Vamos camino a la casa de los padres de Gia y la verdad estoy nerviosa, nos han mandado al chofer de la familia para llevarnos hasta ellos, tengo curiosidad por conocerlos. Miro a mi amiga que está a mi lado y puedo decir que está muy guapa, así que, si ese tal Mario estará en la cena pues caerá para atrás cuando la vea. Está usando un vestido rojo hasta la mitad de sus muslos con unos zapatos de muerte y el cabello recogido con unos mechones sueltos, a mí me costó decidirme que usar así que me coloque un vestido para mi gusto un poco corto, pero quien le discute a Gia, mi vestido es negro con un cinturón rojo y zapatos a juego, mi cabello bien peinado hasta la cintura y maquillaje sobrio, entramos en una zona de residencias que se nota que son exclusivas, no detenemos en una enorme y linda casa con un jardín precioso. Al llegar el chofer nos abre la puerta y salimos. Los nervios me están matando, tomo por el brazo a Gia que me mira divertida.
—Gia ¿estás segura que no se molestaran porque este aquí? —ella rueda los ojos
—No Ali. Tranquila, yo los llame y están encantados de que te traiga a casa, ya era hora de que conocieran a mi mejor amiga y compañera de piso según sus palabras —me tranquiliza
—Bueno. Vamos entonces —caminamos hasta la puerta que es abierta por una mujer de unos cincuenta y pocos, muy elegante. Rubia de ojos grises y una mirada cálida, envuelve en brazos a Gia y ella le responde el abrazo muy emocionada
—¡HIJA! Te extrañe mucho, ¡oh Dios! estas preciosa—dice mirándola de arriba abajo dándole un chequeo y limpiándose las lágrimas —ya me hacías falta bebé. No sabes cómo me emocione cuando llamaste y dijiste que no querías radicar en Londres.
—Si mami, lo sé. Yo también te extrañe —dice secándole las lágrimas a su madre y unas cuantas de ella misma—pero aquí estoy, vine para quedarme. Venga que te presento a mi amiga —voltea hacia mí y me presenta ¡Dios que nervios! —mami. Ella es Alicia López mi mejor amiga y compañera de piso en Londres y aquí también —sonríe, le doy mi mano a la señora y ella para mi sorpresa me abraza.
— Hola querida. Me llamo Penélope Scott y es un placer mi niña, si eres amiga de mi hija es porque debes ser una buena muchacha, mi Gia es muy selectiva con sus amistades—me sonríe cálida y respiro, ahora me doy cuenta que estaba conteniendo la respiración
— Gracias señora Scott —le devuelvo el abrazo ¡con mi mejor sonrisa!
— Nada de señora. Soy Penélope ¿está bien?
— Esta bien. Será Penélope entonces
Gia nos interrumpe en ese momento
—Mami ¿nos vamos a quedar en el vestíbulo toda la noche? ¿Dónde está papá?
Caminamos hasta la sala y en ese momento baja un hombre mayor, calculo que es de la misma edad que Penélope. Es alto, ojos azules y rubio. Definitivamente Gia salió a su padre. Llega a su encuentro. La abraza, la besa en la mejilla y ella está muy emocionada
—¡Papi! ¡Te extrañe un mundo! Extrañaba tus abrazos
— Mi amor, yo también te extrañe ya eres una mujer hecha y derecha, pero mírate ¿dónde está mi princesa que jugaba a las muñecas? —la mira con amor
—¡Por Dios papá! no digas esas cosas, me rayas —todos reímos por sus ocurrencias –pero tu estas igual de guapo ¿eh! De seguro mi mamá te tiene con la cuerdita corta
— No mi amor. Yo no necesito la cuerda corta porque no hay mujer más hermosa y que me haga feliz como tu madre —podrían quererse más pienso, este hombre es sin duda un caballero y ama a su mujer.
