[SINAÍ]
Debería de esta furiosa con él por haber hecho lo que hizo. Debería dejar de hablarle para que aprenda la lección de que no puede simplemente jugar conmigo de esta manera y hacer que quede embarazada solo porque ahora él si quiere, ¿y si ahora yo no quería?
Mi mente hace una lista rápida de todos los motivos por los cuales debería estar gritándole y golpeándolo, pero lo veo de rodillas frente a mi sobre esta cama con tan solo esta tímida toalla cubriendo su cuerpo a la altura de su cintura, y pierdo la voluntad. Eso sin contar que estoy embarazada de él y que su carita de ilusión es lo más hermoso que he visto en mi vida. ¡Ah claro! Además, esta caja que tengo en mis manos y que finalmente podre abrir.
Vuelvo mi mirada a la caja y bajo su atenta mirada, la abro. Al hacerlo y ver su contenido, mis ojos comienzan a llenarse de l&aacu
[LEONEL]—Amor, que no estoy enferma. — Se queja mientras que llevo las maletas por el pasillo del hotel para ir hacia la recepción y encontrarnos con el equipo para partir a Tarragona.—Sé muy bien que no estás enferma, pero te voy a cuidar mucho más aun durante estos nueve meses. — Le digo mientras entramos al elevador.Dejo las maletas a un lado, y ella aprovecha para pararse frente a mí y llevar sus brazos por encima de mis hombros y enredar sus manos en mi nuca. —No quiero que nadie se entere aún. Primero debemos ver a un doctor y luego hablar con nuestras familias. — Me pide y asiento.—Lo sé, aunque sabes muy bien que quisiera gritárselo al mundo entero.— Digo con entusiasmo y ella me besa como para que me calle.—Claro que sé que se lo quieres gritar al mundo, pero por ahora cállate mi amor.&mda
2 días después: 10 de agostoCinco merecidísimos días de descanso antes del próximo compromiso. Nuevamente en nuestra casa en Barcelona, dejamos las maletas a un lado y lo primero que ella hace, es ir hacia el sofá de la sala y recostarse en este. —¡Que lindo que es estar en casa!— Dice con alivio y sin dudarlo voy hacia allá y la miro como pidiéndole que me haga un espacio. —Ven. — Señala y se mueve más hacia el respaldar para que entremos los dos.La abrazo a mí y nos quedamos en absoluto silencio durante unos segundos. Es como si estuviésemos apreciando la paz que hay aquí. Creo que nos hacia mucha falta volver a estar absolutamente solos —Cariño.— Digo interrumpiendo nuestro momento de calma.—Mmmm...— Murmura y se acomoda mejor sobre mi pecho.—Deb
[SINAÍ]Al día siguiente: 11 de agostoClaramente no es la primera vez que cenaremos con su familia, pero, hoy es diferente. Hoy le daremos la noticia del embarazo y me es inevitable no sentirme nerviosa. —Cariño, ¿te sientes mal? — Me pregunta mi esposo antes de entrar a la casa.Niego y lo miro con mi mejor sonrisa —Estoy muerta de miedo, ¿y si no les agrada la noticia? — Pregunto con muchas dudas y él me regala de esas sonrisas que iluminan mi vida.Suelta mi mano y acaricia mi rostro suavemente —Se pondrán felices, ya verás.— Expresa muy seguro y luego me da un tierno beso que me regresa la calma.—Entremos antes que quiera huir. —Le digo entre risas y él abre la puerta.—Vamos y que se enteren de que habrá un nuevo integrante en la familia. — Dice con orgullo.Al entrar a la casa, caminamos
[LEONEL]Dos días después: 13 de agostoLe veo golpear su pie una y otra vez en el suelo. Esta muy nerviosa y me parece lo más tierno del mundo. —Cariño, relájate. — Le digo sujetando su mano y ella me mira dejando su pie quieto.—Lo siento, es que no lo puedo evitar. Hoy sabremos más de nuestro bebé, y a decir verdad, hasta un poco de vergüenza me da venir al obstetra. — Me dice bajito para que ninguna de las enfermeras la escuchen y no puedo más que reírme.Es toda una mujer en muchísimos aspectos, pero en cosas
[LEONEL]Cinco días después: 18 de agostoUna nueva parada en todo este recorrido de competencias, Alicante. Termino de abrochar mi cinturón luego de vestirme; y ella me mira desde la cama. Mi mirada se encuentras con la de ella a través del reflejo del espejo y ambos sonreímos. —Le diré a Jorge que pase por ti una hora antes de que empiece.— Le dejo saber.Ella se gira en la cama haciendo que la tímida sabana que la cubría se mueva y me deja ver esa diminuta braga la cual es la única prenda que lleva puesta. —Puedo tomarme un taxi para ir hasta allá amor.— Argumenta.
[SINAÍ]Me miro al espejo una última vez, y creo que estoy lista. Falda corta color negra, blusa del mismo color ajustada al cuerpo sin mangas y por encima de mi cintura con unos detalles en blanco, y zapatillas blancas. Mi pelo suelto ya me llega casi a la cintura, y el maquillaje color natural junto con los brazaletes hace que todo se vea mejor. Tomo mi bolso y salgo para encontrarme con Jorge en el lobby quien ya me ha llamado tres veces.—Sinai, por fin. — Dice con una amplia sonrisa cuando me ve.—Disculpa, es que me entretuve hablando con mi cuñada. — Comento algo avergonzada ya que odio llegar tarde.
[SINAÍ]Lo veo bajando del caballo, caminar hacia mí y sonrió al verlo todo sudado, creo que solo él es el que se ve sensual de esa manera. Definitivamente me he ganado la lotería... —¡Mi amor!— Me dice con una enorme sonrisa y al llegar frente a mí, me sujeta de la cintura y me pega a su cuerpo. —Es lo mejor del mundo verte aquí después de cada competencia. — Me dice y comienza a besarme de manera desaforada causando que todos los que están alrededor tozan de manera falsa.—¡Oye, que no están solos!— Nos grita Marco cuando pasa a nuestro lado y reímos.—Lleva razón, suéltame. — Le pido intentando pretender estar ofendida y mi esposo me mira preocupado.—Hace un momento en el vestuario, no pensabas igual.— Se queja.—Sí, pero ya se me quitaron las ganas. — M
[LEONEL]20 de agostoSí que estoy nervioso, le hemos dicho a sus padres que vendríamos a visitarlos por tres días, pero, jamás le mencionamos que veníamos para darle una noticia y menos la noticia de que serán abuelos. Sé que les sorprenderá y que quizás crean que no es el momento adecuado, pero, al menos no pueden reclamarnos de que no estamos casados —Mi amor, tranquilízate. — Me pide mientras atravesamos el aeropuerto de Berlín que tantos buenos recuerdos nos trae de nuestro primer encuentro clandestinos.— ¿Tú pidiéndome que me tranquilice? Si es que tú estas más nerviosa que yo. — Le