Hans no pudo soportar más la brutalidad de la situación. Con una rapidez asombrosa, se abalanzó sobre el primer lobo que se atrevió a lastimar a Zuke. Su golpe fue tan poderoso que el lobo salió expulsado hacia la otra pared de la mazmorra, estrellándose a una distancia considerable de ellos. La fuerza de Hans dejó a todos en la mazmorra atónitos, y Zuke, que había estado a punto de ser víctima de la violencia, quedó sin aliento por un segundo.Levantó su mirada aturdida para ver quién era su inesperado salvador, y la sorpresa invadió su rostro al reconocer a Hans, el mismo lobo que la había puesto en esa posición precaria. —Tú... ¿Qué haces aquí? ¿Vienes a ver cómo me tratan de matar después de todo?— espetó Zuke con molestia, su voz cargada de desilusión al pensar que el lobo al que había ayudado le había traicionado. —No, he venido a protegerte —respondió Hans con calma, mientras se preparaba para enfrentar al lobo que se acercaba a él, listo para continuar la pelea —Pero de nada
La sorpresa lo invadió cuando comprendió que este dardo había logrado atravesar el espacio de vínculo que compartía con Zuke, su aliado de confianza.Karios extrajo cuidadosamente el dardo de la pared, y sus ojos se clavaron en él con un reconocimiento inquietante. Era un arma que conocía muy bien, y su rostro se tornó serio mientras sopesaba las implicaciones de lo que acababa de ocurrir. Su guerrero, quien lo acompañaba en ese momento, estaba atónito ante la audacia de quien se atrevió a dañar a su señor. En un tono firme, Karios pronunció las palabras que resonarían en el castillo.—Arcelia... ¿Acaso no es su arma? Toma, averigua si ella es la responsable de mi herida —La intriga y la determinación se apoderaron de ellos mientras comenzaban a desentrañar el misterio detrás de este sorprendente ataque.—Mi señor, hemos avanzado y logramos someter a los pocos humanos, también hemos matado algunos lobos que se han resistido a rendirse —dijo uno de sus guerreros. Su tono era serio y re
—Comprendo, estoy segura que la joven Alora será un pieza fundamental para fortalecer la manada Beast como para la manada Demon —dijo con sinceridad Anabella.Alora siempre estubo atraída por el Alpha Casius, y aunque, ella jamás tuvo la oportunidad d acercarse a él para conocerlo mejor no había disminuido el inter s de ella en Casius. Después de mucha propuesta, Anabella por fin había convencido a su hermano que una alianza con la Alora podría fortalecer a la manada Demon como a la manada de la joven Beast. —Estamos ansiosos por ver cómo esta alianza puede beneficiar a ambas manadas, y confiamos en que tu liderazgo será un gran activo, Alora.—Anabella asintió con agradecimiento hacia Alora y continuó,Mientras tanto, Alora sentía una mezcla de emoción y nerviosismo por la posibilidad de trabajar más de cerca con el Alpha Casius, a quien había admirado en silencio durante mucho tiempo. La perspectiva de fortalecer ambas manadas y, quizás, conocer mejor a Casius, la llenaba de esperan
Dirigiéndose a su hermano, Latte se sorprendió ante la solicitud de Alora de llevar algunos guerreros con ellas al fuerte de los Hunters. Sus ojos se desviaron hacia Anabella, consciente de que las noticias que habían recibido eran motivo de gran preocupación.La decisión estaba tomada. Unidos por la urgencia y el deseo de proteger a sus seres queridos y sus manadas, Latte asintió y comenzó a preparar a los guerreros que acompañarían a Anabella y Alora en su regreso al fuerte de los Hunters, sin saber aún los desafíos y peligros que les aguardaban en el camino.La determinación brillaba en los ojos dorados del Alpha Latte mientras se enfrentaba a la amenaza que se cernía sobre todas las manadas de lobos en la región. Había llegado el momento de proteger y unir a su manada, la manada Beast, como nunca antes lo había hecho.Latte había comprendido que el peligro era real y que todos los lobos, independientemente de sus manadas de origen, estaban atravesando tiempos inciertos. La unidad