—¿Ves hija? que más le puedo pedir a la vida —interviene su madre que está a mi lado con una sonrisa de enamorada, en ese momento el señor se da cuenta de mi presencia y me observa. ¡Mierda! ¿será que no le caigo bien? bueno no eres monedita de oro para caerle bien a todo el mundo. Mi amiga interviene
— Papi. Ella es mi amiga Alicia ¿recuerdas? de la que te hable—saludo tímidamente
— Hola señor Scott. Como su hija dijo, me llamo Alicia. Es un gusto y placer conocerlo a usted y a su esposa —él me mira y luego emboza una sonrisa y se acerca hasta mi dándome un beso en la mejilla
—Hola Alicia soy Ian. Nada de señor Scott, me haces sentir más vejo de lo que soy. Es un placer que este en casa y siempre serás bienvenida —se voltea hasta su hija y nos dice—Pasemos a sentarnos ¿quieren una copa champán? —nos ofrece el padre de Gia
—Si. Gracias —respondo, mi amiga asiente y él se va por las copas
— Por cierto, mamá ¿dónde está Mark? —Pregunta mi amiga, Penélope suspira con desesperación, pero Ian se adelanta responder cuando entra con las copas
—Mark dijo que venía retrasado. Está en una reunión con Mario, así que llegaran en un rato—al escuchar el nombre de Mario mi amiga empieza a sudar y sé que está nerviosa y ansiosa por verlo.
—Mmm. Que bien —es lo único que responde. Su madre la mira y empieza con las preguntas comunes como ¿estás bien? ¿cómo te sentiste en Londres? Y la pregunta del millón llega cuando su padre interrumpe a su hija
— Gia ¿qué piensas hacer? es decir; ¿ya tienes entrevista en alguna constructora? —pregunta su padre muy interesado. Ella se tensa
—Bueno papá. Eh estado pensando en tomarme un tiempo libre ¿sabes? Estoy un poco saturada con todo lo de la carrera, quiero descansar y disfrutar de ustedes y de mi vida por un tiempo —responde mi amiga esperando la famosa charla, pero su padre frunce el ceño por un momento, pero lo cambia al notar la mirada que le da su esposa y luego se lleva las manos al rostro como pensando y responde
—Bueno hija. Esto lo hablamos otro día ¿sí? no vamos a arruinar esta velada ¿te parece?
—Está bien papá y gracias de verdad. Lo agradezco —le lanza un beso que lo hace sonreír y negar con la cabeza.
—¿Que hare contigo princesa? —Me voltea a ver y me pregunta— Y tu Alicia. Si no es mucha indiscreción cuéntanos ¿de dónde eres? porque no eres americana ni inglesa ¿o me equivoco? —pregunta interesado
—No seño... perdón. Ian, soy Latina. Mis padres son Venezolanos, pero emigraron a España—le respondo con una sonrisa
Latina eh, me lo imaginaba ¿porque te decidiste venir a Nueva York?
—Bueno. Con sinceridad, aplique para unas entrevistas en unas constructoras y me aceptaron para asistir. Así que aquí estoy
—Bueno querida te deseo suerte —me dice Penélope
—Gracias de verdad. Gracias por cómo me han acogido en su casa, estoy muy agradecida.
