Narra Ana.

Mis pensamientos siguen mostrándome imágenes de una realidad que no recordaba, una realidad que había bloqueado porque no tenía las fuerzas para soportar.

Estaba encerrada en una habitación de hotel oscura y sucia, no tenía ánimos de limpiar, recoger o arreglar, me sentía sin fuerzas, me encontraba sin haber comido, sin haberme bañado, ni peinado, estaba delgada y demacrada esperando morir en cualquier momento, tocan a mi puerta y creo que es una ligera cena que pedía algunas noches, abro la puerta y entra un hombre. Observo sus ojos azules, su piel blanca, su cabello negro, su aroma es una mezcla de perfume, olor a cigarrillo y alcohol, cierra la puerta y se acerca de a mí de forma iracunda…

Comienzo a recordar una discusión con Luis, pero en esa discusión noto al hombre diferente, consumido por la ira pero a su vez influenciado por sustancias tóx