[SEBASTIEN]
Me imagino que debe de ser muy tarde; o muy temprano, dependiendo de cómo se mire el tiempo. La única certeza que tengo en este instante es la manera que late su corazón. Esta abrazada a mí y el silencio es quien reina en esta habitación. 《Esto no es normal...
18 de mayoHoy es el gran día, hoy es el partido de Sebastien en Málaga y como si fuese poco, será la primera vez que tanto Rocío como yo lo veremos jugar en la cancha. Ella ha decidido irse con su padre a ver el precalentamiento más de cerca teniendo muy en claro que aún no puede decir que es su hija. Le ha dolido más a él que a ella no poder actuar como lo que realmente son, pero por ahora es lo mejor. Al menos hasta que se termine el proceso legal para que ella lleve su apellido.Me miro en el espejo una vez más y creo que estoy lista. Pantalones cortos color negro, camiseta sin mangas color blanca y zapatillas deportivas que hacen juego con mi bolso y los accesorios que me he puesto.Levanto a Nico de la cama y acomodo un poco los almohadones que coloque rodeándolo para que no se cayera. Ir con un niño tan pequeño al estadio no es lo más adecuado, pero mi a
Las palabras que me ha dicho en el pasillo rondan en mi mente y me doy cuenta de que no tengo porque desconfiar de él. Me ha prometido no engañarme y le creo.Todo a mi alrededor es un caos mientras que los encargados de armar y desarmar todo van ordenando y yo solo espero a que Sebastien termine con su reunión con la mujer esa quien a los pocos minutos veo salir del vestuario con mucho enfado dando un portazo a su salida.Rocío ha decidido ir con la familia de su padre y se ha llevado a Nico con ella. Miro hacia mi alrededor para asegurarme de que nadie me vea, y voy hacia el y me escabullo en el vestuario sin que nadie se de cuenta.—Hola. — Le digo sorprendiéndolo ya que estaba de espaldas.Se voltea y me mira de pies a cabeza. —Hola mi amor creí que te habías ido...— Dice pícaramente y camina hacia mí.—Cambie de opinión... — Comento y
Al día siguiente: 19 de mayoNunca en mi vida había actuado de esta manera tan pero tan infantil, pero tampoco jamás había sentido este tipo de celos. Estoy sentado en uno de los sofás del jardín esperando a que mi hija llegué con su invitado llegado desde Madrid y aunque ayer estuvo en el partido, no lo pude conocer ni mi hija estar sentada con él porque por alguna razón él llego un poco tarde. Lo que me molesta de todo esto es que ese invitado sea el noviecito de mi hija...—Nico, ¿tú que dices? Tu hermana no debería tener novio, ¿no? — Le pregunto mientras lo tengo sentado en mis piernas y me mira con esos preciosos ojos que tiene. Me sonríe y creo que a él le da lo mismo...Los minutos pasan y pasan hasta que finalmente la puerta se abre y la primera en entrar es mi guapísima novia. Me mira desde all&
La tarde ha pasado mejor de lo que creía, Tomás pareciera ser un chico bastante bueno y simpático, supongo que de a poco me iré acostumbrando más a su presencia. Estoy muy concentrado tratando de dejar la parrilla limpia antes de entrar a la casa, cuando de pronto escucho que se abre la puerta del jardín. —Amor, tenemos visitas— La escucho decirme y se acerca para darme un corto beso.—Los padres de Tomas, han llegado y me parece que deberías entrar. — Me dice tímidamente mientras me mira con una enorme sonrisa en su rostro.—Vale, entremos. — Propongo, y antes de que nos vayamos, le doy un corto beso.Al entrar a la casa, veo a los padres de Tomás y me llama la atención lo jóvenes que son... El padre de Tomás es de cabello al igual que su hijo y es bastante alto y delgado. —Buenas tardes— Los saludo.—Un gusto, soy
[ZAMIRA]El haber cenado con la familia de Sebastien y con los padres de Tomás, ha sido una situación bastante peculiar. Me sentí mucho mayor por un momento al ver a mi hija y su noviecito sentados en el centro y siendo el centro de atención de todos. No podía parar de imaginarme que hubiese sucedido si Sebastien y yo hubiésemos tenido el valor de hacer lo que están haciendo ellos cuando nos enamoramos. Quizás nuestros padres nos hubieran apoyado desde el principio y nada de lo que nos pasó hubiese sucedido... o tal vez todo lo contrario; nos hubieran separado todavía más.—Amor, ¿en qué piensas?— Me pregunta desde la cama mientras me quito el maquillaje frente al espejo.Mi mente regresa a la realidad y solo giro para verlo —En lo que ha sucedido esta noche. Quizás si hubiésemos sido tan valientes como nuestra hija y Tomás; nue
[SEBASTIEN]Dos días después: mayo 22No estaba dispuesto a quedarme en Málaga pudiendo irme con ellas a Madrid hasta que llegue el próximo partido. Si bien no veré a mi hija hasta que salga de la escuela, y a su madre hasta que llegue de la oficina; prefiero estar cerca de las dos y de paso aprovechar para adelantar algunas sesiones fotográficas de las campañas publicitarias que he firmado.Luces, maquillaje, y mucha gente diciéndome hacia dónde mirar y cómo hacerlo. Así transcurre mi tarde hasta que una persona que no esperaba ver aquí aparece. Pero 《¡¿Qué rayos hace Florencia aquí?!》Salgo del set de fotografía sin importarme nada, y camino hacia ella.—¿Se puede saber que mierda haces aquí? Habíamos quedado que solo nos veríamos en los partidos...— Le
[SEBASTIEN]Entro a la casa después del día tan largo y estresante que he vivido y no a causa de la sesión fotográfica; si no por su presencia, y me encuentro con una mesa perfectamente decorada. Las luces están casi apagadas en su totalidad, y tan solo son varias velas las encargadas de iluminar el lugar. Miro a mi alrededor buscándola a ella, pero para mi sorpresa Roció sale de la cocina vestida como una mini mesera de un restaurante.—Señor, por favor acompáñeme por aquí. — Me dice y no entiendo nada.—Claro, pero ¿me he perdido de algo? — Pregunto mientras que me indica que me siente al final de la mesa.—Lo siento, no puede develar esa información. — Explica y luego se va.Espero pacientemente por algo que ni siquiera sé que es, hasta que de repente su madre aparece vestida con un vestido rojo deslumbrante
[ZAMIRA]Veo mi vestido rojo tirado en el suelo junto a su ropa y sonrió como una tonta. La yema de sus suaves y largos dedos rozan mis labios causando escalofríos en todo mi cuerpo y va bajando lentamente por mi barbilla, mi cuello, mis hombros, y me sobresalta cuando continua su camino por mis pechos. —Sebastien...— Digo de manera incoherente, pero sus labios atacan mi cuello.Estoy sentada de espaldas a él, se suponía que estábamos intentando recuperarnos del ataque de pasión que nos invadió hace un instante... No puedo ver su rostro, pero sé que está sonriendo triunfal ante la reacción que mi piel tiene ante sus profesionales manos.&