Sus pestañas son grandes como las mías y lo que llamó más mi atención es que tiene un lunar en medio de sus cejas. Lloré... Lloré de emoción, en el fondo me sentí vacía porque quería compartir este momento mágico junto con Deivis, pero él... No sé qué será de él, si murió o quizás vivió. Mordí mi labio de la misma frustración, mi vida ya ha sido una miseria, pero ahora tengo que vivir por mi bebé, aunque en el pasado solo quería quitarme la vida. Pero ahora tengo un motivo por el cual vivir. Mi hijo Alan. Antes de que la enfermera se retirará, le pedí que por favor le avisará a Anastasia que ya estamos bien, a lo que ella asintió. -No se preocupe, en este mismo momento iré a decirle a su amiga. -Me alegra mucho que Alan naciera muy bien-Dijo Anastasia mientras abrazaba a su hijo menor. -Si. De hecho se parece mucho a su padre, aunque él-En el momento en el cual iba a empezar a hablar de Deivis Anastasia interrumpió. -No importa, estamos nosotros, nosotros ahora somos tu familia, y
Nidia se pondrá muy feliz ahora que sepa que vamos en camino-Dije mientras sacaba uno de mis senos para darle de comer a Alan.-Si, de hecho me llamó hace unos minutos, ella está demasiado feliz con todo esto Coral. Ya hacía falta el llanto de un bebé en casa, de verdad… Anastasia sonrió y pude ver cómo una lágrima escapó de sus bellos ojos. -Me alegra mucho que seas una mujer fuerte. A pesar de todo lo que viviste con el padre de tu hijo Coral.-Mi hijo es la fuerza que siempre me faltó para ser una mujer decidida-Le respondí.Nos detuvimos frente a casa y la primera persona que vimos fue a Nidia quien jugaba en el parque. En cuanto vio el auto, soltó sus juguetes y corrió hacia nosotros. -¡Mami! ¡Coral! ¡Alan!-Gritaba nuestros nombres con tanta emoción que era transmisible. Anastasia bajó del auto y me ayudó a bajar, en mis brazos tenía a mi bebé cargado. Caminamos hacia la sala de estar en donde estaba Leticia Ella sonrió y nos invitó a sentarnos, la casa estaba limpia y olía a va
-Adios mamita-Alan me dió un beso en la mejilla, y con su manito al aire me dijo adiós. Cerré mis ojos y tomé un poco de aire, ser madre soltera no ha sido fácil, la verdad, no me queda tiempo para compartir con mi hijo. Pero de vez en cuando salimos a divertirnos al parque de atracciones. Alan le encanta la casa del terror y la cama elástica. Entré a la casa y empecé a recoger todo, anoche nos acostamos temprano no me dió tiempo siquiera de organizar. Estaba muerta del cansancio, el restaurante en el cual trabajo, tenía una cena para unos invitados importantes, y bueno terminamos muy tarde, ya que ellos se pusieron a beber hasta decir no más. Eso sí, me gane unas buenas propinas, además trabaje horas extra. Es decir la paga fue efectiva. -¡Wau!-El ladrido de Milena hizo eco en el baño. -Milena ven aquí perrita-La llamo y ella sigue ladrando. Dejé el trapero a un lado de la cocina y me dirigí hacia el baño. Encuentro a Milena ladrandole a una rata. Pego un grito y de inmediato fui a b
-Si, dime Graciela, ¿en qué te puedo ayudar?. -Ayudame hacer la entrega de la mesa ocho, es que tengo que entregar unos pendientes. El restaurante está lleno. -Ah, no hay problema. Me termine de cambiar lo más rápido posible, y me dirigí hasta las bandejas, el cocinero estaba un poco alterado porque me había contado que hace unos minutos uno de los clientes había dicho que la sopa sabe a vómito, no me gustó la verdad porque el cocinero tiene muy buen sazón y doy testimonio de eso porque probé sus platos. -No te preocupes, hay clientes arrogantes. El cocinero me sonrió y me dijo cuál era la bandeja que debía llevar. Tome la bandeja y comencé a caminar de manera suave ya que encima de esto habían unos tazones calientes de sopa y arroz. -Con permiso-Exclame a uno de los clientes que estaba cruzando para sentarse en otra mesa. Llegué a la mesa que me indicaron. Eran dos hombres vestidos de negro. -Buenas tardes-Salude aún con la mirada puesta en la bandeja. -Hola señora-Me saluda uno d
