DAVIDMe desperté y la primera imagen que vi fue la de Sarah dormida a mi lado. Se movía ligeramente, buscando calor. La acurruqué, atrayéndola más hacia mí, y vi cómo su expresión se relajaba al sentirse abrigada. Me quedé observándola por unos minutos, maravillado por su belleza y serenidad. Le di un suave beso en la comisura de sus labios y acaricié su rostro con mi mano, dibujando cada contorno. Después de un rato, me quedé dormido a su lado, feliz por lo que estaba viviendo.Cuando desperté de nuevo, me encontré solo en la cama. Sonreí, imaginando que Sarah se había levantado antes para preparar el desayuno y alistarse para el trabajo. Me levanté, pero sentí una opresión en el pecho, como si algo fuera a pasar. Descarté la idea mientras me dirigía a la ducha.Mientras me bañaba, pensé en los últimos días. Han sido maravillosos, finalmente he abierto mi corazón y he sido correspondido. No hay nada que desee más que pasar mi vida con Sarah.Después de alistarme, opté por un elegant
El doctor, al escuchar mi pregunta, me miró con una expresión seria y respondió:- En unas tres horas a más tardar, cuando se le pase la anestesia. Monitorearemos sus signos vitales y, si ya está fuera de peligro, la llevaremos a una habitación en la zona VIP.Volví a preguntar si podría ingresar a verla.- Sí, pero primero necesitas esterilizarte antes de entrar -indicó el doctor. La enfermera te brindará las indicaciones correspondientes.Asentí y esperé pacientemente a que la enfermera me guiara. Me entregó una bata, un gorro, estuches para mis zapatos y guantes. Me vestí con cuidado y, finalmente, ingresé a la sala de UCI, donde Sarah yacía en una cama, rodeada de monitores.Me acerqué despacio, tratando de no hacer ruido. Tomé su mano con suavidad, sintiendo la calidez de su piel, aunque su rostro estaba pálido. Me incliné y le susurré:- Amor, ¿quién te quiere hacer daño? ¿Qué es lo que realmente desean?Su respiración era estable pero débil. Mi corazón latía con fuerza, y mis o
El grabador comenzó a reproducir, llenando la habitación con un suave murmullo de pasos. Después, se escuchó la voz de James, pero justo cuando iba a hablar, la puerta se abrió. Me giré y vi que era la enfermera, ingresando casi en silencio.- Voy a cambiar el gotero - indicó ella en voz baja.Asentí y apagué el reproductor, guardándolo en el bolsillo de mi saco. Observé cómo la enfermera realizaba los cambios, revisando el monitoreo y anotando en la historia clínica. Finalmente, me indicó que había una mejora en los signos vitales de Sarah antes de retirarse. Le agradecí, sintiendo un leve alivio en medio de tanta tensión.El cansancio comenzó a ganarme. Traté de recostarme en el mueble cercano, buscando un poco de descanso. Apenas cerré los ojos, escuché un suave toque en la puerta. Me levanté rápidamente y al abrir, vi a Nicholas, su rostro reflejaba preocupación y cansancio.- ¿Cómo está ella? preguntó en voz baja, entrando a la habitación.- Está mejorando, respondí, tratando de
El suave murmullo de pasos llenó el aire, seguido por la voz de James:- ¿Qué es lo que ha pasado?... No creo que sea seguro que vengas a la oficina. El esposo de mi prima te vio y ya está sospechando y cualquier paso en falso puede perjudicarnos.Thomas y Nicholas se inclinaron hacia adelante, concentrados en cada palabra.- ¿Y qué sugieres, jefe? continuó una voz desconocida, fría y calculadora.- Por el momento no podemos permitirnos cometer errores, respondió James, su tono molesto.Un escalofrío recorrió mi columna mientras las palabras resonaban en mi mente. Estábamos escuchando una conspiración en tiempo real.Cuando iban a seguir hablando, se escuchó una interferencia, y la conversación se interrumpió abruptamente. Solo se oyeron pasos alejándose y una puerta cerrándose.- Esto no nos ayuda en nada como evidencia, dijo Thomas, rompiendo el silencio.- Mierda, ¿acaso se dieron cuenta del grabador? respondí lleno de rabia, apretando los puños.Nicholas asintió, su expresión grav
