—¡Listo, ya está listo para servir! Juliana, ¿cómo vas tú?Ernesto estaba preparando una lechona simple, diferente a la manera habitual al añadir frutas.A diferencia de la lechona tradicional, este plato tenía un aroma frutal que equilibraba el sabor del cerdo frito.Este plato, acompañado de arroz
En cuanto Ernesto dijo eso, Juliana de repente sintió que la atmósfera había cambiado. Se movió la boca, queriendo decir que en realidad no era necesario hacer eso, que el Dr. Alonso ya se había retirado, y si no quería volver a trabajar por estar cansado, estaba bien, no había necesidad de llevar
Ernesto tardó un momento en captar el significado de sus palabras.Pero Ernesto logró controlar su temperamento. Echó un vistazo y vio al viejo Dr. Alonso, con su cara dura, extendiendo su tenedor para empezar a comer de nuevo, acompañando su comida con un gran plato de arroz, ¡y mordiendo con un gu
Al ver que Juliana estaba a punto de caer en el estanque detrás de ella, Emiliano, con una reacción rápida, extendió su brazo y la atrapó casi en el instante en que perdió el equilibrio, trayéndola con seguridad a sus brazos.—¿Estás bien?No esperó a que ella se estabilizara para hablar, con una pr
—La herida en tu tobillo fue causada por una lámina de hierro, necesitas ir al hospital para recibir una inyección contra el tétanos. Te llevaré.Al decir esto, se inclinó ligeramente frente a Juliana, dándole la espalda.El gesto era evidente.Pero Juliana lo empujó.—¡Aléjate, no necesito tu falsa
Varios pares de ojos se encontraron, y Juliana sintió ganas de esconderse.No sabía si Ernesto y el Dr. Alonso la habían visto siendo agitada por ese despreciable hombre, pero independientemente de si lo habían visto o no, su apariencia actual era suficiente para enterrarse de vergüenza.—Señor Torr
—¡Bah! ¿Y qué si soy mayor? ¡También soy su junior!—Ernesto se rebeló, soltándose y saliendo.Justo al doblar la esquina, se encontró de frente con Emiliano, quien sonreía mientras sostenía a Juliana. Su postura era erguida y sus ojos brillaban con diversión. —Lo siento, no escuché bien antes. Acab
Él dio un paso adelante, mirándola de manera dominante.Juliana acababa de sacar las llaves del coche del bolsillo de Emiliano, y al mismo tiempo que sonaba el desbloqueo del coche, sintió un frío en la cintura.Inmediatamente, su pequeña figura fue rodeada por Emiliano, mientras que el otro lado de