32. La Verdad Enterrada

El silencio entre Javier y yo es como un abismo. Nos separa, pero al mismo tiempo nos une en un mismo temor: Lena está en peligro, y yo no sé en quién confiar.

—Empieza a hablar —digo, mi voz es apenas un susurro cargado de furia contenida.

Javier exhala, su mirada perdida en el vaso de whisky que aún sostiene.

—No es fácil de explicar —admite—, pero sé que no tengo mucho tiempo. No lo tenemos.

Aprieto la mandíbula.

—Entonces ve al grano. ¿Quién la está siguiendo? ¿Qué mierda tiene que ver esto contigo?

Javier finalmente me mira a los ojos.

—Hay personas que han estado detrás de mí desde hace meses. Pensé que solo era por mí, pero hace unos días me di cuenta de que también están observando a Lena.

Mi estómago se revuelve.

—¿Quiénes son?

—No lo sé con certeza —responde, y por primera vez su voz no suena arrogante ni provocadora. Suena asustada—. Pero sé que esto tiene que ver con algo que pasó hace mucho tiempo. Algo que enterré… o al menos, creí haber enterrado.

El calor en mi pecho s
Sigue leyendo en Buenovela
Escanea el código para descargar la APP
capítulo anteriorcapítulo siguiente

Capítulos relacionados

Último capítulo

Escanea el código para leer en la APP