—El médico acaba de comprobarlo, no te preocupes. Si te quedas conmigo un rato, no tendré dolor.Sabrina no sabía qué decir por un momento.«¿Hablar con él hará que cese el dolor?»Francisco se alegró de que Sabrina estuviera tan nerviosa por él y, como resultado, sintió que le gustaba.«Después de esto, yo debería importarle.»—No te tomes en serio lo que acaba de decir mi madre. No puede hacerme cambiar de idea ni permitiré que te haga daño. —dijo Francisco.Sabrina se encogió de hombros y actuó como si no le importara, —Gracias por protegerme tanto. De hecho, no tienes que ser así. ¡No vale la pena que te metas en semejante lío con tu madre por mí!Sintió que Francisco le agarraba la mano con más fuerza.—Sabrina, eso me gustaría. —Francisco dijo mirando sus ojos.Sabrina no dijo nada y ladeó la cabeza para mirar por la ventana.—Francisco, gracias por salvarme otra vez.Francisco rio, tocando su mano, —Entonces, ¿cómo vas a agradecérmelo esta vez?Sabrina lo pensabe en
Sabrina se puso recta y nerviosa. Se levantó.«Esta voz...»«¡Es él!»—¿Qué pasa?Francisco vio cómo reaccionaba y pensó que algo iba mal.Sabrina se volvió en sí, ocultando el pánico, fingió estar relajada, —No pasa nada. Voy a contestar a la llamada.Y salió de la sala.Francisco frunció el ceño al verla alejarse a toda prisa.Sabrina acababa de estar en el pasillo, y el hombre que llamó preguntó inmediatamente:—¿Quién era el hombre que hablaba?—Un desconocido. —respondió Sabrina.Nadie sabía cómo encontró su número de teléfono. Cuando ella no estaba preparada, se sorprendió al oír su voz de repente.—¿De verdad? —no lo creía el hombre.Sabrina insistió, —Sí.«Si se entera de mi relación con Francisco, no tendré paz en el futuro.»—No me lo creo.El hombre seguía preguntando: —¿Me estás engañando?Si no se hubiera enterado hace tiempo de que Reina había reaparecido, no habría sabido de ella hasta ahora.Era la primera vez que desapareció en silencio durante tanto
«Hace un momento Francisco me dijo que no quería divorciarse, y Rahman ya ha cambiado nuestro estado civil a divorciado.»Al cabo de un rato, Rahman se dio cuenta de que Sabrina no le contestaba y le envió un mensaje de voz: —Sabrina. ¿Acaso estás enamorada de Francisco y no quieres el divorcio?Rahman continuó aconsejándola: —Hay muchos hombres guapos en el mundo, no debes renunciar a otros hermosos por culpa de Francisco. Tienes que tener una visión a largo plazo.Sabrina recordó algo de repente y la mirada se volvió decidida.Ella respondió a Rahman con un mensaje: [Gracias.]«Es un buen final. Francisco y yo no podemos estar juntos mucho tiempo.»Sabrina estaba un poco molesta y no quería volver a la sala para enfrentarse a Francisco.En la sala.Francisco estaba esperando a que Sabrina volviera.Recordando lo nerviosa que estaba Sabrina cuando contestó antes al teléfono, sintió un poco de curiosidad por la persona que había llamado.En ese momento, alguien abrió la puert
Sabrina se apresuró a volver a la villa, preocupada y enfadada.«¿Francisco está loco? Salió del hospital tras una operación, ¡chiste!»Justo después de llegar a la villa, Sabrina salió corriendo del coche.—Sabrina, ¡has vuelto! —Sofía la esperaba en la puerta.—¿Cómo está Francisco? ¿Dónde está el médico? —preguntó Sabrina mientras subía corriendo.Sofía no quería que Sabrina descubriera algo raro, —El médico no ha llegado todavía. Acabo de llamar para apurarlo. Dijo que estaba atascado en el tráfico.Al entrar en el dormitorio, Sabrina vio a Francisco desmayado en la cama, con cara enrojecida, y a Hernán de pie junto a la cama, sin saber qué hacer.Se acercó a él y tocó su ardiente frente.—¿Francisco, Francisco?Sabrina lo encontró completamente desmayado.—Hay un botiquín abajo. Tráemelo.—¡Sí!Hernán corrió inmediatamente abajo y subió rápidamente con el botiquín.Sabrina le tomó la temperatura a Francisco, treinta y ocho coma siete grados centígrados.Le dio dos pa
