—¿Soy… soy una molestia para ustedes? Lo siento.Juliana inclinó la cabeza para mirarlo.El rostro perfil del hermano era más hermoso que el de los chicos guapos en la industria del entretenimiento.Pero ahora no era el momento de apreciar el rostro de Diego, con el remordimiento, Juliana comenzó a
Al escuchar esto, Santiago soltó un suspiro de alivio. Fue en ese momento que se dio cuenta de la razón por la cual le habían llamado.Los guardaespaldas de Juliana, quienes la cuidaban con esmero, no tenían su información de contacto. Su responsabilidad era asegurarse de que estuviera segura y sana
Al escuchar esto, Juliana apretó ligeramente la palma de su mano que sostenía el teléfono, y su rostro reveló una leve incomodidad.Al mismo tiempo, Diego, que estaba sentado a su lado, giró ligeramente la cabeza para mirarla. Aunque la llamada se realizaba a través del auricular, no había otras per
—¡Por supuesto que voy a regresar! ¿Cómo podrías pensar eso? —preguntó Juliana sin comprender.—Y además, ¿no dijiste eso? Mi cuñada está a punto de dar a luz, y dijiste que me llevarías a ver a mi sobrino. Si no vuelvo, ¿cómo vamos a ir juntos? —agregó con un tono inocente, revelando cierta sorpres
Juliana parpadeó y preguntó con precaución: — ¿Es tan grave?Sí.¡Muy grave!Esta ya era la mayor concesión que Diego estaba dispuesto a hacer.Al recordar las acciones pasadas de ese loco, Diego desearía arrojar a Santiago al mar.¡Ese pequeño demente, por qué no se ahogó en el océano!Incluso esta
—Juliana, ¡realmente eres tú!El abrazo del hombre era muy apretado, como si quisiera fundirla en su ser. Por un momento, a Juliana le resultó difícil respirar.—¡¿Quién eres?! ¡Suéltame!Juliana exclamó, al mismo tiempo que aplicaba fuerza con las manos. Con un rápido codo, logró apartar al hombre
La voz de Santiago resonó desde atrás, captando la atención de Rafael y Sergio al mismo tiempo. Al ver a Santiago, ambos hermanos cambiaron drásticamente sus expresiones.Este momento parecía ser el más sincronizado y similar en sus vidas. Rafael estaba sorprendido por el secuestro de Juliana por pa
Diego se rió con desdén: — No me importa, don Sergio, cuídate a ti mismo y eso será suficiente.Antes, debido a su relación decente con Feliciana, Diego apenas le daba algo de consideración a Sergio. Sin embargo, hace cuatro años, cuando Feliciana desapareció después de caer al mar, Sergio insistió