el camino de regreso a la madriguera para informarle a su alfa acerca de los humanos que se estaban adueñando de áreas del territorio prohibidas.Esto era un patrón normal en ellos. En esta parte del territorio, es rico en minerales y piedras preciosas, iban llegando para informar a Kogan qué acción debían tomar contra esos humanos. De un momento a otro, ambos se detuvieron abruptamente, percibiendo lo que Kogan estaba por hacer.Hiro se mantuvo inmóvil momentáneamente, al igual que Kalium. Su enojo invadió todo su ser y continuaron su apresurado paso hasta llegar donde Kogan se encontraba.Mientras el cuarto beta se encontraba detenido en el vestíbulo, apretando sus puños con mucho enojo, pudo escuchar los gritos de su luna y, al sentir que su alfa no continuó con su rechazo,
Cristal, recostada nuevamente en la cama, mantenía su mirada caída. Observaba por la ventana el inmenso bosque que se extendía ante ella, lo cual la ayudaba a olvidar el sufrimiento que minutos antes había padecido. Aún respiraba lentamente, cansada después del tortuoso dolor que había sentido.Elena y Lynn habían esperado pacientemente hasta que las lágrimas que brotaban de los ojos de Cristal cesaron. Luego la ayudaron a ponerse de pie y ambas lunas ayudaron a cambiar sus ropas manchadas de sangre.Mientras Cristal estaba sumergida en ese profundo mar de lágrimas, Elena y Lynn escucharon las fuertes disputas entre Kogan, Hiro y por último las palabras de Jade. Sin embargo, no les prestaron gran importancia. Porque el daño ya se había hecho.— Te irás conmigo —soltó Elena, todavía con enojo palpable, a un costado de ella.— Te quedarás en mi territorio, nosotros n
La brisa, con su poder único, se deslizaba hasta los rincones más estrechos, envolviendo a cada miembro de la manada en una sensación de profunda paz. Aquella tarde se distinguía de tantas otras; los rayos del sol se filtraban entre las ramas y hojas de los árboles con una cálida intensidad, infundiendo a todos una gran serenidad. Era como si la misma naturaleza estuviera anunciando buenas nuevas.La paz reina una vez más en la región de Roseliam, el territorio del gran alfa Kogan. El vínculo que une a cada uno de los miembros de la manada parecía resonar con la felicidad que emana de los miembros más importantes.Por primera vez desde que inició todo este infortunio, se sentía una paz palpable. Los cachorros, quienes se habían mantenido encerrados en la madriguera, salieron de su encierro.— Ahora, quién lo aguanta —, murmuró Xander, recostado sobre un árbol, dando grandes suspiros al ver a los cachorros correr por todo el bosque, cargados de mucha energía.— Esto iba a suceder, ello