Había varios hombres que hablaban demasiado acerca de los cambios que necesitaba el país, pero Adam sospechaba que el jefe de la banda era alguno de los hombres que había permanecido callado durante la reunión.
Isabel se levantó a hablar con Pam. A Adam no le gustó tener que soltarla, pero sabía que sí se lo impedía resultaría sospechoso.
<<La abeja rey está en el panal>>. ¿Qué siginificaban aquellas palabras? ¿Sería una manera de decir que el Rey estaba encerrado, o era una pista acerca del lugar exacto dónde se encontraba el Rey? ¿Y con quién diablos había hablado Shane?
Adam sabía que se había investigado a toda la familia y al séquito real y que no se había descubierto nada. Lo que más le preocupaba era que Isabel había ido a aquella reunión convenci
Era más de la dos. Adam había pasado lass dos últimas dos horas limpiando la taberna y cuando regresó a la habitación se sorprendió al ver que Isabel todavía estaba despierta. Como estaba inquieta nerviosa porque faltaba menos de una semana para la coronación de Luke, había decidido darse una ducha caliente antes de irse a dormir.Adam continuó haciendo garabatos en el papel hasta que dejó de oír el sonido del agua. Frunció el ceño. Isabel se estaría secando, deslizando la toalla por su pie de sus hombros, por su vientre plano y sobre sus piernas sedosas. Durantes las tres semanas anteriores, él había aprendido cuáles eran sus costrumbres nocturnas. Después de secarse, se ponía crema. Una crema con olor a melocotón.Después se ponía un poco de perfume detrás de las orejas y la mezcla del arom
Iban iluminando el camino con linternas y de vez en cuando podían ver frescos que representaban escenas de La Biblia y que habían sido pintados había cientos de años. Era fácil ver dónde había tumbas puesto que había piedras o ladrillos señalándolos.Cada vez que se cruzaban con un pasillo, un grupo de hombres se iba a investigar mientras que Adam, Isabel y el resto continuaban avanzando. Finalmente llegaron lo bastante lejos como para que Adam e Isabel tuvieron que ir solos por un estrecho pasillo. La linterna que llevaba Adam apenas alumbraba la inmensa oscuridad que había ante ellos.Isabel tuvo que resistir la tentación de darle la mano a Adam. Sabía que necesitaba una mano libre paa poder sacar la pistola. Además, la habían entrenado para la batalla, tanto física como psicológicamente. No tenía que darle la mano a nadie.
-Pero si los rumores continuaban y alguno de mis hombres dudaba de mí, yo iba a dejar mi puesto. No puedo ser un líder si dudan de mi integridad.Isabel deseaba tener alguna respuesta que darle, deseaba haber recibido noticia de los investigadores a quienes había encargado el caso. Pero no sabía nada.-¿Te puedes creer que Willie Tammerick estaba metido en esto? -preguntó para cambiar de tema-. Y que trató de llevarnos hacia los Patriots sabiendo que él era uno de los culpables.-Me engañó por completo -dijo Adam-. Yo pensaba que los culpables eran Blake Hariman y su grupo, pero supongo que son otro grupo de rebledes desilusionados.-¿Dónde está Willie?-En una de las habitaciones cos dos guardias. Tu padre y yo hemos pensado un plan.-¿Qué tipo de plan? -preguntó ella.Él le
-Sé que es ridículo, pero me siento como si estuviéramos divorciándonos -un divorcio que ella no deseaba. Las lágrimas rodaron por sus mejillas. Él le tocó el brazo. Era una caricia suave, pero el cuerpo de Isabel se llenó de dulces sensaciones.-Vamos, te acompañaré hasta la puerta.Salieron del coche y él caminó a su lado. Había tantas cosas que ella quería decirle, pero sus sentimientos se habían quedado atrapados en la garganta y no podía ni hablar.-Isabel -dijo él-, parte del peligro que tienen las operaciones encubiertas es que, a veces, la gente se queda atrapada en el papel que tiene que representar -ella asintió, era incapaz de hacer nada más. Se detuvieron cerca de la puerta donde había dos guardias apostados-. Es hora de olvidar el juego -dijo él-. La operación ha sido un éx
La guió hasta la puerta y vio la sorpresa en sus ojos... sorpresa y dolor, porque sabía que le iba a pedir que se fuera.-Isabel -le dijo-, me has traído el regalo de la verdad, pero es un arma de doble filo y necesito un tiempo para asimilarlo todo.-Sé que estás muy afectado, pero me gustaría consolarte -su mirada estaba llena de amor-. Adam, yo...Él le tapó los labios con un dedo.-No lo digas, Isabel -sabía que estaba a punto de decirle que lo amaba y que no podría soportar oír sus palabras. No en ese momento. Ni nunca-. Gracias, Isabel. Ahora vete a casa y te veré mañana en la coronación- ella se disponía a marcharse, pero él la detuvo un instante-. Isabel... a mí también me ha encantado ser tu esposo -dijo, y cerró la puerta.Se apoyó en la puerta y sintió el escozor de las
-Lleváoslo -le dijo el rey Michael a la gurdia-. Y ocupaos de que mi hermano reciba atención médica ahora mismo.Media hora más tarde, Michael y Josephine salieron frente a la multitud que se agolpaba en la catedral. Con los brazos en alto, el Rey saludó a quienes le aclamaban una y otra vez. Isabel miró a Ada, quien estaba de pie, a la derecha de su hermano y su padre.Él la miró y ella supo que compartían la alegría de haber encontrado al culpable, quien pasaría el resto de su vida entre rejas. También sabía que los soldados habían salido a buscar el resto del grupo que había secuestrado a su padre. Había terminado el peligro para su familia.-Ciudadanos -dijo el rey Michael-, ha pasado mucho tiempo desde la última vez que salí a hablar con ustedes -la gente comenzó a gritar y el rey Michael levantó la mano par
Vio que Marcus Kent rodeaba el brazo a la princesa Dominique. Que Jake Stanbury hablaba con su esposa Rowena y que el amor que sentían el uno por el otro se reflejaba en el lenguaje corporal que utilizaban. También estaban Ben Lockhart y Meagan Moore y Adam sabía que no tardarían mucho en casarse.El secuestro del Rey había conseguido una cosa, que la gente cercana encontrara el amor... igual que Adam había encontrado el amor en Isabel. Pero Adam solo era un oficial de la Royal Edenbourg Navy, no el tipo de persona que el rey Michael quería para su hija, no tenía la sangre rela que el rey Nicholas deseaba para su hermana.-Quédate aquí -dijo Isabel cuando llegaron frente a la plataforma.Le soltó la mano y Adam miró con curiosidad cómo arrancaba una flor de uno de los ramos y regresaba hasta donde estaba él.-¿Qué estás
El rey Nicholas se movía despacio por la capilla. Llevaba a la pequeña LeAnn en un brazo y una linterna en la otra mano. Aunque estaba agotado, las emociones el día todavía le daban fuerza.Cuando terminó la boda de Adam e Isabel, él fue a buscar a su hija. Esperaba encontrarla dormida, pero la pequeña lo recibió balbuceando. La tomó en brazos y decidió llevarla con él. Detrás del altar, bajó las escaleras que llevaban hasta las catatumbas.Con la linterna iluminó el estrecho pasadizo y mientras caminaba se fijó en las sombras que se reflejaban en la pared. Abrazó a su hija. Le encantaba el aroma de la pequeña. Era la niña de sus ojos, el resultado del amor que sentía por la madre de LeAnn.Él había notado que el mismo amor se había apoderado de Adam e Isabel, cuando ese mismo día unier