—Nada de es. Tú has tratado a mi hija como a una hermana y la has acogido en tu casa con tu familia y ella nos ha contado que la tratan como a otra hija. Así que es lo mínimo que podemos hacer por ti —responde Ian—-cuéntame de tu familia, si no es mucha indiscreción —dice el
— Que le puedo decir. Soy hija única, mi padre es arquitecto y mi madre es graduada en administración de empresa, pero cuando me tuvo dejo de ejercer para dedicarse a mí a tiempo completo, son muy amables. Son mi vida si le resumo y aunque se que pueda verse egoísta que no regresara con ellos, fueron mis padres que me animaron a seguir adelante para que alcance mis sueños —concluyo con nostalgia
Penélope me toma de la mano y me dice
— No hija. No eres egoísta, si tus padres quieren que seas feliz y tu felicidad está aquí, ellos serás los primeros en alegrarse y creo que lo sabes —me sonríe con cariño—cuenta conmigo para lo que sea y tienes en mi a una madre y amiga —esas palabras me llegan de verdad son unas buenas personas Gia se quedó corta al describirlos
—Venga ya. Me van a ser llorar y el maquillaje se me va a correr —nos reímos del comentario de Gia. En ese momento suena la puerta seguido de unos pasos y entran dos hombres. Gia se levanta y se tira en brazos de uno de ellos chillando de alegría y el la recibe en brazos haciéndola girar, los dos riendo como niños y me supongo que es su hermano mayor, aunque no logro visualizarlo bien. A su lado un hombre muy bien parecido alto, cabello y ojos negros con hombros anchos un hombre muy guapo y de la forma que mira a Gia deduzco que es Mario y me regocijo porque está babeando por mi amiga, ¡bien! que vea lo bonita que es mi amiga y ya no es una cría como de seguro la recordaba, el hermano de Gia la baja y Mario la abraza dándole la bienvenida y ella le da un beso en la mejilla que lo sorprende, luego se da la vuela y caminan los tres hasta nosotros y visualizo a Mark el hermano de Gia y ¡POR DIOS! Creo que me va a dar algo en un hombre sencillamente espectacular un adonis en todo su esplendor. Es rubio como Gia comparten los mismos ojos azules mide alrededor de uno noventa, se por Gia que tiene treinta años es de muy, muy buen cuerpo posee unos labios generosos que de solo mirarlos provocan en mi cosas y.... YA BASTA ALICIA ¿¡QUE TE PASA!? DEJA DE PENSAR ESAS COSAS me regaño mentalmente, en ese momento mi amiga me saca de mis pensamientos.
—Amiga. Te presento a mi hermano.
Extiendo mi mano y tengo que levantar mi cabeza un poco debido a lo alto que es a pesar que llevo tacones sigo siendo pequeña, toma mi mano y siento una corriente por todo mi cuerpo que nunca había sentido
— Un placer. Me llamo Mark Scott —dice con cara de póker
— Mi nombre es Alicia López —respondo lo más calmada posible aunque es difícil, ¿qué me pasa? por Dios yo no vine a esto, yo vine a trabajar y empezar de cero pero no con esto en mente.
—Bueno Alicia es un placer —dice con una voz ronca que me parece de los más sexi voltea y dice—él es mi amigo Mario —este me mira y luego sonríe
— Hola linda. Me llamo Mario Ùzcategui es un placer conocerte —toma mi mano y la aprieta
— Un placer de verdad Mario —respondo con una sonrisa, miro de nuevo a Mark y me está observando, pero no sé qué estará pensando. Solo nos mira
-— Tu acento no me es familiar —me dice Mario—¿no eres americana verdad? —yo le miro y respondo:
— No. Estas en lo correcto soy de latina
— Venga ya. Una litina —dice cantadito lo que hace que todos riamos excepto el hermano de Gia ¿qué le pasa?
—Bueno si ya hecha las presentaciones, pasemos a la mesa que me muero de hambre —dice Gia mirándome divertida por como la mira Mario.
— Si...si tienes razón —responde Mario lo que hace que nos riamos las dos como locas ganándonos las miradas extrañadas de todos excepto Mario que creo que esta rojo, por Dios este hombre se muere por mi amiga.
