La noche del sábado había iniciado y la sonrisa que tenía Ragnhild no podía quitarse por nada, sus hermanos alguna vez habían intentado hacerle alguna broma, pero aun así no pudieron quitarle aquella sonrisa de enamorado que cargaba. Cleo se encontraba igual, por los que los padres de Ivar supieron casi de inmediato que había pasado entre ellos. Ambos habían dejado sus preocupaciones de lado, olvidándose de todo. Ivar no podía quitar su mirada de la mujer que le gustaba, en todo el día estuvo pegado a ella demostrando su lado cariñoso.Antes de su confesión, ambos sabían que cosa le gustaba a cada uno, podían hablar durante toda la anoche y aun así podían tener un tema de conversación o simplemente se quedaban viendo un programa que le gustara. A la vista de muchas personas estarían seguros de que ellos se conocían desde hace años, pero no era así, solo había bastado que Cleo se metiera en la vida de Ivar para que todo cambiara, al igual que Ivar en la vida de Cleo. Ninguno de los dos
Ivar fue el primero en despertarse, se sentía bien al no tener que levantarse tan temprano como tenía acostumbrado. Cleo le daba la espalda y aún seguía durmiendo, estaba claro que el CEO no la levantaría al saber que se había dormido en plena madrugada, por lo que Ivar acaricio por un momento su rostro dándole un beso y por fin levantándose.Luego de haberse cambiado le había dejado una ropa a Cleo cerca de ella para cuando se levantará, Ivar sabía que cuando bajara se encontraría solo con sus padres, ya que sus hermanos se levantaban mucho más tarde, por lo que al bajar supo que tenía razón. Mikkel junto con su esposa estaban tomando una taza de café sentados al frente de la isla del comedor, ambos lo saludaron mientras veían como Ivar se preparaba un café para esperar a que Cleo se levantara.― Hoy vamos a ir al pueblo, estamos esperando que tus hermanos se levanten para desayunar e irnos. ¿Cleo no bajará? ― La voz de su madre se escuchó detrás de él, por lo que volteo su rostro pa
Cleo no podía dejar de pensar en lo que había sucedido la noche anterior, el haber estado con Ivar mientras tenían sexo había sido una de las mejores cosas que le podían pasar. En algunas partes de su cuerpo tenía unos leves chupetones los cuales estaban escondidos por la ropa, pero al ella al verlos les causaba nuevamente una excitación completa. Ivar le había ocasionado tantos orgasmos que, al terminar cayo rendida en la cama, aquel hombre era dominante y apasionante en la cama, y le encantaba.Ragnhild no se quedaba atrás, el cuerpo de Cleo le había fascinado por completo y el cómo movía sus caderas mientras la tenía encima de él era simplemente asombroso. Cleo lo había hecho correrse en varias ocasiones de manera rápida ante lo apretado que se sentía su vagina y el solo recordarlo quería repetirlo, las uñas de ella se habían incrustado en la espalda, los brazos y en los costados del CEO dejándole notables marcas de lo que había sucedido, pero le encantaba.El CEO miraba la pantall
Viernes, 7:21 pm…Cleo no paraba de verse en el espejo, el vestido que le había regalo Ivar para que llevara a la presentación que tenía el CEO hoy era simplemente hermoso, marcaba su silueta a la perfección y los tacones combinaban. En ese momento unos leves toques en la puerta se escucharon haciendo que desviara su mirada del espejo, Cleo ya se encontraba lista para irse con Ivar. En el momento en que abrió la puerta sonrió mirando a Ragnhild notando que también se encontraba listo, este tenía un traje negro sin corbata, el CEO le extendió su mano y al hacerlo le dio una vuelta a Cleo para contemplarla.― Estás muy hermosa, Cleo… ― Ella sonrió ante el halago que había recibido, por lo que se acercó hacia él y le deposito un beso que por parte de Ragnhild se seguía extendiendo.― Tú no te quedas atrás, te ves perfecto, cariño. ― Escuchar halagos de parte de Cleo hacia Ragnhild hacia que el CEO se sintiera feliz, quería verse presentarle para ella. ― ¿Está todo listo? ― Él asiente aun
