-Señora por favor si quiere hacerlo hágalo-Me pide nuevamente que lo mate. Solté un suspiro y le ordené que me mirara, lo cual hizo sin problemas. -Eres tan idiota-Farfulle. El miró la mano en la cual sostenía el cuchillo-No te voy a matar, no me voy a ensuciar las manos contigo. Se alejó del árbol y limpió sus manos encima de su traje, ya que habían ensuciado con la madera vieja que descascara el palo. -Señora mil gracias por perdonarme la vida-Me siento como una líder, o eso es lo que él me hace sentir, no tengo trono ni nada por el estilo, deje esa vida hace años cuando vivía en casa de mis padres. Ahora solo soy una simple mujer-Te he dicho que dejes la maldita formalidad, ahora bien…¿Cómo es tu nombre?-Me senté en una de las rocas que están aguantando una cerca que divide desde el campo hasta las montañas. -Me llamo Jesús. -Ah, comprendo-Jesús se sentó a mi lado y me miró con alegría. -Señora el Jefe está muy contento por su pronta llegada.-Que se quede esperando-Tome una
Ya es de noche, me encuentro acostada boca arriba mientras escucho a Anastasia contando su historia en Eslovenia, me ha dicho cosas muy bonitas hasta ahora. -Tia Anastasia. Mi mami hizo un postre de sandía. Alan le estaba comentando a Anastasia cómo había preparado dicho pastel, aunque era de fresas él cree que era de sandía. Le mentí para que se lo pudiera comer ya que detestas las fresas. -Me imagino que estuvo muy delicioso-Anastasia río al escuchar la voz de Alan. Ambos se extrañan mucho. Lara sé asomó al cuarto y me llamó mediante señas, lo cual fui de inmediato, no sin antes decirle a Anastasia que volvería en un momento, y que mejor conversador que mi hijo. Había quedado en buenas manos. -Coral, mi esposo quiere hablar contigo.-Está bien-Ambas fuimos a la terraza en dónde se encontraba Milton con sus manos metidas dentro de sus bolsillos.-Hola coral-Me saluda y me pide que tome asiento.-Milton a qué se debe tu llamado-Respondí curiosa. -Coral el jefe de limpieza acepto t
(...)Mientras conduzco de la manera más calmada. el campo hace lo propio. Regalarme una vista hermosa, de momento sentí una moto al lado mío, iban dos hombres vestidos de negro con sus cascos puestos y en sus manos llevaban un arma. Juro por mi hijo, que cuando salí no los ví, me imagino que estaban esperando por mi. Aceleré el auto y ellos hicieron lo mismo, hasta alcanzarme y uno de ellos gritó. -¡Detén el auto!-Me apuntaron. Sentí un miedo dentro de mis piernas.-No voy a hacer tal cosa-Acelero el auto, mi estómago se retorció debido a los saltos que daba el auto, en realidad la vía de este pueblo no está pavimentada.-¿¡¡¡Qué carajos, detén el auto per**!!!?-Grito el hombre de la moto. Detuve el auto en seco luego de que hicieran dos disparos al auto.La moto me rodeó. El hombre que iba de parrillero se bajó de la moto y me apuntó hacia el vidrio. -Señora salga del auto-Gritó molesto, ¿Qué?. No sé si este sea uno de los hombres de Deivis o. Quizá sea uno de mi hermano. Encendí el
(Deivis) Esa mujer es un mismo demonio, no pensé que durante todos estos años cambiaría así. Está más gruñona y además se ha puesto más gorda, ya hasta parece un chancho. Aunque se ve más madura eso lo puedo jurar, su carácter es más pesado..Llegué al lugar donde Coral había estrangulado a uno de mis hombres, lo hizo volar por el aire, esa mujer estaba más que decidida. -Jefe-Su rostro era de lamento. -¿Dónde está Jesús?-Preguntó preocupado. -Él fue llevado a uno de los hospitales más cercanos. -¿Pero no ha muerto?-Dije de manera rápida.-No señor. -Bueno, por lo menos no hizo una locura esta mujer.-¿Jefe, dejó ir a la señora?-Lo mire con rabia y el de inmediato apartó su mirada.-Solo déjala. No saldrá del bosque. Su auto está atascado. Además de eso no hay señal. Lo único que sí te voy a pedir es que la vigiles. -Está bien señor-Se subió a su moto. -Otra cosa. Si ves que se lesiona o pide ayuda, solo ignorala, la quiero ver sufrir por un rato, para que aprenda a no ser tan
