Clara tenía vergüenza y dijo: —Aún no hemos formalizado el parentesco.

—No importa, de todas formas es cuestión de tiempo, tengo una hermana más, qué bien. —Suriel levantó la mano y le acarició la cabeza.

Clara de repente tuvo dos hermanos mayores, estaba emocionada hasta lo más profundo de su corazón. —¿De verdad puedo?

Ella ya sabía que la familia Suárez era muy respetada en el país de Zafiria, tener la oportunidad de ser su hermana le daba a Clara una sensación irreal.

Ambos esbozaron una sonrisa apacible. —Tener una hermana como tú nos hace tan felices, solo que tendrás que soportar un poco, cuando hayamos resuelto este asunto, te llevarémos a nuestra casa.

Los tres rieron juntos, cuando Simón sonreía, el hoyuelo en su mejilla izquierda se notaba mucho, recordándole a Clara los hoyuelos en las mejillas de sus hijos.

Quizás era un destino predeterminado.

En la noche.

Suriel fue empujado por el asistente robótico hacia la sala de operaciones, al enterarse de que todos esos seres que