La pasarela había terminado, por lo que algunos optaban por irse o simplemente se quedaban para una pequeña fiesta que tendrían en otra habitación. Ivar estaba decidido a irse, pero en el momento en que se levantó tomando de la mano a Cleo, Emil se le colocó en frente.― ¿Tan rápido te vas, Ivar?... Pensé que te quedarías para la fiesta que organizamos y así podíamos charlar sobre algunas cosas. ― El CEO suelta un suspiro negando con su cabeza.― Tengo asuntos que resolver, Emil. Será luego, pero estuvo todo bien. ― El socio del CEO no puede evitar realizar una mueca disimulada, sabía que cuando Ragnhild decía que no, era no y que por nada del mundo cambiaría su opinión… Hasta que Emil observo a Cleo, llego a creer que si ella llegaba a querer quedarse el CEO también lo haría.― Y ustedes, señoritas… ¿Les gusto? ― Por dentro Emil esperaba que ambas se quedaran. ― ¿Se quedarán para la fiesta?― Si, pero nosotras también nos vamos. ― Vigga fue quien hablo por parte de ambas y Cleo asist
Emil se sentía feliz al saber que su plan había salido de maravilla, le había quitado una gran suma a Ragnhild y no se sabía dado cuenta que en las mayorías eran dirigidas a cuantas fantasmas. El precio del rumor de que Lucas había salido con Cleo en su momento había hecho que Lucas junto con Mateo, dueño de la agencia le sacaran un poco de dinero e iba en aumento cuando pedían más.Claro que esto último no estaba afectando en nada a la pareja que había ignorado aquello, pero por otro lado Lucas era quien se encontraba feliz por la popularidad que estaba alcanzado. Emil, aunque ya había pagado todas las deudas que tenía por su vicio de apostar aún no se encontraba satisfecho, sentía que podía quitarle aún más dinero al CEO y cuando menos se lo esperara se iría a otro país dejándolo quizás en la banca rota. Mentalmente decía que se merecía todo ese dinero por haber apoyado a Ragnhild en sus inicios cuando nadie más quería hacerlo, claro que no solo era eso.Emil sentía envidia por todo
El tiempo volaba con rapidez y con ello la relación de Ivar junto con Cleo se hacía mucho más fuerte, no les importaba que su relación había comenzado hace un par de meses porque sentían que se conocían desde hace mucho tiempo. Para Ragnhild era la primera vez que sentía ese sentimiento tan fuerte por alguien, pero lo adoraba. Por otro lado, Cleo se sentía la persona más afortunada de todas, el CEO la consentía en muchos aspectos y siempre priorizaba sus sentimientos.Pero, aunque Ivar se sintiera el hombre más afortunado del mundo, algo no iba bien con sus finanzas, estaban decayendo y aunque buscara el causante no podía encontrarlo del todo. Al principio pensó que quizás eran las inversiones de Emil, pero eso se había arreglado con las semanas, esto se lo había guardado para él, no había dejado que Vigga e incluso que Cleo supiera de esto porque al principio pensó que era algo pasajero.Aquel incidente había hecho que en algunas ocasiones Ivar se encontrara molesto e incluso estresa
La palabra enojo le quedaba corta a lo que sentía Ivar en ese momento, solo basto que fuera domingo para darse cuenta de quién era el causante de las transferencias bancarias a cuentas fantasmas. Había sido Mateo, el dueño de la agencia de modelaje y socio de Emil, este último en ningún momento había dado la cara o tan siquiera había llamado al CEO. Ragnhild soltaba suspiros para calmar su enojo, pero no podía, sabía que la policía se haría cargo y que quizás le devolverían el dinero luego de ser investigado, pero aun así el enojo seguía allí.Ivar se preguntaba cómo había pasado todo aquello si él no tenía permiso de esas cuentas, pero la policía le dijo que ellos se encargarían de investigar todo para mantenerlo informado. Ivar le había dicho a Cleo que iba en dirección a la comisaria, pero que se quedara con Vigga, ya que ambas mujeres habían salido, Cleo estuvo insistiendo en ir con él, pero él se negó. Ivar no quería que Cleo estuviera allí porque sabía que él estaría muy enojado