La negativa de Juliana no sorprendió a Ignacio.Incluso su reacción fue la misma que la de Javier, suspiró aliviado en silencio.Así que cuando recibió mensajes casi simultáneos de Javier y Juliana, inmediatamente se relajó y se volvió hacia sus jugadores, diciendo: —¿Todos están aquí? Si es así, n
No había hecho nada excesivo; solo había hecho algunas bromas ligeras sobre la chica guapa. ¿Era realmente tan grave?Silencia se sintió más y más frustrado mientras se enfrentaba a Ignacio, negándose a ceder.La tensión en la atmósfera aumentó aún más.—Ya está, ya está. Hemos analizado el partido
—Lo que quiero decir es algo que ya les he dicho a todos en años anteriores. Este año, no seré solo un compañero de equipo, y espero que todos recuerden por qué trabajamos tan duro en nuestro entrenamiento diario. En cuanto al dinero del premio, será como siempre: el club XH no tomará ninguna comisi
La persona bajo el árbol le entregó el teléfono y al mismo tiempo preguntó: —¿Qué tal lo que te mencioné antes? ¿Has pensado en ello?—¿Qué cosa?— respondió Silencia, como si no recordara, bajando la cabeza para dar una calada al cigarrillo mientras deslizaba sus dedos por la pantalla del teléfono,
Setazul continuaba insistiendo, hablando sin parar, haciendo que la cabeza de Silencia zumbase un poco con tanto ruido.Sin embargo, las últimas frases sí las escuchó claramente.—En resumen, piénsalo. De todas formas, lo que ofrece nuestro jefe seguro que es mucho más que lo que recibirás por ganar
Silencia, aunque despreciaba al suplente en su interior, no lo mostraba en su rostro. Actuaba como si estuviera prestando atención mientras dirigía al joven para que le sirviera una bebida, manejándolo con habilidad. Aunque la comida en la mesa estaba a medias, Silencia no esperó más y comenzó a sen
La Tetería de los Sueños.Gabriel acababa de verter el agua caliente sobre el té recién preparado, sus manos con los nudillos prominentes brillaban aún más bajo la luz matutina.El aroma del té llenaba el aire cuando Gabriel levantó la tetera de arcilla púrpura y sirvió una taza frente a Emiliano.
En esos casos, Juliana solía hacerse la desentendida y no responder. Esta mañana, recibió el habitual —Buenos días— de Santiago, que parecía un poco infantil, como los mensajes que solía enviar un joven tratando de conquistar a una chica durante sus días de escuela.Juliana no le prestó mucha atenci