Cuando estas palabras cayeron, las expresiones de las personas en la mesa eran diversas. Laura y Cayetana, naturalmente, estaban extremadamente complacidas, dejaron la comida y se sentaron como de costumbre para comer, tomando los tenedores sin preocuparse por la cortesía de los invitados al empezar
Ella realmente no quería hablar así de su nieta menor. Después de todo, la chica acababa de regresar del extranjero, había tomado un largo viaje en coche desde Marea hasta Luzmarina, y aunque no había visto a la familia en cuatro años y no había hecho una sola llamada, aún así era una pariente. Pero
Laura inmediatamente cerró la boca y buscó ayuda con la mirada hacia su madre. Renata esta vez no se apresuró a responder. No había necesidad, las palabras de Laura esta vez eran demasiado duras. Todavía no se habían ido los dos ancianos, y decir ese tipo de cosas en ese momento era realmente... dem
Las palabras de la abuela eran para Juliana, pero ¿acaso no estaban también dirigidas a él y a sus padres? Después de todo, solo Laura y su madre vivían en la casa antigua, y desde que se mudaron, su familia no solía regresar. Por lo tanto, cuando Benedicto salió corriendo de la villa, no fue solo p
Este almuerzo logró sacar todas esas emociones incómodas que Juliana tenía en su corazón. Esas malas emociones que uno se fuerza a no pensar demasiado, son todas ellas dejadas atrás en medio de la alegría y risas de esta comida. Después de todo, a nadie le desagrada ser elogiado. Incluso si es un el
Juliana había reservado una mesa en Riobela, un restaurante con una buena calificación. A diferencia de lugares como Grandiosa, este restaurante destacaba más por su ambiente que por su comida. Aunque la comida estaba buena, las porciones eran pequeñas y el ambiente del restaurante era impresionante
—¿Vamos a ver la sorpresa que preparo para ti?Después de limpiarse los labios, Santiago levantó los ojos para mirar a la chica sentada enfrente y le preguntó sin prisas.Juliana no quería tardar ni un segundo, sin ver que Senona estuviera salva, Juliana no podría calmarse. Entonces, después de que
Cuando más fuegos artificiales deslumbrantes florecieron en el cielo, la inquietud de Juliana se confirmó.—Julita, ¿te casarías conmigo?El hombre que estaba frente a ella se arrodilló sobre una rodilla, con un hermoso anillo de diamantes colgando en el enorme ramo, la luz de los fuegos artificiale