-Si, vamos-Lo tome de la mano y entremos, mis hombres saludaron a Alan y luego fuimos al parque. Alan estaba muy emocionado, podía ver cómo reía a carcajadas cada que se montaba en el tren y me saludaba, eso me hizo sentir muy feliz, ahora solo quiero recuperar el tiempo perdido con mi hijo. En el momento que me encuentro observando a Alan, Lewis me llamó por teléfono. -Si dime-Le respondí pegando mi teléfono a mi oreja. -Jefe, la señora se lastimó-Lewis estaba preocupado lo podía notar en su voz. -¿Está sangrando?-Lleve mi mano dentro de mi cabello y lo frote, hablar de coral me causa mucho estrés.-No, para nada, solo se torció el tobillo.-¿Para eso me llamas?-Dije molesto. -Jefe, ella está llorando.-No me interesa, solo déjala que encuentre la salida por su cuenta.-Está bien Señor-Colgué la llamada. Le pedí a uno de mis hombres que estuviera al pendiente de Alan mientras yo iba a la cocina. Llegué a la cocina y le pedí a la señora Diana que preparará algo rico para el peque
-Llamen a Andrés-Andres era el médico particular que tenía contratado especialmente para mi, dado que su madre falleció no está en la mansión, pero siempre está disponible.-Si-Lewis sacó su teléfono y empezó a llamar. Me acerqué a Coral y su rostro parecía el de una momia, me causo mucho pavor, ¡mierda!, esta mujer está muerta. ¿Qué le diré a Alan?. Lleve mi mano dentro de mi cabello y lo jale. -¡Rayos!-Grité desesperado. -Señor. Andrés dijo que vendría en unos minutos-Avisa Lewis. -Perfecto.-Jefe ella solo está inconsciente, no sé preocupe-Dijo otro de mis hombres. -Bueno por su aspecto parece un mismo cadáver-Respondí tomando unos de los brazos de coral, está muy fría. Enserio me he pasado está vez. En el momento por el cual estoy pasando por una situación grave, me llama Sofi, que se vaya al carajo está niña. Apagó mi teléfono, ¿Acaso no tiene una mierda que hacer?. Sentí como mi mano fue apretada por la mano de coral. Mi corazón se aceleró y mis ojos se agrandaron, ¡Está viva
Coral.Me encuentro acostada en la cama boca arriba, mi respiración está más calmada enserio ese estúpido es una pesadilla. La señora Diana me había ayudado a limpiar mi cuerpo con agua tibia. Ella es muy gentil, es una señora de edad bastante avanzada. No entiendo qué hace trabajando para ese monstruo. Le va a dar un infarto a causa de su mal genio.-¿Se le ofrece algo más señora?-Preguntó Diana llevando a mi boca una cucharada de sopa. Realmente me sentía bastante débil, no podía mover las manos. Me da mucha vergüenza con la señora.-No, realmente no se me ofrece nada-Ella me mira con una dulce sonrisa. -Está bien, entonces espero que descanse señora-Se levanta de la cama y sale de la habitación. Me sentía morir tras recordar la manera tan humillante en la cual me tenía ese granoso, la verdad tenía unas ganas locas de darle un palo en la cabeza.Tengo que encontrar a mi hijo sea como sea. Me levanto de la cama y tambaleo un poco pero de inmediato agito mi cabeza para despertar y ha
-Solo quiero irme de aquí-Deivis negó pasando su mano por su cara y mirarme de manera malévola. -¡Eres un caso!-Grito enojado y se levantó del piso, luego le pidió a su hombre que me llevará al sótano. Mi rostro se horrorizó luego de escuchar ese sitio tan perturbador. -Eres un miserable-Susurro con los dientes apretados. Deivis me ignora y saca de su pantalón un cigarro y un encendedor.-Llevala rápido-Ordena como si nada, y empieza a fumar su cigarro. El tipo me levanta del piso de un jalón y yo solté un gemido luego de sentir una punzada en mi estómago, quizá me maltrate luego de que el hombre cayera encima de mi. El tipo me apretó el antebrazo, y me miró con una mirada fría, no quiero que me golpeen, recuerdo cuando estaba embarazada, no tuvieron piedad de mí, ahora que no lo estoy me imagino que mucho menos la tendrán. Antes de que el hombre me hiciera caminar le advertí a Deivis. -Si a mi bebé le sucede algo, juro por Dios que te mató-Deivis siguió fumando de su cigarro y es