La cena pasa divertida, todos reímos y hablamos. Menos Mark que solo observa y no interviene mucho. Les contamos como nos conocimos, les cuento que a veces los quiero dejar sin hija porque despierta muy temprano y pone música a todo lo que da, lo que los hace reír y ella me saca la lengua, toda la cena transcurre normal hasta que Mario pregunta interesado —Chicas, pero cuéntenos ¿cómo dejaron los corazones en Londres? —Eso hace que Gia voltee los ojos y yo me tense, no quiero hablar de eso todos nos miran interesados incluyendo los padres de mi amiga la cual responde —A verMario. Ningún corazón roto. Nosotras somos libres y sin compromiso ¿entendido? —¡Vamos! ya no eres una niña Gia y aunque no me agrade sé que has tenido tus parejas—dice Mark mirándonos—y de seguro que tu amiga también los tendrá o me equivoco —capullo es lo que pienso —Déjala Mark. Eso no es problema tuyo —interviene su madre que se ha dado cuenta que
MARK Estoy trabajando en el despacho de mi apartamento. Es sábado, así que estoy adelantando unos pendientes que merecen mi atención, pero no me puedo concentrar, solo hay una persona en mi mente y esa es Alicia, todavía me siento culpable de lo que paso. Ayer cuando Gia salió de su habitación estaba muy afectada se le veía triste y ella es la viva imagen de la alegría así que supongo que estaba mal... por mi culpa. Si, soy una bestia, no he querido llamarla no quiero que piense que estoy interesado en ella, pero a quien engaño si me interesa, pero no, no voy a caer de nuevo eso no me va a pasar de nuevo, necesito desahogarme y no pensar en ella y que mejor que llamar a Mónica, así que agarro el teléfono y le marco. —Hola —contesta muy melosa, esta mujer es desesperante, pero de que es buena en la cama lo es así que, qué más da. —Hola, preciosa ¿cómo estás? —Bien amorcito. Esperaba que me llamaras ¿sabes? no tengo nada que hac
Llego al hotel, saludo al portero y paso directo a los ascensores ya que poseo la llave desde hace tiempo debido a que soy cliente Premium. Llego a la suite emperatriz y espero que llegue Mónica, a los 5 minutos tocan mi puerta y sí. Hay esta, la miro y llegan a mi mente las palabras de Mario "busca algo real" pero yo nose si quiero algo real. Mónica me saca de mi reflexión. —Hola amorcito. Tenía ganas de verte—dice mientras se tira sobre mí y me besa—te —me besa—te extrañe mucho —Si Mónica, yo también —miento, la tomo por la cintura y la pego más a mí, ella gime en mi boca, me toma del cabello y me aprieta más a ella, bajo mis manos hasta su trasero y la levanto. Rodea mi cintura, saca mi camisa por encima de la cabeza, se encarga de mi cinturón y de mi cremallera, mete su mano en mi bóxer y me acaricia la punta del pene, así la llevo a la cama y le saco el vestido, ella solo lleva unas bragas de encaje rojo y en un movimiento las rompo, paso mis dedos por sus pecho
Dos horas después salgo de la constructora, diciéndole hasta luego a la odiosa recepcionista que esta vez no me miro, creo que me excedí un poco con ella. No que va fui muy suave. De repente mi estómago gruñe. ¡Dios! si ni siquiera e desayunado estoy famélica así que me dirijo aStarbucks por un latte, si definitivamente necesito un café y un bocadillo, me muero de hambre, además yo soy de muy buen comer, no me gusta hacer dieta por eso me ejercito cuando puedo, camino y al entrar hay varias personas en la fila... uhh, tengo hambre mientras estoy en la fila le envió un mensaje a Gia <Hola amiga, te tengo buenas noticias... conseguí empleo. ¿Lo celebramos? > —le pregunto Avanzo un poco en la fila y me llega la respuesta de Gia <Hola amiga, ¡QUE BIEN POR TI! estoy muy contenta, te lo mereces y obvio que celebramos, algo hacemos > —su respuesta me hace sonreír, que haría sin sus locuras y su alegría que desborda, mucho para mi gusto, pero
