Capítulo 457
Claudio se iluminó al escuchar la palabra "mamá". Agarró firmemente el cinturón de seguridad y no paraba de repetir: —Mamá, mamá.

En este punto, Diego ya no quería ocultar la verdad del hijo a Clara. ¿Estaría un poco más feliz si supiera que el niño no murió y había estado viviendo bien todo este tiempo? Tal vez ya no se disgustaría tanto a él.

A mitad del trayecto, el teléfono de Diego sonó y contestó. Desde los auriculares Bluetooth, se escuchó la voz seria de Fernando: —Jefe López, tengo una noticia no muy buena.

—¿Qué sucede?

—Hemos reparado las cámaras de seguridad que fueron hackeadas. El incidente con el pequeño señorito no fue accidental, alguien lo empujó y si no fuera por la agilidad del joven para detener su caída, el resultado podría haber sido mucho peor que simplemente desmayarse.

El corazón de Diego se apretó. Yolanda había sido trasladada a un hospital privado que tenía una enorme escalera giratoria, construida con fines estéticos.

Si Claudio hubiera rodado desde arriba
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