Capítulo 33
A veces tenemos que dejar a las personas que amamos para no hacerles daño.
—¡Ten cuidado por donde vas estúpida! —grito exaltada al ver mi vestido manchado de café.
—¡Lo siento, lo siento! —se disculpa la mujer a la cual no le logro ver la cara.
—Discúlpame a mí por ser tan grosera —le hablo con amabilidad al ver su rostro. Es una pelinegra de alta estatura, su porte se parece al de una supermodelo Americana. Tiene unos ojos realmente grandes: parece un sapo, un sapo bonito. ¡Por Dios Alicia! ¿De cuándo a dónde los sapos son bonitos?
—Soy Stéphanie, mucho gusto —me regala una corta sonrisa.
—Alicia, el gusto es mío Stéphanie —ahora yo le regalo una larga sonrisa.
Capitulo 34. Regalo de cumpleañosNarra Alicia Saber que no fui la autora de la muerte: de aquel hombre en el hotel me hace sentir de nuevo con vida. Siento haber dejado una carga muy fuerte… . Llevar en su conciencia un asesinato provocado por uno mismo no es un recuerdo muy lindo que digamos, aunque fue en defensa propia. Era mi vida o la de él, y al final decidí por la mía.Estoy en una etapa de mi vida que empiezo a conocer las cosas tal como son, o mejor dicho: “las conocía, pero no me daba cuenta de ellas”. Estaba en un mundo lleno de fantasías hormonales. Sé que llegaron momentos donde casi pierdo la cabeza, pero mi pulgoso me lo impidió.Al final esa enviada al internado me trajo muchas cosas buenas; Londres me trajo muchas cosas maravillosas como: ha
Capítulo 35: Asesinato Narra Nicolás Kuznetzov Eso de saltar etapas no es bueno en cuestión del amor. En ocasiones solemos tomar decisiones por impulsos, y ya en el momento de finalizar la adrenalina nos arrepentimos. Eso sucede con el enamoramiento: es un ciclo por así llamarlo “peligroso “. Cuando estamos enamorados de una persona somos más propensos a cometer idioteces y decir babosadas. Por eso es bueno esperar que pase la etapa del enamoramiento, porque en ese momento es que nos damos cuenta de los defectos de esa persona, a la cual según nuestra mente amamos. Cuando pasa el enamoramiento te das cuenta si amas en realidad a esa persona; estás dispuesto a aceptarla con todos sus defectos e imperfecciones. El amor implica sacrificio de ambos.
Capítulo 36: Secuestro —Una pena no es para siempre, una pena no es para siempre… —repito esa frase frente al espejo, cada vez que la tristeza invade mi ser, como si se tratara de un tsunami de sensaciones y la única sensación que vine consigo es la melancolía. Una melancolía que llega a mí: cuando los ruidos cesan, cuando las voces se callan, cuando me encierro en mi habitación y ya no escucho nada más que mis tristes pensamientos.—¿En qué piensas? —pregunta Nicolás detrás de mí.—En que ya ha pasado dos años de su muerte y sigo sintiendo la misma sensación de aquel día.—Sé lo que se siente, es una amargura que te quema por dentro, pero todo pasa para hacernos personas más fuertes.
Capítulo 37: VerdadesUno nunca termina de conocer a una persona. Siempre se nos hace más fácil mentir que decir la verdad. Las mentiras mientras más rápidas corren las agujas del reloj más grande se vuelven. Cada latido del corazón es una mentira en el mundo. Una mentira nos lleva a miles de ellas.Los seres humanos están acostumbrados a amar de manera efímera: cuando te mueres y pasan los años se olvidan de que en algún momento del pasado estuviste presente. Por eso la famosa frase: "el pasado se deja en el pasado ", y como ya fuiste cuando mueres eso eres, un pretérito. Hay personas en nuestras vidas que pasan como huracanes, nos dejan con absolutamente nada en el corazón, se llevan todo. Ni siquiera usan lo que te arrancan, sino que dejan cada partícula por cada territorio que dan un paso. Dejando tu alma hecha un
Capítulo 38: FiestaNarra Alicia —¿Por qué me haces esto mami? —cuestiono con lágrimas en el rostro. Mi llanto no le causa ni una pizca de remordimiento. —¡Qué no me llames mami! —grita como loca pegándome numerosos golpes en la cara.—¡¿Por qué me haces esto si eres mi mamá?! —replico con la sangre corriéndome por todo el rostro —. ¿Por qué Alexandra Petrova?—Porque te odio, eres una bastarda ingenua que se interpuso en mi camino. Mandarte al maldito internado no me sirvió de nada, porque llegó el infeliz de tu estúpido novio a dañarme los planes que tenía contigo. Debí aquella vez asfixiarte con la almohada, cuando estabas pequeña y así
Capítulo 39: Mentir por amor —¿Dónde estabas? ¡Estuve todas éstas semanas en tu búsqueda! ¿Fue Alexandra Petrova verdad? —dice lleno de enojo.—No te preocupes Nicolás —le muestro el mejor rostro que he fingido en toda mi vida e intento ocultar toda esta falsa que ha construido Alexandra en mí.—¡Qué no me preocupe! ¡Me dices que no me preocupe cuando llevo semanas buscándote! —grita desesperado llamando la atención de unas cuantas personas en el salón.—No grites, no ves que estás llamando la atención de las personas presentes —. Bueno, él siempre llame toda atención, aunque de sus labios no saga ni una sola palabra, su simple presencia hace todo.—Siempre la llam
Capítulo 40: Vigésimo primero —Tanti auguri a teTanti auguri a teTanti auguri AliciaE la torta a me! —todos en el salón en donde se está realizando la dichosa celebración cantan la estúpida canción de cumpleaños. Cumpleaños feliz para ellos, pero no para mí. En toda está semana Alexandra me puso a firmar una serie de documentos, y lo grabe es que no tengo idea de qué fue lo que firmé: ella no me daba tiempo ni de leer a ver si mi firma estaba bien.Mis familiares y amigos se encuentran todos reunidos en corro en torno a mí. Mi hermano Elías lleva una torta de chocolate sostenida en sus manos. La torta esta decorada con 21 velas dentro de 21 fresas. Si estuviera libre la hubiese disfrutado con mucho gusto sin haber de
Capítulo 41: Otra muerte Siempre habrá más muertos que vivos… . De la muerte ni los protagonistas se salvan.16 años atrás…—¡Alicia baja de ese árbol ahora mismo! —le gritó aquella mujer de piel pálida y cuerpo delgado que vestía de color gris. Que dentro en vez de llevar un corazón portaba una piedra.—Me gusta estar aquí mamá —le sonrió la pequeña niña mostrando sus diminutos dientes con el alma más limpia que un diamante pulido.—Dante habla con tu hija —reclamó al padre de la niña con mucha cólera.—Déjala ser feliz mujer —sin más, aquel hombre de pelo azabache retiró la mirada de la mujer que había empezado a amar y centró toda su atención en la dulce criatura que cada día crecía más rápido. Ya en poco tiempo se convertiría en una hermosa señorita y empezaría a hacerle preguntas tales como: ¿De quién heredé el color de mis ojos? ¿Por qué no me parezco tanto a mi madre? ¿Por qué mis hermanos pocas veces la llaman “mamá”?... . Y sin mover un solo centímetro de su formado cuerpo