El camino al lugar donde se llevará la cena, transcurre en silencio. James solo se aseguró que me subiera con el y desde allí todo ha sido un eterno silencio, que con cada segundo que pasa me pone peor con todos los pensamientos que me atormentan.

— James —rompo el silencio.

— Calla —responde con el mismo tono de enojo que antes.

Evito decir otra palabra en todo el trayecto. El camino es corto, pero se siente demasiado largo con este silencio que no comprendo.

No me doy cuenta cuando llegamos, estaba totalmente distraída en pensamientos muertos. Cuando siento que alguien abre la puerta, una mano de un hombre moreno me ayuda a bajar, cuando un sinfín de flashes me dejan cegada por un microsegundo.

Es entonces cuando me doy cuenta que estoy de nuevo en esta maldita alfombra azul. James quita con un movimiento rápido la mano del hombre que me ayudó a bajar, toma mi mano y me da un pequeño empujón para caminar.

¿Qué está haciendo?

La alfombra es mucho mas larga que la otra, al final, ju