Cuando Juliana, Antonia y los demás llegaron al hospital, Ánsar aún no había salido de urgencias.
—¿Cómo está? —preguntó Antonia, acercándose a Gabriel para obtener respuestas.
Al ver a su madre, Gabriel tuvo que contenerse y consolarla:
—Aún estamos esperando noticias. Mamá, tranquila, seguro que