Capítulo 678
El anciano levantó la mirada hacia él, con una mirada feroz que no podía ocultar: —¿Qué dijiste? ¿Sabes algo?

Daniel mantuvo una sonrisa inocente en sus labios: —Abuelo, me gustaría hablar contigo a solas, ¿es conveniente?

Aunque sonreía, en sus ojos brillaba una malévola luz fría, como la de una serpiente venenosa. Este tipo de personas ponían los pelos de punta.

El anciano lo miró profundamente: —Sígueme a mi estudio.

Clara ayudó al anciano a salir de la habitación y el anciano solo permitió que Daniel y el mayordomo entraran, mientras los demás esperaban afuera.

Clara se sentía algo inquieta, la emocionalidad del anciano no era muy estable en ese momento, después de todo, era una persona de edad avanzada, y temía que pudiera ser afectado por el estrés.

Teresa le dio un golpecito en la parte posterior de la mano: —No te preocupes, el abuelo sabe cómo manejar esto.

Dicho esto, ella llevó a Clara a sentarse junto al patio, donde les sirvieron dos porciones de pastelitos. No miraron a A
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