-Jefe aquí está su mujer-Dijo Ramiro. ¿Su mujer?... No me digas que… Cerré mis ojos con más fuerza hasta sentir dolor, no quería imaginar que esa persona fuera aquella que en su momento me causó mucho daño aún sabiendo que estaba embarazada, no le importo, no quiero que sea él, no quiero ver su bello rostro el cual me causa punzadas en el corazón. Ese rostro que por un instante puede ser el mismo satanás. Por Favor Dios mío, no me castigues con mi pasado. -Abre los ojos-Me pide. Mis vellos se erizaron en cuanto escuché su voz, trague horrible y empecé a temblar. Mi corazón dolió, y mi mente se atrocillo, y unas terribles ganas de llorar hicieron que mi rostro cambiará por completo hasta causar un llanto desgarrador.-Por favor, no le hagas daño a mi hijo, si me quieres matar mátame, pero no a mi pequeño hijo-Le imploro aún con los ojos cerrados. -Todo depende de ti-¿Qué?. Su voz era fría e indiferente-Si no abres los ojos en este maldito momento, enviaré a uno de mis hombres para qu
-¡Mami despierta!-escuche a lo lejos la voz de mi hijo clamando por mí, aún siento en mi garganta el sabor de la sustancia que me colocó aquel tipo. -Hijo mío-Abrí mis ojos y lo ví, acostarse a mi lado, con sus manos puestas sobre mi vientre. -Estabas dormida-Me da un beso en la mejilla. No sé cómo carajos llegué a casa, lo único que tengo es mareo. -Si-Mire a mi alrededor y estoy en mi casa. -Mami, mi tía Anastasia está en la cocina preparando un té para ti. -Tu tía está aquí?-empecé a levantarme de la cama pero Alan se acostó encima de mí. -Mami quédate a descansar, mira tu cara, estás agotada. -Está bien amor mío-Abrace a Alan y él se quedó dormido al instante, me imagino que no había dormido. Mire hacia el reloj que está enfrente de la mesa de noche, y son las dos de la mañana. Pobre Alan al parecer se mantuvo despierto esperando por mi. Deslice mis ojos hacia la puerta luego de ver cómo está se abría. -Coral-Anastasia susurra mi nombre y en sus manos trae una taza de té.
No lo hagas- Anastasia me tomó de las manos.-¿Por qué?.-Amiga, él también me dijo eso. Que si te atreves a poner una orden de alejamiento nos iba a matar a las dos. Y se llevaría a Alan. Un miedo recorrió mi espalda.-Está loco de remate.-Amiga por favor, no hagas nada, solo déjalo y habla bien las cosas con Deivis, además él es el padre de tu hijo, y es por ley que puede verlo, y pasar tiempo con Alan.-No puedo dejar, él es malo, tiene muchos enemigos, y no quiero que mi bebé le pase algo. -No le pasará nada…-Masculló Anastasia. -Mira lo que le ocurrió a su hijo Alan, lo asesinaron y cada vez que recuerdo eso, mi mente se distrae. -Pero tienes que entender que Alan también es hijo de él.Es verdad, Alan es su hijo por ley, pero… recuerdo lo mal que nos trató, hasta me golpeó. Me senté en la cama y llevé mis manos hacia mi cabeza. Estaba entrando en desesperación. -Nos tendremos que mudar-Fue lo único que se me pasó por la mente. De inmediato me fui hasta el closet y comencé a
-Mami, ¿Porque las mascotas están? ¿Además las maletas también? ¿Qué pasó mamá?-No podía engañar a Alan como un bebé, ya tenía once años, él sabía que era lo bueno y qué era lo malo. -Hijo-Solté un suspiro-Nos vamos a cambiar de ciudad. -¿Por qué mami?-Cuestionó con sus ojos muy abiertos.-Hijo, me salió una propuesta laboral en otra ciudad. -Pero mami, ¿entonces no vamos a ver más nunca a nuestra tía?-Alan se enfado. Milena y Juan trataron de jugar con Alan pero él los ignoraba estaba realmente molesto. -Si. Ella vendrá muy a menudo a nuestra nueva casa. -Me parece bien, pero no será igual.-Amor, no seas así-Empecé a conducir y Alan se colocó su cinturón de seguridad. Ya hemos viajado media hora si no estoy mal, Anastasia me envió la dirección de cómo llegar hasta Bogotá, aunque íbamos a viajar horas, quiero decir muchas horas.-¿Quien me cuidara allá? No quiero a alguien gruñón-Se cruzó de brazos y manifestó. -No te preocupes, será alguien muy amable.-Solo espero que no va