NATALIE
°° ♡ °°
—Hola, papá —fue lo único que dije cuando me adentre en el lugar, pero no me acerque hasta él. —Has vuelto —dijo en un tono bajo, sacudió la cabeza —¿Pero por qué no haz avisado? —Necesitaba verte y saber cómo estabas. Tanto insistías que volviera y, ¿ahora te molesta que visita? Él vuelve a sacudir la cabeza pero en negación. Se pone de pie y llega hasta a mi lado, y sin esperarlo me abrazó. Me quedé inmóvil, no esperaba este recibimiento de su parte, pero aún así respondí a su abrazo. Se que me había extrañado, pero se también que estaba algo molesto, por no haberle avisado. —Jamás me molestaría con tu regreso. Al contrario, esto me sube el ánimo —dice, antes de apartarse de mí. —¿Cómo estás? Escuche por tía Eliza.. Me corta antes de que siga. —Yo estoy perfecto —por u momento no le creo lo que dice, ya que aparto su mirada de la mía —Me parece que tú también lo estás. Has crecido demasiado este tiempo. Lo conocía muy bien, y sabía que no se iba abrir conmigo, mucho menos para decirme si estaba enfermo o no. —Solo pasaron cinco años, papá. —Cinco que aparentaron diez años. Pero aún así sigues pareciendo una niña. Fruncí mi nariz y negué con una leve sonrisa. —Ya no soy una niña, papá. Cómo tú lo has dicho, he crecido y ahora soy una mujer, fuerte e independiente, que se sabe valer por si misma. La chiquilla que intentabas malcriar cuando me dabas todo a manos llenas, ya no está. —Para mí siempre serás esa chiquilla. Y me alegra que hayas vuelto a tu hogar. A tus responsabilidades, este mundo que te estuvo esperando. Esa era una de las primeras cosas que quería evitar, no quería que papá pensara que me quedaría y mucho menos que comenzara a creer que venía para hacerme cargo de la compañía familiar. No quería vivir lo que sucedió hace años atrás, todas las veces que intentó detenerme de muchas maneras para que no me fuera. Solo esperaba que en esta ocasión no hiciera algo así, debía dejarle las cosas claras. —En realidad no estoy aquí para quedarme. Solo estaré un par de semanas y buscaré otro lugar para quedarme, mientras me abra paso en esta ciudad con mi carrera. Él vuelve a negar y se dirige a su anterior lugar para tomar asiento. —No tienes necesidad de eso, esta es tu casa, y sobre el trabajo.. eres la hija de uno de los empresarios más grande en el mercado textil, en todo el estado —hace un gesto de intolerancia con mis ideas —Si eligieras tomar mi lugar, todo sería diferente para ti. —No, Papá. Quiero sobre salir por mi misma, por lo que se hacer y lo que he aprendido. No con la ayuda de los demás. No por ser la hija de uno de los empresarios de textil más reconocidos en todo el estado o en el país entero. —Thali, por favor.. necesito que aceptes tomar mi lugar. Es lo mejor para ti —negué con rapidez. —Tú quieres que haga esto por ti, en ningún momento has pensando en mí. En que es lo que quiero y lo que me hace feliz —elevo un poco el tono de mi voz —Tú solo piensas en tus interés. Es por eso que termine por marcharme, tú mismo me alejaste. —No, tú sola lo hiciste, yo siempre he querido lo mejor para ti, y esto lo es, es tu futuro. De diseñadora no se estudia y ya, debes subir con ayuda de alguien, en el mundo de la moda nada es fácil. Aún sigues siendo tan ingenua en ese asunto. —dice con un tono cansado y repetitivo —Mil veces te lo dije, nadie te contratara por tu talento, por solo haber terminado tu carrera. Ellos quieren gente con experiencia, que tiene años en esto, y que son reconocidos en el medio artístico. Y tú ya sabes cómo es la única forma de escapar en ese medio. Bueno.. en cierta parte tenía razón, pero no iba admitirlo frente a él. Este mundo de la moda así era, muy parecido al artístico. Es por ello que nunca pude triunfar en Milán. Pero no iba a dejar que mi padre ganará, que sus palabras me siguieran afectando. Tenía que luchar y seguir hasta encontrar esa oportunidad, se que en algún lugar me la darían, era optimista y estaba muy segura de mi trabajo, de lo que podía ofrecer. —No quiero seguir discutiendo por lo mismo —suspiro derrotada —He viajando varias horas y estoy cansada, ni ánimos tengo de escuchar asuntos sobre la empresa. Una sombra de