Capítulo 1040
Parada en el borde del acantilado, el viento hacía ondear los mechones de cabello de Clara, mientras que abajo la niebla lo envolvía todo, haciendo imposible ver a alguien.

Clara podía entender por qué Diego había elegido este camino. Aunque peligroso, mientras no lloviera, era controlable.

Era el único camino sin venenos ni feroces bestias, solo un desafío natural. Él tenía experiencia en escalada.

Pero bajar a ciegas sin herramientas era extremadamente peligroso. Un descuido y caería hecho añicos.

—Señora, ¿usted dice que el jefe tomó este camino?

Clara asintió con la cabeza. —El rastro se detuvo aquí. Mira, hay una cuerda. Debe haberla colocado antes de marcharse.

—Entonces, iré a buscarlo ahora mismo.

—No es necesario. Conozco esta montaña mejor que tú, además, tu pierna necesita inyecciones diarias y no puedes hacer movimientos bruscos. ¿No quieres vivir cojeando el resto de tu vida?

—¿Quiere decir que la señora...?

Clara le dio un golpecito en el hombro. —Iré yo. En mi territorio
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