Capítulo 14
—¿Qué? ¿Necesitas que te invite a cenar? —Detrás de ella, llegó la voz baja y magnética de Lucas.

Carolina abrió los ojos y le miró, —Lucas, no te he hecho nada malo, ¿verdad?

Lucas frunció el ceño, —¿Qué has dicho?

Carolina sonrió miserablemente, —¿Cómo es que ahora ni siquiera me regalas una sonrisa?

Los finos labios de Lucas se fruncieron de repente en una línea recta.

Carolina caminó hacia él, —Nada más que no me divorciaré de ti, pero eso no es un odio profundo, ¿sí? —Los ojos de Carolina centellearon mientras miraba los de Lucas, intentando encontrar su propia sombra en ellos. La encontró, pero en el fondo de sus ojos ya no había ternura, sino frialdad. Él tiene que cuidar de Cecilia. Pero su dedicación durante este año y esos hermosos trozos eran como una broma.

Lucas observó cómo se apagaba la luz de sus ojos, y luego la oyó decir, —Bien, acepto el divorcio. —No vale la pena tener a una persona como él a su lado. Ella sólo le gustaba su Lucas amable y considerado que tenía sus
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