tristeza y pesadez se reflejó en su rostro, parecía que algo le preocupaba, como si mis palabras le hubieran recordado alguno de sus problemas. Quería preguntarle, pero no tenía ganas de seguir discutiendo y menos con asuntos de trabajo. Ese tema los hice a un lado, más tarde se lo preguntaría ya cuando estuviera de mejor ánimo. Ahora solo quería irme a mi alcoba tomar un ducha y descansar unos par de horas, necesitaba recargar un poco las pilas para mañana ir en busca de un empleo y otro lugar en donde quedarme. —Iré arriba.. —señale el techo para indicarle que iría a mi habitación. Asiente, pero vuelve hablar antes de que salga de su despacho. —¿Cuánto tiempo te quedarás? —pregunta con rapidez para detenerme. —Aún no lo sé —encogí mis hombros —Quizás dos semanas o menos. Se quedó pensando por unos segundos, no sé si eso era lo único que iba a decir. Cuando estoy por volver a salir él agrega. —Entonces hay tiempo para ir a visitar a unos viejos amigos —fruncí el ceño, ¿de qué amigos estaba hablando? Pero el continuó —Estate lista para mañana en la tarde. Eva se pondrá muy contenta cuando te vea. ¿Quién era esa Eva? ¿Y por qué le daría gusto verme? Una sonrisa y un pequeño brillo como esperanza, se reflejó en sus ojos. Esto lo animaba y le daba esperanzas a no se que cosa que pasaba por su mente. ¿Puede ser que esa mujer sea su novia? Era absurdo pensar eso, él siempre se negó y se cerró a una nueva relación. Por mi parte nunca hubo ningún problema. Salí de la habitación para dirigirme a la planta alta. No sabía que pensamiento se le cruzó por la mente a mi padre cuando me informo de lo ultimo, un escalofrío extraño me recorrió e intente olvidar ese asunto para poderme relajar y así poder descansar un momento.NATALIE °° ♡ °° Anoche no fue muy bueno que digamos, no logre dormir en casi toda la noche. Seguía pensando en todo lo que dijo mi padre, pero mas en lo último. Seguía cuestionándome ¿quién era Eva? Ayer, después de haber desempacado mis cosas, tome mi laptop y comencé a enviar currículos a todas las compañías cercanas. Mientras estuviera aquí no podía estar perdiendo el tiempo. Debía conseguir un empleo lo mas rápido posible, si no quería que mi padre siguiera insistiendo con lo de su puesto en la compañía. Antes de levantarme de mi antigua cama, me estire un poco soltando un largo suspiro. Era el momento de sacudirme toda esta mala suerte y emprender el viaje a mi gran sueño. Pero primero revisaría el buzón de mi correo y cerciorarme de que alguna compañía haya aceptado mi solicitud, después iría a tomar una ducha y buscar un atuendo adecuado para una entrevista.
NATALIE °° ♡ °° Mi expresión fue de desagrado cuando su rostro mostro un mal gesto, una vez que se dio cuenta de quien eras la mujer a la que le hizo la pregunta. En ese momento solo me dieron ganas de propinarle un golpe en su cara bonita e irritante, ahora en tiendo porque mi estómago se remolineo, eran ganas de vomitar. Para ninguno de los dos era agradable volvernos a ver, y en estas circunstancias mucho menos lo eran para mí. Tampoco iba a esperar a que se ofreciera ayudarme para levantarme del suelo, porque si... aún seguía en la misma postura y que cada vez se volvía mas incomodo, no solo por las miradas, sino porque comencé a sentir una punzada de dolor en mi trasero. ― ¿No vas ayudar a la señorita? ―otra voz varonil y muy gruesa se escuchó a poca distancia. Creo que el hombre se encontraba detrás del señor irritante, porque no alcanc
NATALIE °° ♡ °° La tarde se fue deprisa y ya había anochecido. Ya tenía todo listo para mi primer día de trabajo. Pensaba dormirme temprano para descansar muy bien y estar fresca como una lechuga mañana tempano, pero mis planes fueron interrumpidos cuando Mali llamo a mi puerta y se asomó para informarme de algo. ―Nat, el señor pidió que estuvieras en menos de veinte minutos lista ― ¿para qué? Confundida la miro fijamente ―La visita que hará a la señora Eva. ¿La habías olvidado? Maldición, ¿cómo fue que olvide eso? La dichosa visita a la que no me negué, ahora tenia que cumplir. ―Está bien. En pocos minutos estaré lista, no tardo nada. Ella asiente antes de salir. La verdad no tenía ganas de arreglarme, así que no me iba esmerar con el atuendo, ni en el peinado, aunque mi padre se moleste por ello. Ya no era una niña, y
