—¿Tía, qué estás haciendo?— Ánsar miró a Juliana con una expresión de confusión mientras ella presionaba el botón del ascensor.Juliana bajó la cabeza y le sonrió. —Estoy haciendo una apuesta, querido.Ante la mirada aún más perpleja del niño, Juliana sonrió aún más ampliamente. —Eres demasiado jo
Ánsar parpadeó. —Pero, tía, no creo que esté diciendo tonterías. Si no te gustara la persona con la que hablabas por teléfono, ¿cómo podrías sonreír tan felizmente?Juliana se quedó perpleja.Involuntariamente, pensó en la voz que le decía "Nos vemos esta noche", una frase que le hacía sentir cosqu
A pesar de lo que había dicho, Juliana ya había tomado una decisión en su corazón.Tenía la intención de sacar el coche primero y luego llamar a un empleado de la concesionaria para que viniera a remolcarlo y hacer una revisión. Aunque solo había tenido un pequeño fallo momentáneo y apagar el coche
La gente de los Garza e incluso los de la escuela se burlaban de ella por ser una falsa heredera que ocupaba un lugar que no le correspondía, una persona sin conductor. Solo ella sabía que el tiempo que pasaba en el autobús, yendo y viniendo de la escuela todos los días, era un momento en el que se
El conductor delante probablemente también había visto las noticias y ahora estaba charlando con ella casualmente.—Si un conductor está cansado, puede detenerse en un área de descanso. ¿Por qué tanta prisa? Ahora, por causa de un accidente, alguien perdió la vida, ¡qué tragedia!Juliana se sentía s
Juliana era plenamente consciente de la condición física de Antonia y, al verla tan emocionalmente alterada, dejó de lado sus propias dudas y rápidamente se acercó para sostenerla.—Mamá, estoy perfectamente bien, no ha pasado nada.Antonia, sin embargo, no se tranquilizaba fácilmente. Al ver a Juli
—¿Qué sabes?Juliana le preguntó, preocupada al notar que la voz de Javier se había desvanecido repentinamente, poniéndose en alerta.Pero al cabo de un momento, el tono de Javier volvió a la normalidad.—No es nada, de repente olvidé lo que iba a decir. Cuando lo recuerde, te lo diré. Nos vemos mañ
—¿Qué has dicho?El hombre, con sus dedos regordetes, agarró la barbilla de Frida, obligándola a levantar la cabeza y mirarlo a los ojos.—¿No es verdad que llevabas mi hija y te casaste con ese inútil de la familia Garza? ¿Cómo podrías atenderme, eh?—¿Qué otra opción tenía en ese momento?Frida ca