El ruido del cristal de las copas uniéndose en un brindis, y los sobrinos de Gael desesperados por poder abrir sus regalos. Así es como decimos feliz navidad. Aún me cuesta asumir la normalidad que se vive en su familia, su madre tomando la iniciativa para repartir los regalos, y Gael sentado a mi lado en el sofá esperando pacientemente. Su mano está entrelazada con la mía y sus dedos juegan de manera provocativa causando que su hermana nos mire con una amplia sonrisa. –Se ven demasiado bien juntos.— Comenta y le sonrió. —¿A que si?— Pregunta él y deja un tierno beso en mi mano, mientras que su madre nos entrega algunos regalos que llevan nuestros nombres.Lo observo detenidamente y no puedo evitar sentir toda esta revolución por dentro al saber que está por abrir mi regalo; solo espero que le guste, es demasiado difícil regalarle algo a quien tiene todo. Me mira de manera cómplice y encojo mis hombros –ábrelo. — Propongo y sonríe. —A ver...— Pronuncia provocando un toque de mister
Madrugada de 25 de diciembreÉl abre la puerta de su piso mientras me besa apasionadamente y rodea mi cintura con uno de sus brazos, yo sostengo la bolsa con los regalos con una de mis manos y mi otro brazo rodea su cuello. Hemos bebido unas cuantas copas de champán y creo que estamos un poco más animados de lo usual porque no podemos parar de reír entre un beso y el otro. Entramos al piso y prácticamente dejo caer la bolsa sobre el suelo, mientras que con la ayuda de mi pierna cierro la puerta. –Te amo.— Me dice sobre mis labios y sonrió.—Yo más a ti, quiero que abras tu otro regalo, pero estar contigo besándome así me cuesta mucho.— Confieso y muerde mis labios. —Dime que es...— Me pide enredando sus dedos en mi cabello. Sonrió de lado y luego muerdo mis labios –Algo para que nos divirtamos los dos en la cama...— Confieso y su sonrisa maliciosa se hace presente en todo su esplendor. —Vaya, creo que puedo aguantar un poquito más... lo abriré ya.— Dice como niño pequeño y río.
Siento sus labios besando mi espalda y es imposible seguir durmiendo. –Mmm... buenos días. — Digo aún algo dormida y él ríe bajito.—Pues serán buenas tardes, porque ya son las doce y media del mediodía. — Me comenta y debo voltearme de costado para verlo al rostro.—¡¿Qué?!— Exclamo y Gael ríe. —Como lo oyes guapa, nos hemos quedado dormidos, pero con la noche de anoche no podía ser para menos. — Explica.No entiendo cómo puede estar tan calmado...—Se supone que iríamos a almorzar con tu familia. — Explico mientras me siento en la cama y me cubro con la sábana. Él se sienta también y sigue riéndose — Ya he llamado a mi madre y le he dicho que mejor iríamos a cenar...— Dice haciéndose el inocente y muero de vergüenza.—Es que, ¡ay no! Me imagino a tu madre imaginándose todo lo que hemos hecho y porque nos hemos quedado dormidos... ¡Qué vergüenza! — Exclamo y llevo mis manos a mi rostro para cubrirme y solo le puedo escuchar riéndose. —Cariño, no seas exagerada, le he dicho que el
Me da un último beso antes de entrar a casa de su familia para que cenemos todos juntos, y sonrió sobre sus labios. —Me haces sentir como una princesa. — Le confieso a pesar de lo cursi que suena esto.Ríe levemente, y me pega más a su cuerpo –Una princesa cuando estamos en público y...—Dice dejando la frase en el aire y rio.Me acerco a su oído –Y una fiera cuando estamos solos, espero que no te moleste mi bipolaridad. — Bromeo.Se aleja tan solo un poco para verme a la cara y entrecierra sus ojos mientras contiene su risa –Para nada, es que me encanta. — Confiesa y ahora soy yo quien le besa.—Abre ya.— Le pido y es casi una súplica para no arrepentirnos de haber venido.—Ya— Habla bajito.Muero cuando sonríe de lado y pone esa cara de niño travieso. Es difícil de explicar, pero me corta la respiración.Gael finalmente termina de abrir la puerta, y al entrar a la casa lo primero que encontramos es a sus sobrinos jugando con todos los juguetes que han recibido anoche. Se les ve muy f
