Las chicas despertaron el viernes casi a las dos de la tarde, ya que no tenían que asistir a clases ese día.
Bueno días. dijo Hope mientras se levantaba de la cama para ir al baño.Este ha sido el sueño más reparador que he tenido desde que llegué a Redwood. dijo Emily desde su cama, a la par que movía a Isla para despertarla. Qué suerte que los viernes no tengamos clases.Si mi padre se entera me hará regresar a casa desde el jueves. gritó Hope desde el baño.Eso significa, ¿qué piensas regresar a casa hoy? le preguntó Emily.Claro. afirmó Hope. ¿Ustedes no?–Yo, definitivamente no regresaré. respondió Isla casi de inmediato.Yo menos. añadió Emily. De ser posible no regresaré en todo el año.¿Y tú,Hablar de Ava Wilson, era lo mismo que hablar de alegría. La joven de 18 años, provenía de una familia de clase media y debido a sus excelentes notas y actividades extracurriculares, había sido seleccionada por una de las mejores universidades del país.Para su familia, Ava era una mina de oro, pues, sería ella, con sus muchos talentos e inteligencia, quien los ayudaría a dar el salto de clase media a ricos, o por qué no, a millonarios.Pero la joven, era una chica tan simple y tan servicial, que a pesar de no anhelar una fortuna con la misma firmeza que sus padres, se esforzaba cada día por hacer esos sueños realidad.Ava trabajaba arduamente y sin descanso. Se despertaba temprano para ir a la escuela y así obtener créditos extras, luego impartía clases privadas a chicos menos inteligentes, y en la noche trabajaba en una pizzería para reunir dinero para su vi
¿Lo estás diciendo en serio? exclamó Stacy sorprendida.Nunca he hablado tan en serio antes. afirmó Ava.¿Cuándo lo harás? preguntó Stacy.En cuanto tenga la oportunidad. afirmó Ava.Sí que me has sorprendido. dijo Stacy. Pensé que te acobardarías con esto de perder la virginidad, pero luces muy decida.Lo estoy. afirmó nuevamente Ava. Y Maxi es el chico perfecto para ello.¿Por qué lo piensas? preguntó Stacy con mucha curiosidad.Maxi puede tener a la chica que quiera, en cuanto me tenga pasará de mi cara, y yo, sabiendo a lo que me atengo, no desarrollaré sentimientos por él. Es casi como follarse a un desconocido.Lo que dices tiene mucho sentido. comentó Stacy. Y a la vez es tan frío, no me extraña para nada que
Emily despertó una mañana sintiendo que no pertenecía donde estaba. Abrió sus ojos y miró a su alrededor, su cuarto de siempre, su cama de siempre y su almohada de siempre, se sentían diferentes.Observó a su novio dormir por unos segundos, acarició su rostro, y pensó en besarlo, pero no lo hizo. En lugar de eso, continuó acostada.Sin moverse de su lugar, continuaba esforzándose por recordar su sueño de la noche anterior, el cual, la había hecho despertar bien cachonda, y quería asegurarse de recordar cada detalle, para utilizarlos más tarde.Hizo varios giros bruscos en la cama para despertar a Tom, pero no tuvo éxito, ya que el joven era de sueño pesado. Entonces, cerró los ojos, y trató de recrear en su mente, cada escena de su sueño que pudo recordar.Esto la hizo sentirse aún más cachonda. Miró a To
Cansada de sobre pensar, como siempre, respecto a la rutina de su miserable vida, Emily terminó agarrando su bolso, y haciendo lo que solía hacer para evadir sus sentimientos.Se puso el primer vestido que encontró, y sin siquiera peinarse se subió al auto y fijó rumbo al centro comercial. Primero compró nuevas prendas, cada una más cara que la anterior. Luego pasó por el spa y pagó por un masaje de cuerpo entero, que no tuvo mucho efecto en ella, ya que salió de allí con el mismo estrés con el que había llegado. Cuando iba pasando frente a su tienda de ropa interior favorita, notó que había en exposición una nueva colección de sujetadores, y decidió entrar a echar un vistazo.¿Trabajas aquí? le preguntó a la única chica que se encontraba dentro de la tienda.No. respondió inmediatamente. &nb
Hope Evans había vivido dentro de una burbuja la mayor parte de su vida. Su madre murió el día de su nacimiento, y a partir de ahí, su padre sobreprotector tomó las riendas de su destino.Gerald Evans, más conocido por todos en el pueblo como: Sr. Evans, mantenía a la chica vigilada las 24 horas del día. La joven contaba con un horario tan ajustado y con un personal altamente calificado a su alrededor, dignos de una princesa; sobrenombre con el cual era conocida en los alrededores.Por las mañanas recibía clases de sus profesores privados en un salón que su propio padre había mandado a construir para ella, dentro de los límites de su propiedad. En las tardes, según el día de la semana, recibía clases de ballet, gimnasia, esgrima y defensa personal. Y, cada noche, justo a las 8 en punto, cenaba con su padre, quien la sorprendía siempre con un nuevo ob
Supongo que jamás te has subido al auto de un desconocido. le dijo Andy en tono juguetón, al llegar al estacionamiento.Ni siquiera me había subido a un taxi antes del día de hoy. dijo ella siguiéndole la corriente.¡Wow! exclamó Andy. Justo cuando no pensé que podías sorprenderme más.Mi madre murió al darme a luz. dijo Hope mientras se ponía el cinturón de seguridad. Ella era el amor de la vida de mi padre, así que él buscó la forma de culparse a sí mismo por lo que había pasado. Mi crianza ha sido el resultado de esa culpa, educada en casa, sin amigos y sin personas cercanas a mí que pudiesen hacerme daño. Ni siquiera mis hermanas venían a visitarme, supongo que están celosas de la atención de mi padre, y aunque él las ame, siempre ha marcado la diferencia conmigo.<
-Un día más, un día menos... Un día más, un día menos. - Repetía Isla una y otra vez dentro de su cabeza. Solo tenía que sobrevivir una semana más dentro de su peor pesadilla, y sería libre. O al menos, eso pensaba.Inmediatamente después de la preparatoria decidió trabajar para reunir el resto del dinero que necesitaba para pagar la mitad de su beca universitaria. Las condiciones de trabajo eran buenas, y la paga más que suficiente, por lo que, la chica jamás hubiese sido capaz de imaginar, que, el gesto que una vez aceptó con tanta alegría, terminaría cambiándola para siempre.El Sr Anderson era el cliente perfecto; adinerado, discreto y daba las mejores propinas. Solía frecuentar el bar del Sr Brown, el padre de Isla, siempre con una chica joven y hermosa tomada del brazo. A pesar de su popularidad entre las jóvenes del &aacut
Dieciocho años, parece mucho, pero es en realidad muy poco. A penas con 18 años Isla tuvo que comenzar a tomar decisiones de gran responsabilidad. Decisiones que la marcaron para siempre.Levántate y lávate. le ordenó desde su silla el Sr Anderson. Utiliza mi baño, nadie puede verte así. Después puedes tomarte el resto de la tarde libre, no voy a necesitar más de ti.Isla, que aún permanecía de rodillas en el suelo, se puso de pie y caminó hasta el baño del despacho. Cerró la puerta del baño a sus espaldas como si al hacerlo desapareciera todo lo que había dejado detrás; el despacho, las oficinas, el Sr Anderson. Trató de calmarse, y contener el llanto. Pero al mirarse al espejo, se vino abajo.Abrió la llave del lavamanos y mojó su rostro, y lo restregó con fuerza. Sin embargo, aún se sentí