Capítulo 31
Se para de repente la camioneta en la que
vamos y uno de los hombres de Nicolás llega corriendo.—¡Señor Kuznetsov tenemos serios problemas! —dice con un arma en sus manos.—Seguimos el tema después —me dice Nicolás besando mis labios para después subirse a otro vehículo y perderse en las calles.La luz del mundo es el reflejo de nuestros corazones, por eso a veces el mundo está oscuro. A nuestro alrededor deambulan miles de almas oscura hambrientas de otras almas transparentes. La envidia y la injusticia están en todas partes. No soy la más buena de este mundo, no tiro la primera piedra.—Llegamos señorita Moretti —avisa el chófer abriendo mi puerta.—Gracias —le agradezco siguiendo sus pasos.Cruzamos por resecci&oacCapítulo 32 Nunca en mi corta vida pasó por mi cabeza el asesinar a una persona; ni por placer propio, ni en defensa propia. ¿A quién en su sano juicio le pasaría por la mente asesinar a un ser vivo?. Yo siendo una chica que no me llevo bien con su madre, pero siempre protegida por mi padre, jamás me imaginé ser una asesina. ¿Elián y Elías lo serán? ¿Serán ellos unos asesinos? ¿Son los hijos del señor Moretti unos asesinos? ¿Somos mis hermanos y yo unos asesinos? No me imagino el corazón de papá quebrado al saber el asqueroso secreto de sus tres hijos. Me siento mal mentalmente, no me creo capaz de haber asesinado a una persona.—No le des más mente a eso. Tú no eres la culpable, él lo era —dice Nicolás sin ninguna pizca de sentimiento en su ro
Capítulo 33A veces tenemos que dejar a las personas que amamos para no hacerles daño.—¡Ten cuidado por donde vas estúpida! —grito exaltada al ver mi vestido manchado de café.—¡Lo siento, lo siento! —se disculpa la mujer a la cual no le logro ver la cara.—Discúlpame a mí por ser tan grosera —le hablo con amabilidad al ver su rostro. Es una pelinegra de alta estatura, su porte se parece al de una supermodelo Americana. Tiene unos ojos realmente grandes: parece un sapo, un sapo bonito. ¡Por Dios Alicia! ¿De cuándo a dónde los sapos son bonitos?—Soy Stéphanie, mucho gusto —me regala una corta sonrisa.—Alicia, el gusto es mío Stéphanie —ahora yo le regalo una larga sonrisa.
Capitulo 34. Regalo de cumpleañosNarra Alicia Saber que no fui la autora de la muerte: de aquel hombre en el hotel me hace sentir de nuevo con vida. Siento haber dejado una carga muy fuerte… . Llevar en su conciencia un asesinato provocado por uno mismo no es un recuerdo muy lindo que digamos, aunque fue en defensa propia. Era mi vida o la de él, y al final decidí por la mía.Estoy en una etapa de mi vida que empiezo a conocer las cosas tal como son, o mejor dicho: “las conocía, pero no me daba cuenta de ellas”. Estaba en un mundo lleno de fantasías hormonales. Sé que llegaron momentos donde casi pierdo la cabeza, pero mi pulgoso me lo impidió.Al final esa enviada al internado me trajo muchas cosas buenas; Londres me trajo muchas cosas maravillosas como: ha
Capítulo 35: Asesinato Narra Nicolás Kuznetzov Eso de saltar etapas no es bueno en cuestión del amor. En ocasiones solemos tomar decisiones por impulsos, y ya en el momento de finalizar la adrenalina nos arrepentimos. Eso sucede con el enamoramiento: es un ciclo por así llamarlo “peligroso “. Cuando estamos enamorados de una persona somos más propensos a cometer idioteces y decir babosadas. Por eso es bueno esperar que pase la etapa del enamoramiento, porque en ese momento es que nos damos cuenta de los defectos de esa persona, a la cual según nuestra mente amamos. Cuando pasa el enamoramiento te das cuenta si amas en realidad a esa persona; estás dispuesto a aceptarla con todos sus defectos e imperfecciones. El amor implica sacrificio de ambos.
Capítulo 36: Secuestro —Una pena no es para siempre, una pena no es para siempre… —repito esa frase frente al espejo, cada vez que la tristeza invade mi ser, como si se tratara de un tsunami de sensaciones y la única sensación que vine consigo es la melancolía. Una melancolía que llega a mí: cuando los ruidos cesan, cuando las voces se callan, cuando me encierro en mi habitación y ya no escucho nada más que mis tristes pensamientos.—¿En qué piensas? —pregunta Nicolás detrás de mí.—En que ya ha pasado dos años de su muerte y sigo sintiendo la misma sensación de aquel día.—Sé lo que se siente, es una amargura que te quema por dentro, pero todo pasa para hacernos personas más fuertes.
Capítulo 37: VerdadesUno nunca termina de conocer a una persona. Siempre se nos hace más fácil mentir que decir la verdad. Las mentiras mientras más rápidas corren las agujas del reloj más grande se vuelven. Cada latido del corazón es una mentira en el mundo. Una mentira nos lleva a miles de ellas.Los seres humanos están acostumbrados a amar de manera efímera: cuando te mueres y pasan los años se olvidan de que en algún momento del pasado estuviste presente. Por eso la famosa frase: "el pasado se deja en el pasado ", y como ya fuiste cuando mueres eso eres, un pretérito. Hay personas en nuestras vidas que pasan como huracanes, nos dejan con absolutamente nada en el corazón, se llevan todo. Ni siquiera usan lo que te arrancan, sino que dejan cada partícula por cada territorio que dan un paso. Dejando tu alma hecha un
Capítulo 38: FiestaNarra Alicia —¿Por qué me haces esto mami? —cuestiono con lágrimas en el rostro. Mi llanto no le causa ni una pizca de remordimiento. —¡Qué no me llames mami! —grita como loca pegándome numerosos golpes en la cara.—¡¿Por qué me haces esto si eres mi mamá?! —replico con la sangre corriéndome por todo el rostro —. ¿Por qué Alexandra Petrova?—Porque te odio, eres una bastarda ingenua que se interpuso en mi camino. Mandarte al maldito internado no me sirvió de nada, porque llegó el infeliz de tu estúpido novio a dañarme los planes que tenía contigo. Debí aquella vez asfixiarte con la almohada, cuando estabas pequeña y así
Capítulo 39: Mentir por amor —¿Dónde estabas? ¡Estuve todas éstas semanas en tu búsqueda! ¿Fue Alexandra Petrova verdad? —dice lleno de enojo.—No te preocupes Nicolás —le muestro el mejor rostro que he fingido en toda mi vida e intento ocultar toda esta falsa que ha construido Alexandra en mí.—¡Qué no me preocupe! ¡Me dices que no me preocupe cuando llevo semanas buscándote! —grita desesperado llamando la atención de unas cuantas personas en el salón.—No grites, no ves que estás llamando la atención de las personas presentes —. Bueno, él siempre llame toda atención, aunque de sus labios no saga ni una sola palabra, su simple presencia hace todo.—Siempre la llam