–¡¿Pero que es esta falta de respeto?! ¡¿Cómo se atreven a no darnos paso a la hacienda?!–Adrián, cálmate la señora Ponce y Galán ordeno que nadie podía entrar a la hacienda, solo su heredera – todos los hacendados abren sus ojos totalmente sorprendido–¿Qué demonios estás diciendo? Esa anciana no tenía hijos es más enviudo hace más de veinte años–No estoy mintiendo yo era su administrador, ella misma me dijo que había nombrado a una señorita como su heredera y es más la reconoció como hija–Es decir que esa anciana…–Encontró la forma de que su hacienda no pasara a subasta pública – a los lejos ven como el coche se detiene y de este baja una mujer con una capa puesta ocultando su rostro y la ven caminando hacia la casa grande – tenemos que esperar hasta que la señorita de La Sacerdotisa se presente, lo mejor es irnos Adrián–Si tienes razón lo mejor es irnos – monta en Cristal y se regresa a su hacienda – “Catalina…Catalina mi amor ¿Qué será de ti?”En La SacerdotisaEntra en la cas
–¡Entonces dime el nombre de la señorita de La Sacerdotisa!–Tengo órdenes expresas de mi señora de no decirle a nadie su nombre, la señorita Ponce y Galán se presentará mañana en la noche en la recepción que ha organizado, a la cual si no estoy mal usted está invitado, así que si puede retirarse se lo agradecería señor Mendoza del Campo, es hora de ordeñar a las vacas y ellas no toleran el ruido – le da la espalda y se dirige hacia la casa grande – “después de lo que hiciste ¿vienes a exigir ver a mi señora?” ¡vamos señores, que lo que tenemos es trabajo! – todos los esclavos le dan la espalda a Adrián y se alejan–“Catalina, mi amor por favor déjame hablar contigo” Cristal vámonos – da la vuelta en Cristal y se dirige de vuelta a su haciendaEsa noche Catalina está en la habitación de su mamá, hecha una bolita de lágrimas le ha pedido a Martín y a los demás criados de la casa que la dejaran sola no quiere que nadie la escuche llorar, mientras en La Primavera; Adrián está igual, está
–Catalina espera – se pone de pie y toma a Catalina de la mano – tengo algo que decirte–¿Qué tiene que decirme, qué ganó bastante dinero por mí, qué le salió más rentable venderme que conservar a su esclava mugrosa? ¿Qué seguramente le dio lo mismo saber que aborté a tus hijos? “no voy a llorar, no le voy a dar ese gusto” – intentando controlar sus lágrimasAdrián hala a Catalina y la abraza dejando perpleja a la joven – no Catalina, yo no quería venderte, pero tuve que hacerlo esa mujer amenazó con decir todo lo que te hice y eso hubiera significado mi ruina, además me enteré de nuestros hijos por el capataz de la hacienda…y la carta que me envió esa mujer, Catalina yo nunca hubiera despreciado a nuestros hijosCatalina empieza a reír.–A usted solo le importa su hacienda, solo le importa usted, yo en su vida era un cero a la izquierda y estoy segura de que mis hijos hubieran sido bastardos mestizos, señor Mendoza del Campo déjeme ir – con sus ojitos cristalizados por las lágrimas –
–¡¿Pero a ti si te daba el derecho de jugar con mi cariño?! – Adrián abre sus ojos totalmente sorprendido – ¡y si es por recuerdos, yo con mucho gusto puedo ayudarle a recordar! – se suelta el cabello toma las manos de Adrián y se las amarra y las coloca sobre la cabeza del hombre impresionado – ¿el señor Mendoza del Campo ya recuerda algo?Adrián totalmente pasmado solo puede negar con la cabezaCatalina se acerca a Adrián y lo besa en los labios, Adrián le corresponde el beso – ¿el señor Mendoza del Campo ya recuerda algo?Adrián vuelve a negar con la cabeza – “Catalina ¿Qué piensas hacer?” Catalina le abre el abrigo y acto seguido suelta botón a botón la camisa de Adrián hasta dejar su pecho descubierto no puede evitar sonrojarse puesto que Adrián tiene el cuerpo más perfecto y delicioso que ha visto en su vida – ¿el señor Mendoza del Campo ya recuerda algo?Adrián vuelve a negar con la cabeza – Catalina ¿Qué vas a hacer? – Catalina vuelve a besarlo y el siente amor en los besos de