Cuando Sabrina acaba de casarse con Francisco, le había visto accidentalmente esta marca en el pecho cuando estaba recién duchado y sin camiseta.Como no había podido verlo muy bien en ese momento, pensó que era un tatuaje.Más tarde Sofía le había contado a Sabrina que el primer amor de Francisco se llamaba Steffy, así que pensaba que se había tatuado el nombre de su primer amor en el pecho.«Resulta que no era un tatuaje sino una cicatriz, lo entendí mal.»Sabrina acaricía suavemente la cicatriz en forma de número siete del pecho de Francisco.«¿Esta cicatriz tiene algo que ver con Steffy?»Mientras estaba sumida en sus pensamientos, de repente le tomó la mano.Sabrina se volvió en sí y se dio cuenta de que Francisco la estaba mirando.—Sabrina, has vuelto.A Sabrina le tocó el corazón, asintió, —Estás despierto. ¿Estás mejor?Sacó su mano de la de él y lo arropó.Francisco la miraba desconcertado.—Estoy mareado. Me duele la garganta. —dijo débilmente, con la voz un poco
A la mañana siguiente.Cuando Sabrina se despertó, Francisco estaba inclinado sobre la cama trabajando en su tableta.Al verla despierta, Francisco la besó en los labios, —Sabrina, buenos días.Sabrina pensó en la escena de anoche cuando Francisco la había besado durante mucho tiempo, y se sentía tímida al instante.—Buenos días.Saludando también a Francisco, Sabrina fue inmediatamente a lavarse.Sofía les trajo el desayuno y, después de comerlo, Sabrina volvió a revisarle su herida a Francisco.—Debes permanecer en cama los próximos dos días. Limpiaré tu herida más tarde y te daré otra inyección después.Francisco la miró con un poco de sorpresa y curiosidad, —Sabrina, ¿sabes la medicina?Si Leandro no le hubiera dicho ayer que Sabrina le había operado, no habría sabido que ella sabía algo de medicina.—Más o menos —dijo Sabrina, modesta—, he aprendido un poco.Francisco pensó, «No es de extrañar que Sabrina maneje mi herida con tanta habilidad.»En los días siguientes, S
«Ahora estoy enamorado de Sabrina. Es mi única esposa. ¡Nadie puede sustituirla!»«Compensaré a Steffy de otras maneras.»Ahora Hernán sabía exactamente lo que Francisco tenía en mente.—¿Vas a averiguar los antecedentes de Sabrina?«Incluso expertos como Rahman y Paco la reconocían como su jefa, por lo que debía haber algo más en ella que ser la señorita de la familia Suárez.»Francisco apagó el cigarrillo, —No hace falta.«Sabrina tiene muchos secretos. No quiere contármelos ahora porque aún no confía en mí.»«No la forzaré.»—Me lo dirá cuando me acepte plenamente.Hernán se burló: —Así que tienes una larga espera por delante.«Te lo merecías por tratarla tan mal antes.»Francisco rio tristemente, de repente recordó algo, —Por cierto, ayúdame a retirar la demanda de divorcio con Sabrina del Registro Civil.Hacía casi un mes que presentaron la demanda de divorcio y, si no la retirara, se haría efectiva.—Bien. Llamaré más tarde para que lo haga alguien en Madrid.Franci
En cuanto Francisco se desmayó, Sabrina abrió los ojos.Encendió la luz y se levantó.Se duchó, se cambió, hizo las maletas y luego envió un mensaje a Paco para decirle que era hora de irse.Sabrina se acercó a Francisco y lo miraba, que en ese momento estaba inconsciente, y sonrió tristemente.—Ya que no puedo tener tu corazón, al menos puedo tener tu cuerpo.Sabrina acarició su hermoso rostro, —Francisco. adiós. No, no volvemos a vernos.Sabrina se dio la vuelta y salió del dormitorio.Unos minutos más tarde, salieron silenciosamente de la villa en un Land Rover negro.Al día siguiente.Hernán bajó a desayunar, pero vio a Sofía estar sola.—¿Aún está durmiendo Francisco?Sofía echó una vista hacia arriba y sonrió feliz, —No sólo él. ¡También Sabrina!Sofía subrayó las últimas palabrasHernán comprendió inmediatamente la situación.—Se están acercando rápido, ¿no?Pensó que Francisco tendría que hacer mucho para que Sabrina volviera a confiar en él, pero no esperaba que