Regreso a mi oficina unas horas después y le digo a felicita que no estoy para nadie sobre todo menos para Mónica, la conversación que tuve con Alicia todavía me tiene desconcertado, y si ella no quiere salir conmigo esta noche porque no ir a donde esta ella, marco el número de Gia, al tercer intento me contesta —Hola. Pero si es mi queridísimo hermano, a que debo el honor de tu llamada—responde con un tono sarcástico. —Hola pequeña ¿cómo estás? acaso no puedo saber de mi hermana preferida —Soy tu única hermana Mark—ahora está riendo, lo que hace que ría con ella —Te llamo porque quería invitarte a cenar ¿qué me dices? —le digo esperanzado... si parezco un adolecente —mmm, no puedo, quede con Alicia para celebrar que consiguió trabajo, tenemos noche de chicas—gimo para mis adentros, pero antes de rendirme se me ocurre algo —Bueno que tal si yo llevo la cena y le digo a Mario que me acompañe y celebramos los cuatro que me dices? — Me ju
Salgo a la sala y me encuentro a Gia en la sala y trae puesto un Mono Enterizo Estampado, zapatos altos y accesorios a juegos con su cabellera suelta. —¡Madre mía! pero ¿esto es una cena informal o qué? — Le digo riendo, pone los ojos en blanco, pero en su cara veo preocupación —Estoy bien—pregunta— ¿no es demasiado? —Nop, para nada estas para matar— le digo —Tú también te ves bien—me mira de arriba abajo, le hago una mueca —No. Nada que ver en comparación contigo, pero como yo no voy a impresionar a nadie— me encojo de hombros. Mentirosa me grita mi subconsciente —Te ves bien y por cierto quizás impresiones a mi hermano—me guiña un ojo —Un momento Gia. Yo no.…— el timbre suena y no me deja terminar de decirle unas cuantas cositas a mi amiga —Deben ser ellos— me ignora Gia dirigiéndose a la puerta la abre, entrar Mario y Mark los dos se ven muy bien vestidos informales y me sien
MARK Salgo del departamento de las chicas muy molesto, molesto con Alicia y conmigo, porque tengo que ser tan estúpido a veces creo que me pasan las cosas porque me las busco yo solito —Hey hermano ¿qué tienes? —a mi lado va Mario con una sonrisa y me alegra que al menos a uno de los dos les fue bien —¿Qué crees que me pasa? —suspiro, pero más de desesperación que de otra cosa —Alicia te pateo el culo de nuevo—se ríe, le doy un golpe en el estómago que hace que se queje —Gracias amigo. Aprecio tu apoyo —Vale—dice frotándose donde le golpeé—¿qué vas hacer? —La verdad. Nose, hace tiempo que no me sentía así... Es más, nunca me había sentido así por una mujer—Me da una expresión de seriedad—sí. Soy un estúpido, pero esa mujer me atrae y créeme que voy a romper su coraza —Bien por ti, te puedo decir que esa mujer me gusta mucho para ti —Y hablando de mujeres... —
Tanto como Mario y felicita abandonaron la oficina. Tras un breve silencio ella lo rompió. —¿Se puede saber porque no me contestas el celular desde el sábado? — dijo una muy enojada Mónica, Sabia que lo estaba por como lo miraba, solo le quedaba se honesto con ella. —Mónica. Primero que todo, no me gusta queentres así a mi oficina— tome una expresión seria y la mire directamente a los ojos—Segundo. No eres quien parareprocharme algo— ella intento decir algo, pero me adelante a sus palabras— Tercero. Creo que es mejor que dejemos esto hasta aquí, la verdad es que ya no me siento cómodo contigo. —Eso no fue lo que me demostraste el sábado en el hotel— respondió Mónica ahora más enojada. —No voy a negar que somos compatibles en la cama— la mire detenidamente— Pero eso no es todo en la vida. Inesperadamente ella rompió en una carcajada llena de amargura, cuando logro parar me clavo con odio su mirada, no podía culparla pensé.