"—¿Qué pasa? ¿No te gusta cómo me visto? — preguntó Diego con indiferencia.Diego, molesto por la actitud de Juliana, la agarró bruscamente y la miró de arriba a abajo con desprecio. También estaba visiblemente disgustado.—¿Tienes el descaro de criticar mi vestimenta? Mira cómo te has vestido tú. T
Manuel no tenía nada personal en contra de Emiliano. Aunque no estaba contento con su ex-yerno, no lo dejaba ver.Simplemente le respondió simbólicamente a Emiliano.En comparación, Ernesto, que jugaba ajedrez con el Dr. Alonso, no estaba nada amable.Su habilidad en el ajedrez superaba con creces a
Sin embargo, el mecanismo de autodefensa de su cuerpo no lo hizo tan frágil como Emiliano parecía.Después de que el dolor en su cuerpo se desvaneció, su conciencia empezó a regresar poco a poco.El zumbido en sus oídos fue reemplazado por la voz en su memoria, lo que le causó cierto placer.Emilian
—¿Todavía te atreves...?Diego se enfureció aún más con el grito de Juliana, pero antes de que pudiera decir una palabra, ella lo interrumpió de inmediato.—¿Qué pasa conmigo? ¿Alguna vez has pensado en las consecuencias de tus acciones? Esto es nuestra casa. Puedes golpearlo un par de veces y ya, p
El Dr. Alonso y Ernesto eran dos amantes de la buena comida. Vinieron a Luzmarina principalmente por Juliana, y en segundo lugar, por la deliciosa cocina que ella preparó.Al ver los platillos ya servidos en la mesa, su único deseo era devorar la comida rápidamente, sin prestar atención a lo que Lau
—¿Tía, estos dos invitados los trajiste tú, no fueron invitados por nosotros? Si se pierden, ¿no tendrías tú la responsabilidad, sobre todo porque ni siquiera los queremos aquí?Diego lo dijo directamente, sin preocuparse por los sentimientos de Laura.Laura se puso roja de enojo y exclamó: —¿Cómo t
—¿Tía, estos dos invitados los trajiste tú, no fueron invitados por nosotros? Si se pierden, ¿no tendrías tú la responsabilidad, sobre todo porque ni siquiera los queremos aquí?Diego lo dijo directamente, sin preocuparse por los sentimientos de Laura.Laura se puso roja de enojo y exclamó: —¿Cómo t
Laura, al ser gritada de esa manera, se asustó tanto que se encorvó, quedando postrada en la silla.Abrió la boca y pasó un buen rato antes de recuperarse.—Cuñado, no te enojes. Conoces mi personalidad, solo quiero que el matrimonio de Feli sea feliz. No me regañes, nunca más me entrometeré en su m