Latte y Alora también notaron la transformación que se operaba en las tierras que los rodeaban. Sus ojos se abrieron con asombro, y sus pasos se hicieron más cautelosos. Era como si el bosque mismo estuviera tejiendo una trama de magia en torno a ellos, transformando el entorno a medida que avanzaban.El cambio en las tierras no era solo físico, sino que también emanaba una sensación de poder y misterio. Las raíces de los árboles se entrelazaban, formando arcos como puertas hacia lo desconocido. El suelo, antes firme bajo sus pies, comenzó a ceder, como si la tierra misma les extendiera una invitación a adentrarse en su interior.Anabella tenía la sensación de que estaban cruzando un umbral, un punto de no retorno. El bosque, con su magia ancestral y sus secretos profundos, los envolvía en un abrazo misterioso. Las voces del viento y las sombras de los árboles parecían susurrar que estaban avanzando hacia algo que trascendía su comprensión.El instinto de Anabella la impulsaba a conti
Un pequeño grupo de enemigos se estaba acercando sigilosamente, liderado por el infame Merik, un cazador cruel y astuto. Merik había jurado acabar con la manda de lobos, para satisfacer a su señor el demonio Rojo y su avance hacia ellos era un recordatorio constante de esa amenaza.Pero Alora no era la única en percibir el peligro inminente. Anabella, quien se había transformado en una loba en perfecta armonía con su entorno, aspiró el aire con su hocico y captó el inconfundible olor de la hostilidad que viajaba con el viento. Su pelaje se erizó y sus ojos amarillos brillaron con una intensidad feral.El grupo enemigo se acercaba con sigilo, listo para desencadenar un enfrentamiento mortal. La tensión en el aire era palpable, y la manada Beast sabía que estaban en un momento crítico de su historia. Mientras el sol descendía en el horizonte y las sombras del bosque se alargaban, el destino de Alora y sus compañeros pendía en un equilibrio precario, prometiendo una emocionante y peligro
El enfrentamiento comenzó con un estruendo, y el suelo tembló con la ferocidad de su choque. Anabella avanzó con gracia, esquivando los ataques de Merik y contraatacando con precisión. Cada mordisco y zarpazo eran ejecutados con maestría, mientras que Merik respondía con movimientos rápidos y astutos.La batalla se convirtió en un torbellino de velocidad y fuerza, con ambos luchadores demostrando sus habilidades sobrenaturales. Cada rugido, gruñido y chisporroteo de energía mágica llenaba el aire, creando una atmósfera cargada de tensión.La lucha era feroz, y ninguno de los dos mostraba signos de retroceder. Ambos estaban decididos a prevalecer, y el resultado de esta batalla épica colgaba en el equilibrio de la habilidad, la fuerza y la determinación de dos enemigos destinados a enfrentarse hasta el final.En medio de aquel oscuro bosque, una batalla feroz y sangrienta se desataba, donde lobos y demonios luchaban con un fervor indomable. La maleza y los árboles eran testigos mudos d
En medio de la ardiente batalla, Anabella, en su forma de loba, bajó momentáneamente la guardia ante Merik, el demonio que la amenazaba. Fue un gesto audaz y arriesgado, un acto de valentía que desafió a su enemigo. Merik, aprovechando la aparente vulnerabilidad de Anabella, se lanzó hacia ella con toda su fuerza, sus garras afiladas como cuchillas centelleando con malicia.Sin embargo, en el último momento, Anabella reaccionó con una agilidad asombrosa. Sus garras se alzaron y bloquearon las de Merik, deteniendo su letal ataque. La fuerza y destreza de Anabella demostraron que no era una oponente que se rindiera fácilmente.La lucha de poder y voluntad se reflejaba en sus miradas, mientras Anabella sostenía el ataque de Merik. En un movimiento rápido e inesperado, Anabella desvió su mirada hacia su mano izquierda, que sostenía el anillo que ocultaba su poder. Con un rápido movimiento, Merik logró cortar el anillo, liberando una oleada de energía que la rodeó.El anillo, que había man