Capítulo 845
En los últimos días, la salud de Diego había mejorado mucho, aunque aún tenía tos persistente.

Estaban a punto de llegar a la ciudad de Ávila cuando Lucas y Fernando se bajaron del barco en secreto.

Por un lado, tenían que entregar los documentos del contrato que Diego había firmado durante su tiempo en el barco y ocuparse de algunos asuntos de la empresa.

Por otro lado, debían asegurarse de que Clara no sospechara cuando se bajara del barco.

Cada día transcurría sin incidentes, y Dylan seguía llevando la comida a Clara como de costumbre. No había nada fuera de lo común.

Nadie esperaba que ocurriera algo inesperado en el último momento.

Alguien llamó a la puerta de Diego, lo cual era inusual a esa hora. ¿Sería Clara?

Diego se asustó, ya que aún no había tenido tiempo de cambiarse y estaba en medio de una videoconferencia.

Le dio una mirada a Dylan, quien fue a mirar a través de la mirilla de la puerta.

—No hay nadie.

Dylan abrió la puerta y asomó la cabeza, pero no había nadie, solo un
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