NATALIE °° ♡ °° No puede seguir escuchando disparates y así que me dirigí a la puerta para salir de ese lugar. Todo lo que dijo era una locura sin sentido, no me iba a quedar a oír lo demás de su plan absurdo.Ya con la furia en mí, pero sabiéndome controlar como algunas veces, pero dispuesta a marcharme de una vez por todas. —Tali —pero mi padre me interceptó en el camino —Espera. Tenemos que hablar —tomo de mi brazo sin hacer presión. —No hay nada mas que hablar. Venir aquí fue una mala idea, no decir haber aceptado —intento librarme de su agarré. —Hija.. —su voz se escuchó acongojada antes de volver a impedir que me marche.—No, no me llames hija. —suelto con ferocidad —No sé que es lo que esperas de mí, papá. —Solo dale una oportunidad y escúchalo. —frunzo el ceño, ¿me está pidiendo que escuche a ese hombre? —Al final tú ten
NATALIE°° ♡ °°Un millón de preguntas daban vueltas en mi mente, demasiado rápido como para que ninguna de ellas tomara forma. Todo esto era una locura y esta propuesta, plan o lo que fuera, era absurda.Cerré la boca anonadad por lo que había dicho. ¿Dionisio? Jamás escuche ese nombre, esto no tiene sentido. ¿Por qué demonios me nombraría en su testamento y como condición casarme con su nieto? Mi mente es confusa, estar aquí no ayuda en nada, creo que lo mejor es salir de este lugar, como lo debí de haber hecho desde el principio.Sentía mi boca seca, en este momento me arrepentía de no haber aceptado algo de beber cuando me lo ofreció.―No sabía que los Kirgykos me conocían. Y mucho menos su abuelo ―Dominik dejo de observarme y se puso de pie camino hasta l
NATALIE °° ♡ °° Al llegar al mi piso asignado, me dirigí hacia un mostrador que se encontraba en el vestíbulo. Hoy había decido ponerme un vestido de tubo a juego con unos zapatos bajos por si tenía que correr y así no correría el riego de volverme a caer. Y como hoy tuve tiempo de sobra cuando me levante, alcance a trenzar mi cabello en una trenza francesa, me encanta mucho ese peinado pero me gustaba mas traer mi cabello suelto, solo que no era una buena opción por el momento. No sé porque seguía preguntándome quien era el chico rubio del ascensor, ahora recuerdo que no le pregunte su nombre, por cortesía debí haberme presentado, ahora creerá que soy una maleducada. ―Buenos días ―salude cuando me acerque al mostrador. Fijándome en la vestimenta de la joven recepcionista me di cuenta que todos aquí vestían muy formal y muy parecido, con traje azul oscuro y camisa
°° DOMINIK °° En el bolsillo del interior de mi saco sonó mi teléfono móvil, el agudo tono era tan molesto como el de un despertador, aunque probablemente se debiera a que el maldito aparato no había dejado de sonar en toda la mañana, con llamadas de mi madre, hermana y abuela. Querían información detallada sobre mi encuentro con mi supuesta futura prometida. Esto era jodidamente estresante y frustrante, y mi día de hoy no hacía mérito alguno.Alce la vista para retirarla de mi portátil que se encontraba sobre mi escritorio. Aún faltaban algunas horas para irme a casa. A pesar de ser el jefe yo cumplía un horario que yo mismo me propuse a cumplir, porque así era, un hombre responsable y dedicado al trabajo.Es una de las cosas por las he me ayudado a llegar lejos estos años, y por lo que mi abuelo me eligió para tomar su lugar.—Ya quita esa cara, ¿qué de
NATALIE°° ♡ °°Por un momento me quede en silencio, uno que pareció una eternidad. Él sin apartar su mirada de mí, hizo que me incomodara más. Algo me decía que venir aquí no era buena idea «debí haberme quedado en mi área de trabajo»Me sorprende su facilidad para llevar este asunto como si fuera una reunión de negocios. Ni siquiera ha dejado de ser maleducado, mínimo un “Buen día”, dato que también se me paso a mí, a causa de la confusión que me lleve al verlo en esta oficina.Me revolví incomoda en mi asiento; no era de mi agrado estar en esta situación, y estar de nuevo frente a él era excepción de mi desagrado. Esta relación rara es todo lo contrario al razonamiento. No entiendo c&oacu