Capítulo 1350
Isolda acarició suavemente la mano de Pera para que no se pusiera tan nerviosa. —Perita, no tengas miedo. Este es tu hogar.

Al escuchar esas palabras, Mónica enloqueció en el acto. —Mamá, ¿qué estás diciendo? ¿Cómo puede ser mi hogar el suyo?

Durante estos días, todos habían estado cuidando de Pera, por lo que nadie prestó atención a Mónica. Después de varios días de ser ignorada, su corazón estaba lleno de inquietud.

En el momento en que vio a Pera aparecer en la familia Enríquez, la semilla de la inquietud creció cada vez más en su corazón.

—¿Tu hogar? —Isolda sonrió fríamente—. Oh, cierto, aún no te he contado la verdad sobre tu origen.

—¿Mi origen? —Mónica se estaba poniendo cada vez más angustiada—. Mamá, no hagas este tipo de bromas, no tiene nada de gracioso.

—¿Quién está bromeando contigo? Ya que estás aquí, hablemos de la verdad de una vez por todas.

Dijo Isolda, mirando al guardaespaldas junto a la puerta—. Traigan a Úrsula.

En estos dos días, el estado de salud de Pera había
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