La gente no se atrevía a preguntarle, y tampoco había necesidad de hacerlo.Total, si el jefe estaba de buen humor, sus días iban sobre ruedas, deseando que el jefe se riera feliz todos los días.Manuel tampoco se quedó mucho en la sala de reuniones.Tan pronto como recibió el mensaje de que Juliana
Juliana notó a Sonia desde que entró por la puerta.Al principio, pensó que Sonia era solo la asistente de Gabriel, entraría, dejaría algunos documentos y la computadora, y luego se iría. Pero resultó que se quedó allí, mirando como si estuviera perdida y bastante triste.Sonia también se dio cuenta
Juliana continuó: —Dices que ella no ha mostrado sus sentimientos, entonces, si te gusta, ¿por qué no te lanzas y le confiesas tus sentimientos? Eres hombre, ¿cómo permites que la chica tome la iniciativa?Gabriel se quedó aún más perplejo: —Pero... pero si a ella no le gusto, si me lanzo, ¿no sería
Juliana se sorprendió de repente, y en un instante, se llenó de confusión.Sin tiempo para pensar demasiado, se levantó apresuradamente para seguir a Ánsar.Las otras dos personas en la oficina también se quedaron boquiabiertas por un momento antes de dar unos pasos rápidos para unirse a la persecuc
En ese teléfono se encontraba una foto, nada menos que la escena de la reciente conversación entre Gabriel y Juliana.Pilar había tomado muchas fotos secretas y las compartía con una sonrisa de oreja a oreja con Sonia.No solo hablaba, sino que también deslizaba constantemente las fotos en su teléfo
Quizás debido a la charla informal, el grupo activó el modo anónimo, sin saber quién estaba detrás de las palabras de acusación.Pero sin lugar a dudas, Sonia era la persona señalada.La gente siempre está particularmente interesada en lo que se dice sobre ellos, y Sonia no fue una excepción.Así qu
En un rincón debajo de la mesa, el niño miraba con sus grandes ojos redondos y oscuros, inclinando ligeramente la cabeza como si estuviera un poco confundido.Los adultos eran realmente extraños; aunque estuvieran tristes, actuaban como si nada hubiera pasado.Aunque el aroma del café era agradable,
Ánsar se sobresaltó, casi dejando caer el vaso de agua que sostenía.No se atrevió a seguir sentado para tomar agua y se levantó apresuradamente del sofá.—Papá.Ánsar aún sentía un temor reverencial hacia Gabriel.En casa, había logrado esquivar a los demás, pero cuando lo encontraban, todos lo lla