26 de diciembre La luz del sol se cuela por la ventana, pero eso no es exactamente lo que hace que abra mis ojos. Son los dedos de mi novio dibujando en mi espalda lo que ha hecho que despertara. Sonrió al sentir tal sensación —¿Qué haces guapo?— Le pregunto y allí está su leve risa. Es increíble poder despertar con ese sonido. —Me gustan mucho estos tres lunares que tienes en tu espalda. — Comenta y ahora me doy cuenta de que es un triángulo lo que está dibujando. —Mmmm, creí que aún dormirías, ¿Qué hora es? — Pregunto confundida. —Las once. Me doy vuelta de inmediato y le miro algo asustada —¡¿Qué?! ¡¿Ya son las once?!— Pregunto alarmada y ríe. —Sí, pero no te preocupes. Nuestro pasaje de regreso a Madrid es por la noche.— Me aclara y respiro un poco más aliviada. —Ya— Digo y me acerco más a él para darle un beso. –Buenos días— Digo finalmente y sonríe. —Buenos días. — Replica y me mira fijamente. No dice nada, solo tiene esa mirada hermosa color café clavada en mis ojos
Dos días después: 29 de diciembreDebo admitir que la he pasado increíble junto con la familia de Gael. He aprendido mucho de él y de porque siempre dice que su familia es ese cable a tierra que tanto hace falta en su mundo.Lo observo saludando a algunas personas que lo han reconocido y saludado en el aeropuerto, y mientras que él va un poco más atrás, yo aprovecho para terminar de enviarles las instrucciones necesarias por correo electrónico a Joel, Sara, y Ana; necesito que la empresa siga funcionando durante mi ausencia. Me pone muy nerviosa que Max pueda presentarse cuando no esté, pero conociendo que su asunto ya es personal conmigo; dudo que vaya si yo no estoy.—Guapa, ya he terminado, ¿vamos? — Me interrumpe Gael, y levanto mi mirada para verlo a los ojos.—Sí, ya han dado las instrucciones de que podemos abordar. — Le explico y siguiendo nuestra pantomima de que esto es un viaje de negocios, subimos al avión.Viajar con Gael puede tener sus ventajas. Estamos en clase ejecuti
Al día siguiente: 30 de diciembreAeropuerto internacional de Miami, mucha gente, y mis nervios a flor de piel. Supongo que él es quien está nervioso ahora. Caminamos con nuestras maletas entre la gente y es el ver a mis padres a lo lejos lo que me hace sonreír y sentir que mi corazón se saldrá de mi pecho. —Allí están.— Le digo a él y me sonríe.—No les hagamos esperar.— Comenta y rápidamente caminamos hacia ellos.Mi madre es la primera en abrazarme —¡Mi niña, como te he extrañado!— Habla y apenas puedo respirar de lo tan fuerte que me abraza.—Yo a ti madre, pero no me aprietes tanto que me ahogo. — Consigo decir y me suelta. —Pa, a ti también te he extrañado.— Le digo mirándolo y sonríe.—Y yo a ti hija...— Admite y tal como lo ha hecho mi madre, él me abraza fuerte, pero no le debo decir cuándo soltarme, ya que él solo lo hace.Vuelvo a acercarme a Gael y le miro con orgullo —Bueno, y él es... mi novio Gael.— Lo presento y siento que me ha costado mucho decir esa palabra. —Cariño
Mi madre definitivamente no se ha guardado nada para conseguir impresionar a quien ella dice que ya es su yerno definitivo. Ha decorado la casa tal como si viniese un político, rey, o quien sabe que otro tipo de persona de alta jerarquía a visitarla. El almuerzo y la cena que ha preparado ha sido como si hubiese invitado a diez personas mínimo, y ni hablar de lo mucho que ha conversado con Gael. Puedo imaginarme que él ya se ha saturado de ella y no le culparía.Al fin calma. Cierro la puerta de la que solía ser mi habitación cuando venía, pero que ahora se ha transformado en algo parecido a una habitación de hotel y me apoyo sobre la puerta por un instante.Le observo caminar por la habitación y mirar cada detalle que hay aquí y sonríe al ver una foto mía enmarcada sobre la mesita de noche. —¿Cuántos años tenías aquí?— Me pregunta mientras toma el portarretrato.Camino hacia él y observo la foto por encima de su hombro. —Mmmm... como 17 estaba en mi último año de high school.— Explic