Al día siguiente, desperté con los primeros rayos del sol colándose por la ventana. Sarah dormía a mi lado, su respiración suave y regular. Observé su rostro tranquilo por un momento, sintiendo una ola de amor y protección. Silenciosamente, me levanté y me dirigí al baño para lavarme.Después de unos minutos, salí del baño y vi a una mujer un poco mayor cerca de Sarah, observándola. Preocupado, con una voz casi autoritaria, le pregunté:- Disculpe, ¿quién es usted? ¿Puede alejarse de mi mujer? No voy a permitir que nadie más le haga daño.La mujer se volvió y me miró fijamente, su expresión serena pero desafiante.- ¿Así que usted cree que yo le voy a hacer daño? dijo con un tono irónico.Cuando iba a seguir hablando, Sarah se despertó, un poco soñolienta, y preguntó:- ¿Qué está pasando? ¿Por qué tanto ruido?En ese momento, hizo una mueca de dolor mientras trataba de levantarse. Me acerqué rápidamente para ayudarla y, al pasar por el lado de la mujer, le susurré:- Cuidado con lo qu
La tensión en la habitación se disolvió un poco después de la emotiva conversación. Patricia se mostró más relajada y comenzó a conocer a David un poco más, mientras Sarah descansaba.- Entonces, David, cuéntame un poco sobre ti. ¿Cómo conociste a mi hija? —preguntó Patricia con una sonrisa.Le sonreí de vuelta y respondí:- Prométame que no se reirá de nosotros.Patricia asintió, intrigada.- A su hija la conocí en una conferencia sobre derechos humanos hace años. Yo estaba allí para dar una ponencia sobre derecho internacional, y Sarah también participaba. Quedé fascinado con su belleza, pero tuvimos un debate bastante intenso durante la conferencia, sonreí al recordar ese momento.Después de eso, no supe nada de ella y me olvidé de ese día, hasta que nos volvimos a encontrar como abogados ya experimentados en el juzgado. No voy a negar que comenzamos llevándonos mal, ya que éramos dueños de distintos bufetes y hubo malentendidos entre nosotros debido a clientes. Pero en todo ese pr
*****************************************************************************JAMESMe encontraba en el despacho de mi casa, rodeado de documentos y reportes que parecían más un recordatorio de mis fracasos recientes. Golpeé la mesa con el puño, haciendo que los papeles volaran por el aire, mis pensamientos oscuros y pesados como nubes de tormenta.La ira bullía dentro de mí, un fuego que amenazaba con consumirme por completo. Nada estaba saliendo como lo había planeado. Sarah debía haber sido eliminada sin dejar rastro, un simple accidente que nadie cuestionaría. Pero aquí estaba, viva y bajo la protección de su estúpido esposo. ¡Maldita sea!- ¡Sombra! grité, mi voz resonando por el pasillo. ¡Entra aquí, ahora!Mi subordinado más cercano, entró apresuradamente, con la cabeza baja y una expresión de temor evidente en su rostro. Cerró la puerta detrás de él y se quedó esperando, como un perro asustado esperando el castigo.- ¿Qué demonios está pasando? le espeté, levantándome de mi si
SARAHHan pasado varias semanas desde el atentado que casi me costó la vida. Las cicatrices físicas han comenzado a sanar, pero las emocionales siguen presentes, latentes, cada vez que cierro los ojos. A pesar de todo, finalmente me han dado de alta, y ahora estoy en casa, bajo el constante cuidado de mi madre y de David. Ambos se han convertido en mis pilares durante este tiempo, aunque a veces siento que me sobreprotegen más de lo necesario. Es casi cómico ver cómo se turnan para cuidarme, asegurándose de que no me falte absolutamente nada.Mi madre ha sabido procesar la información sobre el envenenamiento de mi padre con una fortaleza que nunca imaginé. Sin embargo, no ha sido fácil para ella, y sé que cada nuevo descubrimiento la afecta profundamente, aunque trate de ocultarlo detrás de una fachada de tranquilidad.David, por su parte, ha estado en cada paso de mi recuperación, velando por mi bienestar con un esmero que a veces me hace sonreír. Incluso se han asegurado de consegui