–Tus deseos son ordenes Catalina – toma a Catalina en brazos y sale del río y al llegar la acuesta sobre su abrigo – Catalina, mi Catalina – acariciando todo ese cuerpo empapado – dime Catalina ¿Cómo es posible que tengas ese cuerpo tan delicioso? – besando uno de los botoncitos rosas de Catalina mientras el otro lo pellizca con sus dedos hasta ponerlo duro–Ahhhh, eso es porque en Londres, aunque soy una mujer libre yo siempre ayudaba a la servidumbre de la mansión del señor Alejandro, aunque me ganaba regaños por parte de él, Ahhhh Adrián sigue, por favor sigue Ahhhh – sintiendo como Adrián acaricia con lentitud su intimidad, mientras sigue disfrutando de sus pezones–“Mi Catalina, sigues siendo la misma dulce niña de quien me enamoré” Catalina – levanta la vista y ve a Catalina completamente roja – te amo Catalina, te amo más que a nada en este mundo – dejando a Catalina completamente pasmada – bien mi mano se ha divertido mucho contigo, necesito recordar algo – guiñando el ojo–¿Eh
–Vaya Adrián ¿esa es forma de recibirnos?–¿Esa es forma de tratar a tu familia?–Que yo recuerde ustedes son primos como en quinto grado, hace mucho dejaron de ser de la casa de los Mendoza del Campo ¿Qué quieren en mis tierras?–Préstanos dinero – Felipe se queda pasmado – como sabes La Tormenta está en quiebra necesitamos dinero para comprar insumos y esclavos, los que teníamos han huido en su totalidad–Sabemos que lograste rescatar La Primavera luego de que casi la enviaras a la bancarrota, entonces puedes facilitarnos efectivo–Es cierto logré sacar a mi hacienda del problema en que la metí, pero ustedes dilapidaron en seis meses lo que su madre les heredó, y sobre todo ustedes dos son tan inútiles que aunque les diera mi hacienda como préstamo la llevarían a la ruina en un par de horas, ¿creen que no sé qué ustedes gastan el dinero en juegos y prostitutas?–Mejor cuida tu boca Adrián–¿O es que acaso quieres que digamos por qué solicitaste tanto dinero al banco?–Pueden hacerlo
Se gira y no ve a Catalina – ¡Catalina!Se gira y no ve a Adrián – ¡Adrián!–¡Por Dios, señor Mendoza del Campo los niños, los niños están en el río! – ambos hombres ven como los niños son tragados por el agua y sacados se dirigen hacia una cascada–¡Francisco!–Si señor Mendoza del Campo–¡Ordena a los Esclavos que se adelanten, que formen una barricada con lo que encuentren, Pedro vamos! – ambos hombre dan la orden a sus caballos y estos galopan hacía el ríoTragando cada vez más agua – ¡papi, papi tengo miedo ayúdame! – siente que es abrazado por alguien – ¿joven Mendoza del Campo?–No dejaré que nada malo te pase, yo te cuido ¿sí? Soy el mayor y el responsable ¡papi!Mientras ambos niños son arrastrados por las aguas más adelante los esclavos tratan a toda marcha de hacer una barricada con troncos y lo hacen contra el tiempo y con sus vidas en juego, saben que si algo les pasa a esos dos niños Miguel Ángel Mendoza del Campo los hará azotar hasta la muerte.–¡Señor Mendoza del Campo
–Bien peque – abriendo el corral, el novillo sale, se acerca a él y succiona sus dedos – sigues siendo el mismo bebé que Catalina cuidaba – sonriendo – bien sal de la hacienda y ve a buscar a Catalina – como si el animal entendiera sale corriendo y se dirige a las puertas de la hacienda – “Catalina por favor ve al río”En La Sacerdotisa–Bien – sonriendo – acá tienes tu pago Pablo–Eres muy amable Catalina – sonriendo – ¿vas a hacer algo más hoy?–Tengo que ver las plantaciones de arroz, y luego iré al río – sonrojada – “Adrián, mi amor quiero verte, aunque sé que siempre terminamos peleando” ya sabes si viene esa señorita Palomino no la dejen pasar, no quiero a esa mujer cerca de mí – se pone de pie y se dirige a los establos–Martín–Si señor Pablo ¿Qué pasa?–¿A qué crees que vaya Catalina al río? – sonriendo–Yo supongo que quiere ir a ver a cierto señor engreído de cabello negro – sonriendo – Pablo, he estado pensando el señor Mendoza del Campo y Catalina ¿no serán parientes? – Pa